REPORTAJE

La innovación industrial en la era de la incertidumbre: retos, prioridades y el nuevo paradigma de la seguridad nacional

El VII Barómetro Internacional de la Innovación de Ayming, correspondiente a 2026, y presentada esta semana, revela un panorama industrial donde la innovación mantiene su relevancia estratégica fundamental, pero debe adaptarse urgentemente a un entorno marcado por la inestabilidad geopolítica, la escasez crítica de talento especializado y la creciente influencia de la seguridad nacional en las decisiones corporativas.

Basado en una encuesta comprehensiva a 850 directivos de 17 países y 9 sectores industriales clave, el informe destaca cómo las empresas manufactureras, tecnológicas y de infraestructura están reconfigurando profundamente sus estrategias para mantener la competitividad en un mundo en constante y acelerada transformación.

«En Ayming acompañamos a las empresas en todo el recorrido de un proyecto innovador. Somos sus compañeros de viaje ayudándoles desde que se genera la idea de proyecto hasta que se pone en marcha o se lanza al mercado. Les asesoramos en los distintos incentivos para su financiación.
Nos encargamos desde la gestión y presentación de la ayuda, la generación de la reducción fiscal o con la aplicación de las bonificaciones por personal investigador, por ejemplo» ha indicado Sheila González, directora de Innovación de Ayming y presentadora de los detalles del Barómetro.

«Nuestro objetivo es que la innovación deje de ser algo puntual o creativo o reactivo y se convierta en una palanca de crecimiento sostenible que genere valor en la empresa», ha añadido González en una entrevista a industry TALKS..

Los hallazgos del estudio de Ayming muestran una evolución significativa en las prioridades corporativas. El «impulso de la innovación» ha recuperado su posición como segunda prioridad empresarial en el ámbito industrial, solo superada por la «mejora de la eficiencia operativa».

Este cambio es particularmente notable considerando que la reducción de costes, que lideró el ranking el año anterior, ha caído al cuarto puesto. Carlos Artal, director general de Ayming España, contextualiza este cambio estratégico: «Creo que las empresas se han dado cuenta de lo importante que es la innovación como área estratégica de actividad. No es algo secundario, no es que esté bien tenerla o algo que se haga paralelamente a otras cosas. Lo haces, o quedas fuera de juego. Contar con equipos de innovación más amplios resulta positivo para la compañía, pues posibilita innovar al mismo tiempo en un mayor número de áreas».

Concepto de «destrucción creativa»

En la presentación del Barómetro, Artal ha subrayado que el Premio Nobel de Economía de este año ha recaído en tres expertos que han estudiado, precisamente, cómo la innovación estimula el crecimiento. Y esto está relacionado, en su opinión, con el concepto de «destrucción creativa», que se refiere a ese proceso mediante el cual las innovaciones beneficiosas, las más avanzadas, reemplazan y casi siempre destruyen tecnologías y empresas antiguas. «Y cuando hablo de empresas, hablo de tecnologías y hablo de modelos de negocio. Esto no es nuevo, esto deriva de la tesis del economista Joseph Schumpeter y su libro Capitalismo, Socialismo y Democracia, que data de 1942″, ha indicado Artal. Y ha puesto el ejemplo de los videoclubes que desaparecieron como los dinosaurios con la irrupción del video por streaming.

Pese a todo, también existen problemas. Preguntada por los obstáculos a la innovación, Sheila González ha admitido a este diario industrial «que muchas veces la cultura interna es el mayor freno, pero la innovación no depende del tamaño de la empresa en muchos casos, sino de la mentalidad».

Para impulsar esa mentalidad, ha citado tres elementos fundamentales. El liderazgo, es decir, los equipos necesitan líderes que crean en la innovación y la impulsen, no solo con palabras, que se creen esos espacios. «El segundo sería estructura y talento, dotar de cierta estructura para crear esos procesos. Tiempo y dedicación, porque si no es difícil que las ideas puedan prosperar. Incorporar el talento necesario para generar ese ecosistema de conocimiento y nuevas ideas y tecnologías». Y el tercer pilar sería es el reconocimiento: «Hay que celebrar también esos intentos fallidos porque son parte del camino y ayudan a fomentar una cultura donde innovar sea parte del día a día».

