De este modo, la industria 4.0 tiene el potencial de brindar a las empresas un mayor control sobre sus productos y orientarlos hacia las necesidades cada vez más individualizadas de los clientes.
Pero, ¿cómo la inversión en tecnología está remodelando la industria? Para ello, industry Talks ha preguntado a cinco Asociaciones/Federaciones de diferentes sectores industriales para saber cómo la digitalización ha transformado la industria siderúrgica, del papel, de alimentación y bebidas, ferroviaria y sanitaria.
Industria Siderúrgica
En el sector siderúrgico, el director general de la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID), Andrés Barceló, ha comentado para industry TALKS que se está experimentando “una profunda transformación impulsada por la inversión en tecnología”.
Asimismo, ha explicado que este impulso tecnológico “se refleja en la creciente adopción de automatización y robótica en las plantas siderúrgicas, con gemelos digitales que permiten simular procesos y robots que desempeñan tareas clave, reduciendo costes y garantizando la seguridad”.
“Además, la implementación de sensores conectados a través del internet de las cosas permite un seguimiento en tiempo real del rendimiento y la calidad del producto, facilitando un control más preciso y la detección temprana de problemas”, ha añadido.
Otra de las tecnologías más presentes en la industria es la inteligencia artificial. Para Andrés Barceló, el análisis de datos y el uso de algoritmos de inteligencia artificial “están permitiendo a las empresas siderúrgicas identificar patrones, predecir tendencias y optimizar operaciones de manera más eficiente. Se está explorando la tecnología de impresión 3D para fabricar componentes complejos y personalizados, lo que podría reducir los tiempos de producción y mejorar la flexibilidad”.
Otro tema recurrente cuando hablamos de digitalización, es el tema de la sostenibilidad. En este caso, Andrés Barceló ha dejado claro que “la industria está invirtiendo en tecnologías que contribuyan a la descarbonización de los procesos, destacando el desarrollo preliminar del hidrógeno como alternativa al gas natural, lo que podría tener un impacto significativo en la reducción de emisiones de carbono si se confirma su viabilidad técnica y económica”.
Aunque como todas las transformaciones, también existen retos y desafíos, sobre todo, según afirma Barceló “en términos de la inversión necesaria”. “Las ayudas públicas juegan un papel crucial en la modernización y sostenibilidad del sector. En España, a pesar de programas de subvenciones para la I+D+i, los altos costes de energía, los tipos de interés y la competencia desleal de países terceros complican la situación. Las pymes, eslabones importantes en la cadena de valor de la siderurgia, son las que encuentran mayores dificultades financieras para cumplir con los objetivos climáticos”, ha aseverado.
“También hay problemas con las ayudas estatales en algunos países europeos (principalmente Alemania y Francia) que amenazan la integridad del mercado único. Y la viabilidad del hidrógeno como alternativa está condicionada por el precio de la electricidad. En definitiva, aunque existen ayudas, es necesario mejorarlas para garantizar una transición exitosa hacia una industria siderúrgica descarbonizada, alineada con los objetivos climáticos de la Unión Europea y España”, ha concluido.
Industria del papel
Manuel Domínguez, director general de ASPAPEL, ha comentado la capacidad de adaptación y el avance hacia la descarbonización y la sostenibilidad del sector: “La industria pastero-papelera española tiene una larga trayectoria, en la que ha quedado patente su enorme capacidad de adaptación. Las empresas han ido evolucionando al ritmo que marcan los nuevos tiempos, con el desarrollo de nuevos productos que atienden en cada momento las demandas del consumidor y adaptando los procesos productivos para avanzar en descarbonización y sostenibilidad”.
Asimismo, ha destacado el crecimiento de inversión en innovación en la industria del papel: “En 2022, las empresas asociadas a ASPAPEL destinaron casi el 7% de su facturación a inversiones en innovación, una cifra que está por encima de la media nacional. En ese sentido, las inversiones de la industria pastero-papelera, un total de 485 millones de euros en 2022, han seguido destinándose a la innovación y renovación tecnológica (33,5%), al incremento de la capacidad de producción (17,4%) y a la calidad y medio ambiente (17,5%)”.
“Es oportuno señalar que las inversiones a menudo se ven lastradas por retrasos administrativos en la concesión de las ayudas. Debemos tener muy presente que la industria española se mueve en un mercado único y otros países competidores están obteniendo ayudas de manera más ágil y con mayor seguridad jurídica, lo que sitúa a nuestras empresas en una situación de desventaja competitiva. Una Administración más eficaz y un marco regulatorio estable, claro y adecuado, que atraiga la inversión, son sin duda las claves que la industria necesita”, ha añadido.
