Esta Ley de Industria Net-Zero tendrá distintos pilares. Busca establecer condiciones propicias para la inversión en tecnologías netas cero al mejorar “la información, reducir la carga administrativa” y “simplificar los procesos de concesión de permisos”. Además, dará prioridad a los proyectos “estratégicos Net-Zero”, considerados esenciales para “reforzar la residencia y la competitividad industrial de la UE”. También tiene como objetivo acelerar la captura de CO2, para que la Unión alcance una capacidad de inyección anual de 50 Mt en sitios estratégicos de almacenamiento de CO2 para 2030, con contribuciones proporcionales de los productores de petróleo y gas. Otro de sus pilares es facilitar el acceso a los mercados para impulsar la “diversificación de la oferta de tecnologías netas cero”, exigiendo a las autoridades públicas que tengan en cuenta criterios tanto de sostenibilidad como de resiliencia en la contratación pública. Esta Ley, introduce nuevas medidas en cuanto a “garantizar que haya una mano de obra cualificada” que apoye la producción de tecnologías net-zero, incluida la creación de academias industriales. En lo que a pruebas reglamentarias se refiere, permitirá a los estados miembros crear entornos para probar tecnologías innovadoras. Finalmente, establece la creación de una plataforma que ayudará a la Comisión y a los Estados a coordinar acciones e intercambiar información.
La Comisión busca con esta norma que el sistema energético de la Unión sea más seguro y sostenible, creando “mejores condiciones” para establecer proyecto de cero emisiones netas, atrayendo inversiones para que la “capacidad de fabricación estratégica global de tecnología neta de la Unión se acerque al menos el 40% de las necesidades de la Unión para 2030”. Así “acelerará el progreso hacia objetivos climáticos y energéticos”, “impulsará la competitividad industrial”, creará “empleos de mejor calidad” y apoyará “los esfuerzos de la unión para convertirse en independientes energéticamente”.
La propuesta de esta legislación aborda “tecnologías que contribuirán significativamente a la descarbonización”, incluyendo: energía solar fotovoltaica y solar térmica, energía renovable terrestre y marina, baterías y almacenamiento, bombas de calor y energía geotérmica, electrolizadores y pilas de combustible, biogás o biometano, captura, utilización y almacenamiento de carbono, y tecnologías red, de combustibles alternativos de sostenibilidad, avanzadas para producir energía a partir de procesos nucleares con mínimos residuos del ciclo de combustibles, pequeños reactores modulares y los “mejores combustibles de su clase”. Asimismo, las tecnologías estratégicas de cero emisiones netas recibirán una ayuda especial y están sujetas a la referencia de producción nacional del 40%.
Antes de la adopción y entrada en vigor de este Reglamento, debe ser debatido y acordado por el Parlamento Europeo.