También ha intervenido en el acto, hablando en nombre del Gobierno de España, Jaime Peris, comisionado especial para la Reindustrialización, quien ha valorado que «este Barómetro deja claro que la innovación no se detiene ante la incertidumbre. Al contrario, la incertidumbre la impulsa. En un contexto geopolítico complejo y de transformaciones tecnológicas aceleradas, son las empresas las que apuestan por innovar, las que marcan la diferencia, las que lideran y las que aseguran el futuro. Desde el Gobierno de España compartimos plenamente esta visión. Sabemos que no hay reindustrialización posible sin innovación, ni innovación sostenible sin una base industrial sólida capaz de transformar conocimiento en productos, servicios y empleo de calidad».

«La innovación -ha remarcado Peris- es un motor de progreso, de competitividad y de transformación industrial de nuestro país y del mundo» y ha ligado su futuro al talento, dado un desafío clave: la escasez de talento. «La innovación no solo es cuestión de inversión o tecnología, es una actitud,
una forma de mirar el mundo con curiosidad, con ambición y con compromiso», ha dicho en otro momento de su alocución.

Antes un freno, ahora un catalizador

El comisionado especial de Reindustrialización también ha enfatizado en la circunstancia de la incorporación del sector de la defensa y la seguridad nacional como nuevo eje del análisis. «Lo que antes podía verse como un freno, hoy se convierte como un catalizador, como una oportunidad. Las empresas no solo se adaptan a las amenazas, sino que innovan respuestas a ellas. Y este es un mensaje fundamental. La seguridad y la innovación no son opuestos, son complementarios», ha remarcado.

«Desde el Gobierno queremos seguir siendo aliados de la innovación empresarial, no solo como financiadores, sino como facilitadores de un entorno estable, predecible y favorable, que premie el riesgo, valore el conocimiento y acelere la transferencia tecnológica», ha estimado Peris.

MiWEndo Solutions: premio a la innovación médica

Tras dos mesas de debate, donde han participado empresas innovadoras como Fujitsu, Gestamp, Grupo Oesía, MiWEndo y VASS, la presentación ha concluido con la entrega a MiWEndo Solutions del premio Innovate 4 Tomorrow. MiWEndo es una spinoff de dos universidades y un hospital de Cataluña que ha diseñado un dispositivo revolucionario para salvar vidas humanas.

El dispositivo, para explicarlo de una forma muy sencilla, es un accesorio que se incorpora a la punta del colonoscopio, como si fuera un cabezal, en forma de anillo que incorpora una serie de antenas electromagnéticas. Estas antenas funcionan como el sensor de párking de un coche, que emite una señal cuando el vehículo se acerca a una pared. Industry TALKS ha tenido la ocasión de hablar brevemente con Tomás Escuín, CEO de MiWEndo. «Podemos identificar lesiones que no son visibles», ha dicho. Escuín y su equipo están trabajando ahora en conserguir que su artefacto pase la oportuna certificación sanitaria europea para empezar la comercialización.

Escuín recoge el premio a la innovación que Ayming ha otorgado a MiWEndo.

En representación de Gestamp ha hablado Javier Pérez de Zabalza, IT Transformation Director, quien en declaraciones a industry TALKS ha remarcado que «la investigación y la innovación son esenciales para la competitividad» de la compañía y para el futuro de su negocio. La investigación y la innovación «son transversales a todo lo que hacemos: Gestamp innova en procesos industriales, en tecnologías, en productos y, por supuesto, también en los materiales que se utilizan para fabricar esos productos, bien sean de carrocería, de chasis o de mecanismos».

Gestamp, ha indicado Pérez de Zabalza, lleva trabajando en la transformación digital desde 2016, con el objetivo de alcanzar una fábrica inteligente, digital y conectada, entendida como sinónimo de eficiencia y excelencia operacional. «Este proceso ha implicado diferentes fases, desde la sonorización (captura de datos en planta), digitalización de procesos y, ahora, estamos viviendo la integración y aprovechamiento de tecnologías como la IA, lo que nos acerca más a esa fábrica inteligente».

La transformación digital, parte fundamental

La utilización de tecnologías, como la IA o los gemelos digitales, es clave, ya que permiten simular, analizar y optimizar procesos y productos en tiempo real, ha enfatizado. «Pero, la realidad es que la tecnología es un motor de la transformación, no un fin en sí mismo. Así, es importante que la tecnología se integre dentro de la empresa con visión, liderazgo y cultura», ha indicado.

«La transformación cultural es fundamental para que la digitalización sea efectiva y sostenible. En este sentido, Gestamp fomenta una cultura empresarial orientada a la innovación y, además, invierte en formación tecnológica y en impulsar el upskilling reskilling del talento interno, quienes tienen el conocimiento y el saber hacer», ha concluido el representante de Gestamp.

