Se trata de subvenciones a fondo perdido, con “capacidad para movilizar inversión público-privada”, según informan, así como generar empleo, lo que aseguran que repercutirá en un “mayor fortalecimiento y competitividad del tejido industrial” de la región.
En 2023, las actuaciones a financiar se dividen en dos líneas. La primera de estas engloba proyectos de nueva creación de establecimientos industriales, donde incluyen el traslado de empresas de suelo cuyo uso no sea industrial a un nuevo emplazamiento en suelo clasificado como tal.
Según el Gobierno canario, podrán optar a estas ayudas los planes de ampliación de capacidad de producción en industrias que ya existan. Además de aquellos que tengan como objetivo la “diversificación de producción”, en productos que no se fabricaban con anterioridad o la realización de una “transformación fundamental” del proceso de producción. En estos casos, el porcentaje de subvención es fijo, de 40% sobre la inversión aprobada, la cual oscilará entre un mínimo de 10.000 euros y un máximo de un millón de euros.
Con respecto a la segunda línea, buscan “apoyar a la calidad en la producción”, para la capacitación técnica de laboratorios de ensayo o de calibración industrial, la certificación de productos industriales, creación o modernización de los laboratorios de calidad de las pymes industriales, o la implantación de sistemas de inocuidad de los alimentos.
Añaden que esta subvención podrá ser recibida por “elementos intangibles”, como la incorporación de diseño al producto, la “mejora de los procesos”, auditorías energéticas o la implantación de normas de “reconocido prestigio”. El porcentaje de ayuda en esta segunda línea, también fijo, es del 60% sobre la inversión aprobada, lo que supondrá un máximo de 75.000 euros para proyectos relacionados con la calidad de la producción y de 10.000 euros para el resto.