El objetivo es “conseguir la mayor difusión de estas herramientas” para, a su vez, “impulsar estas actividades clave para la economía y el empleo”. Este catálogo se encuentra dividido en diferentes apartados, explican, donde recogen “medidas relativas a la financiación” de empresas tanto industriales, servindustriales, así como incentivos a inversiones para la “transición justa”, el crecimiento de las cadenas de valor industriales y dirigido a “polígonos industriales eficientes”, además de ayudas a la mejora energética de la industria manufacturera y extractiva y a la minería sostenible e innovadora.
En cuanto al “respaldo financiero a las empresas industriales y servindustriales”, aseguran que “permanece vigente la línea de avales” cuyo importe es de 15 millones de euros mediante la sociedad de garantía recíproca Garántia, la cual “pone a disposición del tejido empresarial industrial manufacturero” avales que respaldan operaciones de hasta 250.000 euros con el fin de “atender necesidades de liquidez que se hayan visto agravadas” como consecuencia del “coste de la energía”.
En lo referente a las inversiones destinadas a proyectos tractores en la comunidad, la Junta dispone de “varios instrumentos de apoyo” entre los que han destacado la “línea de incentivos complementarios a los Incentivos Económicos Regionales” cuyo fin son las “grandes empresas” ya sean de la industria aeroespacial, manufacturera, logística y de servicios avanzados. Estos cuentan con un presupuesto de 118 millones de euros de fondos propios de la Junta para ejercicios de 2023 y 2024.
Como sistema para “atraer inversiones industriales a Andalucía”, citan los incentivos para infraestructuras básicas de los “proyectos tractores” con una base reguladora y convocatorias que según anuncian se publicarán próximamente.
Otro de los apartados de este documento es el Fondo de Transición Justa para el impulso de “nuevos ecosistemas industriales”, concretamente, en las provincias de Almería, Cádiz y Córdoba. Para este fondo europeo cuentan con 170 millones de presupuesto y un objetivo de “mitigar los efectos negativos de la transición energética” promoviendo, a su vez, una “transición socioeconómica equilibrada”, puntualizan.
En el ámbito de la minería, siguiendo línea de la Estrategia para una Minería Sostenible 2030, establecen incentivos con el fin de “apoyar las actividades mineras innovadoras” adquiriendo servicios avanzados, así como “otras actuaciones” las cuales caracterizan de necesarias para el desarrollo sostenible de cadena de valor de productos y servicios unidos a la industria extractiva. Esta última “herramienta” prevén activarla en 2024.