Según los datos del Barómetro, el sector industrial muestra un compromiso creciente con la innovación, evidenciado por el hecho de que el 96% de las empresas cuenta ahora con un equipo dedicado específicamente a esta función, un aumento notable respecto al 78% registrado el año pasado. Esta expansión abarca organizaciones de todos los tamaños, con solo el 7% de las pequeñas empresas y el 1% de las grandes corporaciones careciendo de equipos especializados.

Sin embargo, este compromiso organizativo no se traduce aún en un incremento presupuestario significativo: el gasto medio en innovación se mantiene en un 6,7% de la facturación, con un avance mínimo del 0,1% interanual.

Njy Ríos, socia de Ayming Reino Unido, explica esta aparente contradicción: «Es parte de la naturaleza humana ser optimista, por supuesto, pero esto podría deberse a que el mercado espera que las cosas mejoren después de varios choques geopolíticos, que se normalicen y se superen las crisis. En este momento, los costes son altos en todos los ámbitos, lo que desvía recursos a otras áreas del negocio. A medida que esos costes se normalicen, los líderes pueden esperar que se canalicen parte de ellos hacia la innovación».

Transformación digital industrial y la crisis crítica de talento especializado

La Inteligencia Artificial (IA) se ha erigido como la principal prioridad en innovación para el sector industrial, desplazando definitivamente a la implementación de nuevas herramientas y tecnologías genéricas. Este cambio paradigmático refleja la maduración de la IA como tecnología transformadora rather que como simple herramienta operativa.

Bruno Coulmance, director de Consultoría de Innovación de Ayming Francia, subraya esta transición fundamental: «La IA se está convirtiendo en una prioridad estratégica por sí misma, mientras que otras tecnologías se perciben más como palancas operativas o sectoriales. En Francia, la IA ya no se considera simplemente una herramienta, sino un vector de transformación global, que integra temas como la ciberseguridad, la gestión de datos, los recursos humanos o el desarrollo sostenible».

Paralelamente, la industria enfrenta una crisis de talento sin precedentes que amenaza su capacidad innovadora. La «falta de habilidades o talento disponible» se ha convertido en la principal barrera interna (41%), afectando especialmente a sectores intensivos en tecnología como el energético (52%) y tecnológico, mientras que el sector agroalimentario reporta menores dificultades (29%).

Coulmance advierte sobre este desafío crítico: «Es una tendencia que estamos viendo muy claramente en Francia. La guerra por el talento, especialmente en áreas como la deeptech o las transiciones digital y energética, se está intensificando. Las empresas, especialmente las pymes, están teniendo dificultades para contratar los perfiles cualificados que necesitan. Esto reduce su capacidad para convertir las ideas en proyectos concretos, incluso cuando disponen del presupuesto necesario. El desafío ahora es lograr mejorar las competencias internamente y, al mismo tiempo, atraer talento externo».

Estrategias de financiación y liderazgo

El panorama de financiación muestra evoluciones significativas, con la autofinanciación manteniéndose como principal fuente (48%), mientras la financiación mediante capital gana terreno (40%). Las subvenciones a la innovación (38%) y deducciones fiscales por I+D+i (32%) se mantienen estables, pero enfrentan desafíos de acceso.

Ríos explica la situación en el Reino Unido: «Hay dos razones: una es que la gente quiere tener acceso a los fondos antes. Mientras que las deducciones son pagos por actividades realizadas en el pasado que podrían tardar un año en concretarse, las ayudas se pueden usar ahora para actividades futuras. La segunda es que ha habido una mayor actividad de supervisión del cumplimiento y, por lo tanto, una mayor probabilidad de que el uso de deducciones fiscales dé paso a una auditoría».

En el frente del liderazgo, se observa una transición significativa hacia la especialización. Los directores ejecutivos y generales ceden terreno (del 53% al 48%) frente a los directores de Innovación (30%) y los directores financieros (19%), que ganan protagonismo en el desarrollo de estrategias de innovación.

Artal reflexiona sobre esta tendencia: «No hay estrategia sin Innovación; la Innovación es la estrategia: es la única directriz viable que puedes seguir. Por ello, los directores de Innovación se convierten en una pieza clave de la ecuación, no solo saben lo que están haciendo y lo que la empresa debe hacer, sino que también ven lo que la empresa debería estar haciendo dentro de tres años».

