Para ello, aportaron información de valor tanto el presidente de amec amtex, Óscar Rius, como el director general de ITMF, Christian Schindler. ITMF es el principal foro internacional del sector, cuenta con empresas y asociaciones de toda la cadena textil (fabricantes de maquinaria, empresas de materias primas y fabricantes de producto) y es el think tank de referencia en información y desarrollo, editando los principales estudios internacionales sobre el textil.
Pese a que el sector está funcionando hasta ahora de forma correcta, tanto Rius como Schindler advirtieron a las empresas que los problemas de abastecimiento de materias primas irán en aumento y llegarán a su máximo nivel entre otoño y finales de año. “Es hora de empezar a estocar”, indicó el presidente de amec amtex.
Precisamente, muchas empresas de tecnología textil están abandonando la producción just in time debido al encarecimiento de los materiales y su dificultad de acceso. Afectan al sector de la tecnología textil el aumento del precio del cobre, del aluminio, y más concretamente de las púas para bobinar, así como de los semiconductores. A ello se suma los problemas de logística y de transporte, ya que se ha triplicado el coste de los contenedores. Todo ello hace muy a menudo inviable la entrega a un precio razonable. Estas dificultades afectan a toda la industria internacional.
Respecto a los mercados, si bien para los miembros de AMEC el primer destino de las exportaciones es Estados Unidos, Schindler afirmó con rotundidad que a nivel internacional China seguirá siendo el principal mercado y aglutinador de toda la cadena de valor. Sin embargo, existe en el propio territorio chino una competencia local muy fuerte, y hasta casi el 80% de las máquinas que produce se dirigen al mercado interno.
La evolución de los materiales
Schindler indicó que el poliéster seguirá manteniendo su hegemonía en los próximos años frente al algodón. Las fibras artificiales siguen siendo más baratas, a la vez que lo importante en cuanto a la sostenibilidad de este material radica en el proceso que se aplica en su producción y en la cantidad de agua necesaria, tal y como explicó. Es así como es posible crear fibras que requieran de poca utilización de este preciado recurso.
Por otra parte, los tejidos inteligentes seguirán ganando terreno. Algunos ejemplos de la gran cantidad de funcionalidades que irán sumando es la de ropa que nunca se mancha, o la de un nuevo tejido deportivo que modifica su comportamiento según la temperatura corporal, permitiendo una mayor transpiración en momentos de calor y una menor en caso de frío.
Nuevos servicios digitales y la propiedad de los datos
Las empresas de tecnología textil están trabajando en la digitalización de sus máquinas y ofreciendo nuevos servicios en forma de paquetes digitales. Así, es posible monitorizar el funcionamiento de la fábrica a kilómetros de distancia, o bien contar con un mantenimiento predictivo, en el que la máquina advierte con tiempo de cuándo necesitará recambios, de forma que el fabricante puede remitirlos sin necesidad de paralizar la producción. Con todo, tal y como expuso Schindler, se ha abierto un debate: “¿Quién es el propietario de los datos? ¿El fabricante de la tecnología o el productor de los datos?” Una pregunta que entraña complejidad, ya que, si bien el cliente es quien realiza la inversión para contar con máquinas inteligentes, es el fabricante quien puede optimizar su funcionamiento si cuenta con esos datos.