En relación al PERTE de descarbonización, Manuel Domínguez ha agradecido las ayudas recibidas: “Ha llegado en un momento clave para la descarbonización industrial”. Y ha señalado que la puesta en marcha de los equipos de MINTUR se ha caracterizado “por un permanente clima de colaboración y escucha activa hacia los sectores manufactureros”.
El director general de ASPAPEL espera que este PERTE suponga “un antes y un después, siempre y cuando el conjunto del programa se dote presupuestariamente de forma adecuada, se ofrezca a las industrias la necesaria visibilidad de las características de las próximas convocatorias para facilitar la planificación de inversiones y se implemente la máxima simplificación posible en el proceso de solicitud, cumplimiento de obligaciones y tramitación”, aunque ha matizado que “todavía es pronto para evaluar su impacto global”.
Industria alimentación y bebidas
En el caso del sector de alimentación y bebidas, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha hablado de la importancia de la innovación: “Resulta esencial para el futuro de la industria de alimentación y bebidas, por ello las compañías hace tiempo que la incluyen en sus planes de inversión. No solo es clave para el desarrollo de nuevos productos y servicios y la mejora continua de la empresa, sino que también es significativo su papel en el diseño de una oferta más sostenible”.
Además, ha explicado cómo la aplicación de los avances tecnológicos permite que una economía sostenible sea una realidad, “de la mano de la eficiencia energética, la minimización de residuos o los avances en economía circular, entre muchos otros”. “Es precisamente la sostenibilidad un área que ha tomado mucho protagonismo en las estrategias de negocio y lo seguirá haciendo fruto de la fuerte relación que hay entre el medio y la actividad de la industria alimentaria”, ha añadido.
No obstante, para seguir avanzando en el campo de la digitalización y la adopción de herramientas tecnológicas, como la inteligencia artificial, “el sector necesita ayuda”. “En este sentido, la dotación de un PERTE específico para el sector alimentario ha sido positiva, confirmando el carácter estratégico de nuestra industria, pero la primera convocatoria ha tenido poco impacto, entre otras cuestiones porque ha presentado muchas dificultades y burocracia para las pymes, mayoritarias en el sector. Desde FIAB esperamos que una segunda convocatoria simplifique los procedimientos y que ayude a la transformación real de la industria española de alimentación y bebidas”, ha concluido.
Industria Ferroviaria
Al igual que en el resto de industrias, el sector ferroviario también está observando una transformación. La responsable de innovación de la Asociación Ferroviaria Española (Mafex), Garazi Carranza Ruiz de Loizaga, ha comentado que “la inversión y el desarrollo tecnológico en el sector ferroviario de España están impulsando una transformación radical, remodelando por completo el sistema ferroviario y cumpliendo con los objetivos de sostenibilidad y capacidad de oferta del sector”.
Además, para Garazi Carranza, la innovación tecnológica ha demostrado ser crucial para el progreso del sector: “Es la principal fuente de crecimiento económico y de mejora en la movilidad de las personas. Las inversiones en tecnología han provocado cambios significativos en múltiples áreas del sector ferroviario. En términos de aplicaciones y servicios, se ha observado un progreso notable en la integración de tecnologías móviles e inteligentes, mejorando tanto la experiencia del pasajero como la eficiencia operativa. La introducción de nuevos materiales más ligeros y resistentes ha permitido construir material rodante más eficiente y sostenible”, ha declarado.
Con respecto a la energía y la gestión energética, Garazi ha explicado que “se han desarrollado sistemas de propulsión más eficientes y soluciones inteligentes de gestión de energía, lo que ha llevado a una reducción significativa en el consumo de energía y una mayor sostenibilidad en las operaciones ferroviarias. Además, la adopción de modelos basados en la Industria 4.0 ha permitido una mayor automatización y digitalización de los procesos de producción y mantenimiento, mejorando la eficiencia y la capacidad de respuesta a los problemas potenciales. La recopilación y análisis de datos ha desempeñado un papel fundamental en la toma de decisiones y la optimización de las operaciones ferroviarias, aunque aún hay margen para explotar completamente los datos generados por los trenes y los sistemas asociados”.
“Por otro lado, la electrónica y la conectividad han permitido la incorporación de tecnologías como el Internet de las cosas (IoT) y la comunicación inalámbrica, mejorando la seguridad, el monitoreo y el mantenimiento predictivo en el sector ferroviario”, ha añadido.
Por último, Garazi Carranza ha reconocido las ayudas recibidas por este sector: “Reflejan el reconocimiento de su importancia estratégica y su potencial para el crecimiento económico a través de la innovación y el desarrollo tecnológico. Estas inversiones son fundamentales para seguir impulsando la transformación del sector ferroviario, consolidando su posición como una parte vital e innovadora de la infraestructura de transporte moderna y asegurando un futuro más eficiente, competitivo y adaptable a los desafíos cambiantes”.