Seguridad nacional: nuevo catalizador de la innovación industrial

Uno de los aspectos más transformadores revelados por el estudio es el impacto creciente de la seguridad nacional en la estrategia industrial. El 93% de las empresas considera estos riesgos en su planificación estratégica, y el 23% afirma que influyen «mucho» en su estrategia. Sorprendentemente, el 81% ha innovado activamente en respuesta a amenazas de seguridad nacional en los últimos cinco años, cifra que alcanza el 91% en el sector financiero y el 89% en grandes corporaciones, demostrando cómo la gestión de riesgos se convierte en driver de innovación.

En coherencia con estos datos sobre seguridad nacional, la presentación del Barómetro ha contado con la participación de Luis Fornells, presidente ejecutivo de Grupo Oesía, quien ha abordado el futuro de la innovación y el rol de la industria de defensa en ella. «Tenemos que tener innovación en el 100% de los empleados», ha dicho.

Luis Furnells (derecha) conversa con Francisco Marín en el evento organizado por Ayming. Firma: industry TALKS

La ciberseguridad emerge como área crítica para la industria: el 54% de los encuestados la identifica como principal amenaza y el 51% como mayor oportunidad de innovación. Este alineamiento casi perfecto entre riesgo y oportunidad subraya la naturaleza dual de los desafíos tecnológicos contemporáneos.

Nicola Astolfi, director de Ayudas y subvenciones de Ayming Italia, destaca su importancia estratégica: «A diferencia de los cambios en la infraestructura o la cadena de suministro, la ciberseguridad se puede implementar de forma remota, incremental y con menos dependencias. Como medida proactiva, es excepcionalmente accesible y escalable, y también es esencial. La tecnología ha aportado eficiencias vitales a las empresas, pero una penetración tecnológica tan meteórica también aumenta el peligro de ataques cibernéticos para los cuales las empresas deben estar preparadas».

Las innovaciones de «doble uso» —con aplicaciones civiles y de defensa— ganan terreno significativo en el sector industrial: el 26% de las empresas las han desarrollado en el último año. Artal explica este fenómeno creciente: *»Lo que está diseñado para uso civil a menudo puede servir para fines militares y, lo que es vital: ya no existe ningún riesgo para la reputación de quienes buscan diversificarse. Una cantidad significativa de fondos está fluyendo hacia la defensa y las industrias están buscando alinear su I+D para aprovechar tanto las oportunidades de subvenciones como las aplicaciones intersectoriales. Tomemos como ejemplo una empresa química que produce Omega-3 y descubre que un subproducto es un ingrediente clave en el combustible para misiles».

Colaboración Industrial como imperativo estratégico en un mundo fragmentado

El informe concluye que la innovación industrial sigue siendo una fuerza vital, pero su éxito depende cada vez más de la capacidad para leer el panorama político y fomentar la colaboración interindustrial. La deslocalización de actividades de I+D muestra cambios dramáticos: solo el 50% de las empresas innova exclusivamente en su propio país, frente al 77% del año anterior, mientras Estados Unidos consolida su posición como principal destino (30%).

Artal vislumbra un futuro marcado por la cooperación forzosa: «Creo que esto es solo el comienzo de lo que vamos a ver. Por ejemplo, una de las convocatorias de ayudas con más éxito que tenemos en España es Misiones. Solo se puede presentar la solicitud si se forma un consorcio para un objetivo común de al menos cuatro empresas. Si no lo haces, por muy bueno que sea el proyecto, no puedes acceder a la financiación, por lo que el propio sistema en realidad está fomentando la colaboración».

En el sector defensa, donde la presión por resultados inmediatos representa la mayor barrera (48%), la colaboración intersectorial emerge como solución crítica. Coulmance analiza la cautela existente en sectores estratégicos: «Hay cierta cautela estratégica en estos sectores. La defensa y la seguridad nacional tienen requisitos muy estrictos en términos de soberanía, fiabilidad y ética; y si bien la IA es ciertamente prometedora, aún se la percibe como demasiado inmadura en aspectos críticos como los sesgos, la trazabilidad o la fiabilidad. Como resultado de ello, estos sectores prefieren tecnologías más probadas».

En un mundo industrial más volátil y fragmentado, donde la seguridad nacional impulsa activamente la I+D y la transformación digital redefine los procesos productivos, la agilidad estratégica y la cooperación intersectorial se convierten en imperativos existenciales para navegar con éxito el futuro de la innovación industrial. La capacidad de integrar tecnologías emergentes mientras se gestionan riesgos geopolíticos complejos y se desarrolla talento especializado determinará la competitividad industrial en la próxima década, marcando la frontera entre quienes liderarán la transformación industrial y quienes quedarán relegados a la obsolescencia tecnológica.

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