REPORTAJE

Cómo implantar la economía circular en la empresa industrial

Minimizar el impacto medioambiental y social derivado de la producción de productos y servicios debería ser un factor fundamental para las empresas industriales, pero los hábitos han hecho de esto un cambio tardío -que no imposible-, arraigándose al modelo lineal actual. Sectores como la siderurgia ya aplican actuaciones en materia de desarrollo sostenible y en el caso de la industria textil cuentan con contenedores para que sus clientes dejen sus prendas antiguas, confirmando con ello el proceso de cambio hacia la economía circular. Asimismo, en la industria papelera, cuyos productos son reciclables, se aúna la circularidad natural de una materia prima renovable como es la fibra de celulosa, con la circularidad social del reciclaje.

Algunos agentes de la sociedad progresan en este pensamiento lineal y fomentan la transición hacia dicha economía. Sin embargo, para cumplir los objetivos medioambientales establecidos, se puede llevar a cabo el plan de acción para la economía circular de la UE, anunciado el pasado 30 de marzo, el cual presentó un paquete de medidas de economía circular.

El uso de materiales puede aumentar hasta entre 170.000 y 184.000 millones de toneladas en 2050 si no cambiamos nuestro modelo económico actual, según ha indicado el Panel Internacional de Recursos (IRP) del PNUMA, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Además, se ha pasado de 28.600 millones de toneladas en 1972 a más de 100.000 millones de toneladas en 2021. De esta cifra, el 90% se convierte en residuos, así lo indicó Circle Economy, en su informe de enero de 2022.

Concretamente la industria lleva bastante tiempo desarrollando proyectos basados en la circularidad. Por ejemplo, era común, y lo sigue siendo, encontrarse con “empresas que implementaban proyectos de lean management o six sigma con el objetivo de mejorar los procesos que les permitiera reducir los fallos (generación de residuos). Estos conceptos tenían en cuenta los conceptos de reducir, reutilizar y reciclar”, explica Rodrigo Gómez, responsable del área de energía y sostenibilidad en AUREN.

Gómez destaca que el concepto de economía circular, tal y como se entiende hoy por hoy, es más global a los proyectos mencionados anteriormente ya que persigue no sólo la optimización de los procesos sino, además, “hacerlos más eficientes, rentables y sostenibles. Por tanto, se ha pasado un concepto de rediseño, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar”.

Asimismo, para dejar atrás el modelo caduco de economía lineal, el Club Excelencia en Gestión (asociación multisectorial, sin ánimo de lucro, que conecta a profesionales para generar y compartir conocimiento sobre gestión excelente, innovadora y sostenible, acompaña a las organizaciones a transformar su gestión para mejorar sus resultados y reconoce sus avances), celebró una sesión con sus socios para enfocar su transformación hacia la economía circular, siguiendo el concepto de las 7 Rs.

Dicho concepto de las 7 Rs se basa en lo que el responsable de Auren ha destacado anteriormente, en Reciclar, Rediseñar, Reducir, Reutilizar, Reparar, Renovar y Recuperar. De esta manera, se reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía, lo que también sirve para frenar el cambio climático, señala el documento elaborado por el Club Excelencia en Gestión.

De igual forma, el mismo documento indica que a través de este cambio de cultura, las organizaciones se acercan más a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promulgados por la ONU, y aporta aspectos positivos para las empresas, entidades, instituciones, fundaciones, etcétera.

Así, el Club Excelencia en Gestión enumera ocho claves para iniciar la transformación hacia la economía circular:

  1. Análisis de riesgos. Un primer paso para evaluar qué ocurriría si el modelo de negocio sigue siendo lineal en vez de circular.
  2. Escucha a los grupos de interés, con el objetivo de conocer lo que se espera de nuestros productos o servicios.
  3. Definición de objetivos que tengan en cuenta la viabilidad técnica y económica de las mejoras que se quieren implantar. Hay que ser conscientes de que se debe ir más allá del reciclaje y diseñar estrategias que sirvan para evitar la generación de residuos y la contaminación.
  4. Difusión y comunicación del nuevo concepto a desarrollar dentro de la organización a nuestros grupos de interés, con el fin de conseguir su comprensión y facilitar así la implantación del proyecto, consiguiendo el apoyo para afrontar el cambio de modelo.
  5. Planificación de aquellas actividades que sirvan para establecer las bases de nuestro nuevo modelo circular.
  6. Implementación, teniendo en cuenta los distintos marcos regulatorios autonómicos, nacionales y comunitarios, es momento de poner en marcha de la hoja de ruta definida, con el apoyo de los recursos designados y cumpliendo los plazos marcados.
  7. Medición de los resultados obtenidos tras el proceso de implementación para corregir desviaciones y mejorar la gestión en este ámbito.
  8. Comunicación de los resultados, tanto a nivel interno como externo. Es fundamental para que se puedan conocer las acciones llevadas a cabo y la evolución con respecto al enfoque inicial.

