El proyecto tiene una duración de tres años y medio, durante los cuales se quiere demostrar cómo “el uso de diversas tecnologías puede permitir reciclar componentes de los paneles fotovoltaicos” como el vidrio, el silicio, la plata, los metales pesados o los polímeros. Así, se pueden reutilizar estos materiales cuando los paneles llegan al final de su vida útil para fabricar nueces de última generación. De esta forma se aumenta la circularidad del sector y la rentabilidad del proceso global de producción de estas instalaciones energéticas.
De hecho, una de las prioridades del proyecto -que forma parte del programa de financiación Horizon Europe de la Comisión Europea- es reducir la dependencia excesiva de Europa de las materias primas necesarias para producir los paneles fotovoltaicos, que principalmente se importan de la China. Asimismo, se da una nueva vida útil a los paneles obsoletos, al tiempo que se impulsa el crecimiento de la industria fotovoltaica a escala europea. La iniciativa está coordinada por Noruega, mediante el Institute for Energy Technology (IFE), y cuenta con la participación de entidades y empresas de Bélgica, Francia, Alemania, Suiza, Rumanía, Ucrania, Turquía, Lituania y España.
El hecho de que ACCIÓ sea una de las entidades miembros de este consorcio “permitirá alinear los servicios de apoyo a las empresas catalanas a las estrategias y políticas de la Unión Europea en este ámbito así como cooperar con organizaciones líderes internacionales del sector para levantar oportunidades industriales en Cataluña”.