Industria sanitaria
La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) ha explicado que el PERTE de Salud en Vanguardia ha conllevado, por el momento, una dotación de 1.987 millones de euros —entre inversiones públicas y privadas— “de las cuales se ha beneficiado parcialmente (no íntegramente) el sector de Tecnología Sanitaria”.
Como un ejemplo reciente, FENIN ha destacado que “el pasado mes de diciembre se anunció un reparto de 23 millones de euros a las comunidades autónomas —provenientes de los fondos europeos integrados dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia—, para la adquisición de tecnología sanitaria con la que ampliar la cartera de servicios de medicina genómica. Asimismo, se han asignado otros 23 millones de euros para la creación de herramientas de gestión e integración de la información en esta área, y 110 millones de euros para la implementación de la Atención Digital Personalizada”.
Asimismo, FENIN ha dejado claro que existen estrategias/iniciativas independientes para la adquisición expresa de Tecnología Sanitaria, sufragadas con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia como el Plan INVEAT (Plan Inversión en Equipos de Alta Tecnología), el Plan Amat-i (Plan de Acuerdos Marco de Equipos de Alta Tecnología Sanitaria del INGESA) y el Plan Minap (Mejora de Infraestructuras en Atención Primaria).
En cuanto al Plan INVEAT, Fenin ha explicado que está dotado con 796 millones de euros y que “ha permitido entre 2021 y septiembre de 2023 la instalación/renovación de 851 equipos de alta tecnología en hospitales públicos nacionales de todas las CC. AA”. Ha puntualizado que este plan ya está finalizado y que “el 90% de estos equipos de alta tecnología hospitalaria están ya en funcionamiento (a noviembre de 2023)”.
En cuanto al Plan Amat-i, Fenin ha comentado que “pretende dar continuidad a los objetivos que se fijaron con el Plan INVEAT de reducir la obsolescencia del parque tecnológico de equipos de alta tecnología del Sistema Nacional de Salud, y abarca a equipamiento tecnológico sanitario que no pudo incluirse en el Plan INVEAT”.
Está presupuestado con 266,7 millones de euros y “contempla la puesta en marcha de 6 acuerdos marco de compra centralizada de tecnología sanitaria, con la formalización de contratos en este 2024”.
“Ya se han anunciado los primeros acuerdos marco del Plan AMAT-i (destinados a la compra centralizada para las CC. AA. y Ceuta y Melilla que quieran adherirse voluntariamente) de: equipos de mamografía (15,5 millones de euros), equipos de salas de radiología (70 millones de euros), arcos quirúrgicos (por valor de 49,4 millones de euros); equipos portátiles de radiología (14 millones de euros) y equipos de salas de radiología digital telecomandadas (22,6 millones de euros)”, ha añadido.
Del mismo modo, la Federación ha afirmado que “próximamente se anunciará el último acuerdo marco del Plan Amat-i, hasta completar la inversión total de 266,7 millones de euros”.
Por último, en el Plan Minap (Mejora de Infraestructuras en Atención Primaria) ha comentado que los objetivos de este plan son “la mejora de las infraestructuras de los centros y la ampliación y renovación de su equipamiento clínico y capacidad diagnóstica en centros de salud y consultorios de Atención Primaria, urgencias de Atención Primaria, salas de fisioterapia y salas de radiología”. Se puso en marcha en abril de 2023 y termina en diciembre de 2024. Y tiene una dotación económica de 579 millones de euros.
Por su parte, Pablo Crespo, el secretario general de Fenin, ha valorado “muy positivamente estas inversiones”, que confirman “el papel esencial otorgado por las administraciones a la tecnología sanitaria en el proceso de transformación y digitalización al que asiste nuestro Sistema Nacional de Salud”.
“No obstante, aunque positivas, estas inversiones no son suficientes por sí mismas y necesitan ser complementadas con nuevas estrategias o fases dentro de ellas, ya que España sigue contando con un elevado nivel de obsolescencia tecnológica que es necesario seguir revirtiendo. No se puede hablar de un sistema sanitario del futuro con tecnología del pasado. Por ello necesitamos una mayor planificación estratégica y cultura de las inversiones en tecnología sanitaria en España. Es necesario también recordar que no todas las familias tecnológicas sanitarias están cubiertas por el plan INVEAT —delimitado a la calificación de “alta tecnología”— o el Plan Amat-i y también necesitan una renovación urgente para garantizar una atención sanitaria segura y de calidad”, ha añadido.
A pesar de las inversiones, Pablo Crespo ha manifestado que “es necesario avanzar paralelamente en un marco legislativo que fomente un tejido productivo industrial sólido y aumente la capacidad productiva de nuestra industria y evite la dependencia de mercados externos (como aconteció en la pandemia), así como fomentar modelos de compra pública innovadora que priorice el valor que aportan estas innovaciones frente a factores económicos (precio)”.