Ignacio Babé, director general y CEO del Club Excelencia en Gestión, comparte con industry TALKS cómo se aplica la economía circular en su organización: “Cada vez se utiliza menos papel y el que usamos es reciclado. Hemos reducido las fotocopias y la impresión de documentos a cifras insignificantes y, por su puesto, reciclamos los cartuchos y el papel utilizados”.

Además, separan todos los residuos que generan. El agua que utilizan no la compran envasada en plástico. Usan envases de vidrio y agua del Canal. “En la medida de nuestras posibilidades, porque estamos en unas oficinas de un parque empresarial, usamos la menor cantidad de luz artificial posible”, indicó Babé.

Evolución economía circular

En lo relativo a la evolución de la economía circular, Adolfo Ramírez, experto en transformación digital e impulsor de Vida Silver, destaca que “la economía circular tiene la aspiración de convertirse en una alternativa al actual modelo de producción y consumo, con el potencial de resolver algunos de los grandes desafíos de esta era, como los medioambientales o el crecimiento de la población. Al mismo tiempo abre oportunidades de nuevos negocio y crecimiento económico”.

Del mismo modo, Ramírez indicó que su evolución viene condicionada por distintas barreras. En primer lugar, las políticas y regulatorias, que se materializan en la incomprensible falta de apoyos y estímulos por parte de los gobiernos, que por una parte insisten en el reto y objetivos de la sostenibilidad, pero por otro no pasan a la acción con el desarrollo de estrategias como ésta que pueden darle un claro impulso.

En segundo lugar, las financieras, las inversiones necesarias (sin apoyos) para cambiar el proceso productivo, sin la visualización de su éxito en el mercado, es un claro limitante para su crecimiento. Adicionalmente, para algunas industrias los costos de desarrollar estudios de impacto ambiental o análisis de ciclo de vida son muy altos.

También existen barreras culturales, que tiene que ver con romper viejos paradigmas y cambiar el statu quo, un ámbito en el que se identifican poderosas resistencias en todos los ámbitos y a todos los niveles; de mercado, que se visualiza fundamentalmente en las dificultades para cambiar las reglas tradicionales (y en muchas ocasiones obsoletas) de los mercados, en la deficiencia de proveedores disponibles para toda la “nueva” cadena de valor y en la falta real de demanda de “productos y servicios circulares” y disposición a pagar por ellos; y, finalmente, de adopción tecnológica: no se trata exclusivamente de invertir en tecnología (prácticamente todas las tecnologías que se necesitan están disponibles), se trata de tener las capacidades necesarias para entenderlas y aplicarlas con éxito a la industria.

“No obstante, parece claro que la economía del futuro, por la cuenta que nos tiene, es circular y, por ello, a todos los niveles se tendrán que adoptar medidas y acciones necesarias para superar con éxito estas barreras y apostar sin restricciones por las que, inexorablemente tiene que convertirse en nuevas reglas de la economía”, indica el experto en transformación digital.

Según Clemente Cebrián Mosquera, cofundador de El Ganso e iTALKER, descata que la industria textil ha evolucionado en la economía circular “mucho y muy rápido, ha pasado de ser algo totalmente residual a una necesidad. Hemos pasado de verlo como un producto de menor calidad a todo lo contrario”.

Por su parte, según un estudio de hábitos sobre reciclaje que realiza Ecoembes anualmente, cuatro de cada cinco ciudadanos – un 83%- declara tener, de media, tres cubos o bolsas para reciclar en sus hogares, siendo uno de ellos el de los envases del contenedor amarillo. Si se tiene en cuenta que en 2015 declaraban hacerlo así el 72,5% de los encuestados, se observa que el compromiso de los españoles con el medioambiente ha ido en constante crecimiento.

Los datos demuestran que el reciclaje es una actitud ambiental que va cogiendo peso entre los ciudadanos y ciudadanas españolas, de hecho, “el pasado año, cada uno de ellos tiró unos 18,8 kg de residuos al contendor amarillo, es decir, tiraron una bolsa al contenedor cada cuatro días. En el caso del papel y cartón, cada ciudadano depositó de media 19,3 kg de este tipo de residuos en los contenedores azules, lo que equivale, aproximadamente, a tirar una bolsa cada ocho días”, ha apuntado Rosa Trigo, directora Técnica y de Innovación de Ecoembes.

Además, otro dato a tener en cuenta es que cada vez son más las empresas que fomentan la circularidad de sus envases a la hora de poner en marcha medidas de ecodiseño.
De hecho, “una de cada cinco medidas aplicadas reintroducen material previamente reciclado en los envases o los hacen más fácilmente reciclables. Gracias a ello, ya se han conseguido reintroducir 37.000 toneladas de materia prima reciclada en la fabricación de nuevos envases”, resaltó Trigo.

Algunos ejemplos

En lo relativo a cómo se lleva a cabo la economía circular en la industria siderúrgica, Asier San Millán, director de Siderex ha resaltado que, “nuestro objetivo como organización es la de realizar acciones en cooperación para tratar de aumentar la competitividad del sector siderúrgico en los diferentes ámbitos que representa”.

“Teniendo en cuenta el compromiso del sector siderúrgico, los últimos acontecimientos y que, a nivel legislativo, las exigencias son cada vez mayores, uno de nuestros principales ámbitos de actuación es el del Desarrollo Sostenible”, destaca el director de Siderex.

Del mismo modo, San Millán resalta un ejemplo claro y es que aparte de abordar el ámbito de la gestión de residuos o buscar fuentes de energía alternativas más limpias utilizando el hidrógeno verde como vector energético, desde Siderex “llevamos tiempo trabajando con nuestras empresas asociadas en el cálculo de la Huella de Carbono, lo que permitirá a las organizaciones conocer su impacto para posteriormente aplicar estrategias de reducción con el objetivo de llegar a esa neutralidad climática”.

Asimismo, y en particular con las pymes, Siderex trabaja en la búsqueda de oportunidades o nichos de mercado vinculados a la economía circular en fabricantes de maquinaria y equipos.

Por su parte, desde la industria textil de El Ganso, aplicaron la economía circular sacando una colección que provenía de prendas recicladas de su marca y de otras, colección Trazable, viéndolo como un primer paso importante. El problema fue que los precios eran algo más elevados y su éxito comercial no fue como esperaban, pero actualmente observan que la mentalidad de la gente está cambiando y son conscientes de su necesidad, viéndolo como un proceso a medio plazo y entrada paulatina.

Adicionalmente, el cofundador de El Ganso ha destacado que, “utilizamos todos los restos de tejidos para hacer pequeñas colecciones cápsula e incluso hemos tenido y tenemos contenedores en las tiendas para que los clientes dejen sus prendas antiguas por un descuento en la nueva. También tenemos un proyecto de optimización de venta de segunda mano y cultivos sostenibles, como nuestro Proyecto Índigo en Extremadura, en La Vera”.

En el caso de la industria papelera, la aplicación de dicha economía con la circularidad y descarbonización como ejes de actuación medioambientales de la industria de la celulosa y el papel en España, destacan logros y oportunidades como el hecho de que las fábricas papeleras “reciclan el 78% del papel que consumimos, como la promoción de la gestión forestal sostenible y su certificación, con el resultado de que el 65% del papel puesto en el mercado está certificado, o como el haber logrado desacoplar las emisiones de CO2 de la producción, reduciéndolas un 21% en la última década, y haber reducido el uso total de agua en el proceso de fabricación a menos de la mitad desde 1990”, señala Carlos Reinoso, director general de ASPAPEL.

Ecoembes es, en sí misma, economía circular, ya que el reciclaje permite crear recursos a partir de residuos, crear nuevos productos a partir de otros ya existentes, evitando así el uso de materia prima virgen y de recursos naturales.

El reciclaje de Ecoembes requiere de la implicación de administraciones públicas, empresas y ciudadanía porque cada uno de ellos ejerce un papel sin el cual la cadena de reciclaje se rompería. Por eso, trabajan directamente con todos ellos para conseguir que la sociedad recicle el máximo de envases y que este proceso sea lo más sostenible posible.

Así, entre otras acciones, “asesoramos y colaboramos con ayuntamientos de todo el país para introducir tecnología y hacer eficiente la recogida y selección de envases, a la vez que promovemos campañas de sensibilización y educación para que los ciudadanos conozcan su necesaria contribución en el reciclaje y, por tanto, la economía circular. En cuanto a las empresas, las acompañamos para hacer que los envases que pongan en el mercado tengan la menor huella ambiental posible a través del ecodiseño”, indica la directora de Ecoembes.

En definitiva, a través de un modelo de colaboración público-privada, “estamos interconectados con todos los agentes que forman parte del ciclo del reciclaje porque, solo así, será posible la circularidad de los envases”, menciona Trigo.

Procesos industriales

En cuanto a cómo puede aportar la economía circular en los procesos industriales, concretamente en la siderurgia San Millán indica que “la siderurgia, sin duda, es uno de los protagonistas en la lucha contra el cambio climático y en la transición energética hacia una economía descarbonizada”.

Según el director, esto es así, porque prácticamente está presente en todas las industrias necesarias para contribuir a los objetivos de neutralidad climática como infraestructura, vivienda, movilidad o energía renovable, pero, principalmente, y un tema que considero que hay que poner en valor, es gracias a su alta reciclabilidad. El acero se puede reciclar una y otra vez, indefinidamente, hasta tal punto que hoy en día se sigue reciclando acero fabricado hace más de 150 años.

Por otra parte, “hablando en volúmenes, el pasado ejercicio, la industria siderúrgica española reciclo un 22% más que el pasado año, situando esta cifra en la mayor de los últimos cinco años. Además, un alto porcentaje de sus residuos se convierten en subproductos, lo que denota que la siderurgia es un sector comprometido con la sostenibilidad. La industria siderúrgica culmina el ciclo, reciclando la chatarra recolectada y fabricando con ella aceros que se utilizan en sectores clientes dentro de sus procesos industriales, sin perder ni un ápice de su calidad y de sus propiedades iniciales”.

De cara a la industria textil, Mosquera destaca que “fundamentalmente, como materia prima, en la industria textil es cierto que el proceso de reciclado o reutilización de tiendas era costoso, pero ahora cada vez más empresas se están enfocando a ello invirtiendo en innovación y, por tanto, en el corto y medio plazo disminuyendo los costes. Es complejo y costoso el proceso de reciclado por la mezcla de materiales, fornituras, etcétera y por ello creo que no se ha aplicado de forma más generalizada hasta ahora. Adicionalmente, la utilización de materiales más sostenibles está ayudando a dicha industria y enfoque”.

Por su parte, Reinoso piensa que la economía circular aparece como un nuevo modelo industrial de consumo y producción sostenible con un uso más eficiente de los recursos, dejando atrás la filosofía del “usar y tirar” y caminando hacia un modelo circular en el que los residuos se transforman en recursos.

“La clave de este concepto es la eficiencia, algo muy arraigado en la industria en general y especialmente en la industria papelera que lleva en su ADN la economía circular”, destacó el director de ASPAPEL.

Digitalización en la economía circular

“En todas las industrias es clave, en este caso es fundamental por la importancia de optimizar procesos y reducir costes. Ese es el caballo de batalla, ofrecer nuevos productos sostenibles al mismo precio, es complicado, pero se conseguirá y mientras la gente debe entender el enorme valor añadido que genera”, remarca el cofundador de El Ganso.

En el caso de Siderex, la digitalización en los procesos productivos se ha vuelto indispensable en este sector debido a la cantidad de dispositivos conectados simultáneamente en ambientes hostiles.

“Poniendo el foco en la económica circular, las inversiones en este campo van orientadas a la gestión de los residuos, los sistemas de gestión eficiente de la chatarra o el ecodiseño de los equipos para su futura reutilización”, indicó San Millán.

Según Reinoso, el reto para la industria papelera está en “avanzar en el concepto de fábrica digital, donde todos los medios productivos están conectados, las cadenas de suministro están integradas y los canales de distribución y atención son digitales. Esto incluye, además, la digitalización de la cadena de suministro, la interacción con los clientes y los canales de distribución”.

Desde un punto de vista más genérico, Ramírez ha hecho hincapié en que, “economía circular y digitalización es un binomio inseparable. Por un lado, la economía circular sería impensable sin la aplicación de las tecnologías denominadas exponenciales y, por otro, la digitalización de los procesos de negocio estaría incompleta sin su aplicación a estrategias de economía circular en el mercado”.

En cuanto a Ecoembes, hace años crearon TheCircularLab, un laboratorio pionero en Europa enfocado a la economía circular que trabaja, entre otras líneas, en ecodiseño y desarrollo de nuevas tecnologías para aplicar a lo largo de todo el proceso del reciclaje.

De hecho, “la introducción de tecnología se da a lo largo de todo el proceso del reciclaje. Por ejemplo, a través de Smartwaste estamos ya trabajando con contenedores con sensores de llenado para saber cuándo están llenos para recogerlos, haciendo así las rutas más eficientes. También en las plantas de selección se utiliza tecnología puntera para poder recuperar el mayor número de envases y con menores mermas desde que estos llegan hasta que salen”, resaltó Trigo.

Otro proyecto destacado en cuanto a tecnología, que nació en TheCircularLab, es el Sistema de Devolución y Recompensa RECICLOS, que hace uso de blockchain, geolocalización, reconocimiento de imágenes y sensorización para que, “en el momento de reciclar en el contenedor amarillo, los usuarios obtengan recompensas por sus latas y botellas de plástico de bebidas. Este sistema, que está ya en las 17 comunidades autónomas, cuenta además con máquinas instaladas en estaciones de transporte, hospitales y centros comerciales, entre otros”, finalizó la directora de Ecoembes.

Finalmente, el responsable de Auren remarca que han implemento proyectos de digitalización que les han ayudado a mejorar tanto en la seguridad de la información que se maneja, como de su control y en el ahorro de recursos y minimización de residuos. Y para ello, “los procesos que han sido sometidos a digitalización, se han visto rediseñados y reenfocados de forma diferente a como se hacían de forma tradicional”.

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