-¿Cuáles son los pilares de la RSE de Grupo Davila y su compromiso con la agenda 2030 de la ONU?
En Grupo Davila entendemos la responsabilidad social empresarial como una herramienta de creación de valor compartido, como una forma de generar valor que beneficie tanto a la empresa como a la sociedad. Nuestros pilares fundamentales son tres: sostenibilidad ambiental, compromiso social y ética empresarial
En el ámbito ambiental, promovemos la eficiencia energética en nuestras terminales, trabajamos activamente para mejorar la eficiencia energética en nuestras instalaciones, incorporar tecnologías limpias y fomentar el transporte intermodal, con el objetivo de reducir nuestra huella de carbono. Estas iniciativas están alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, en particular con el ODS 9 (industria, innovación e infraestructura), el ODS 13 (acción por el clima) y el ODS 14 (vida submarina).
En el ámbito social, impulsamos convenios y colaboraciones con entidades que promueven la salud, la inclusión y la lucha contra la pobreza. Apostamos por el empleo digno y el desarrollo del talento joven como motores de transformación social.
Nuestra forma de actuar se basa en principios éticos sólidos: transparencia, integridad y una fuerte vocación de servicio, tanto hacia nuestros clientes como hacia la sociedad. Nuestro compromiso con la Agenda 2030 no es solo una declaración, sino una práctica constante vinculada a nuestro día a día.
-¿Cómo establecen prioridades entre las acciones a tomar en cuanto a impacto social y medioambiental y por qué?
En Grupo Davila definimos prioridades a partir de un doble criterio: el impacto concreto que pueden generar las acciones y su conexión directa con nuestra actividad principal, por eso enfocamos nuestros esfuerzos en iniciativas que transforman de forma real nuestro entorno operativo —como los puertos, la logística y el transporte— y que reflejan fielmente nuestra identidad como empresa.
En materia ambiental, damos preferencia a proyectos que contribuyen a reducir la huella de carbono, optimizar el consumo energético o promover alternativas sostenibles como las autopistas ferroviarias. También analizamos el beneficio ambiental de nuestras inversiones tecnológicas, como los sistemas inteligentes en grúas o la electrificación progresiva de equipos portuarios.
En el plano social, apostamos por aquellas acciones donde podemos marcar la diferencia: nuestra colaboración con organizaciones dedicadas a la salud infantil, la inclusión o la alimentación se basa en relaciones cercanas y sostenidas en el tiempo.
No buscamos una RSC cosmética o como estrategia de imagen, sino transformadora, que integre a nuestros equipos, impacte en nuestra comunidad y que fortalezca nuestra competitividad desde una perspectiva sostenible.
-¿Qué importancia tienen las alianzas estratégicas, también en el ámbito de la RSE, y cuáles son las razones que los llevan a establecer colaboraciones con unas ONG y no con otras?
Las alianzas estratégicas son un pilar fundamental para que nuestra responsabilidad social tenga un impacto real. En Grupo Davila entendemos que la sostenibilidad y la acción social no pueden abordarse de forma aislada, sino como parte de un esfuerzo colectivo. Por eso, buscamos colaborar con organizaciones que compartan nuestros valores, objetivos y una gestión rigurosa de sus iniciativas.
A la hora de elegir una ONG o fundación con la que colaborar, evaluamos tres factores clave: su solvencia, la solidez de la entidad, su impacto tangible en el territorio y su nivel de transparencia. Damos prioridad a aquellas que tienen presencia activa en Galicia o en las zonas donde operamos, porque creemos firmemente en el poder del compromiso local. También valoramos que sus proyectos tengan continuidad en el tiempo, más allá de acciones puntuales.
-La implicación de la plantilla es clave en los proyectos de RSC. ¿Cuál es la principal herramienta de motivación que utilizan y qué programas de voluntariado llevan a cabo u otros programas de sensibilización e implicación?
Fomentamos una comunicación interna cercana y transparente, promovemos la participación directa en acciones sociales y damos visibilidad a los logros colectivos. Cuando apoyamos causas como por ejemplo la investigación del cáncer infantil, lo hacemos a través de campañas en las que todo el equipo puede involucrarse, ya sea con aportaciones voluntarias o colaborando en actividades conjuntas con la fundación. Lo mismo ocurre con las recogidas de alimentos o las iniciativas deportivas inclusivas: no se trata de imponer, sino de construir juntos.
Aunque por la naturaleza de nuestro sector no siempre es viable implementar programas de voluntariado tradicionales, sí desarrollamos actividades de sensibilización vinculadas a causas sociales, medioambientales o locales. Esto incluye campañas internas sobre sostenibilidad, formaciones específicas o el impulso de ideas propuestas por el propio personal. Cuando la RSC se vive desde dentro, como un compromiso compartido, su efecto es multiplicador.
-Desde Envera siempre decimos que la RSC debe estar sustentada en el principio de todos ganan. ¿Cuáles son los beneficios para el Grupo Davila de estas acciones y cuál ha sido el impacto social y medioambiental que han generado?
Compartimos plenamente esa perspectiva. Cuando una iniciativa de RSC está bien planteada, genera beneficios en todos los niveles: mejora la calidad de vida en la sociedad, protege el entorno natural y también aporta valor a la empresa. En nuestro caso, la responsabilidad social ha fortalecido el compromiso interno de quienes forman parte de Grupo Davila, ha estrechado nuestros lazos con el entorno y nos ha consolidado como una empresa referente en sostenibilidad dentro del sector logístico y portuario.
En cuanto al impacto, las iniciativas medioambientales que estamos desarrollando —como la electrificación progresiva de maquinaria, el impulso a la intermodalidad o la mejora de la eficiencia energética en nuestras instalaciones— están reduciendo nuestra huella operativa y ayudan a optimizar recursos clave. A nivel social, la colaboración con entidades diversas ha permitido canalizar ayuda efectiva hacia colectivos especialmente vulnerables, con un enfoque local y sostenido en el tiempo. Pero más allá de cifras, el mayor beneficio es cultural: construir una empresa donde la sostenibilidad no es un añadido, sino parte de la manera en la que entendemos nuestra actividad. La RSC no es un gasto, sino una inversión que da sentido a lo que hacemos y refuerza nuestra identidad como grupo familiar con más de un siglo de trayectoria.
-La consideración de que la RSC debe ser sistémica y transversal en una empresa y no puntual y focal es vital, como cualquier planeamiento estratégico. ¿Cuál es el suyo en este ámbito?
Estamos completamente alineados con esa visión. En Grupo Davila no concebimos la RSC como un conjunto de acciones puntuales o aisladas, lo hacemos con un enfoque transversal que debe integrarse en cada nivel de la organización: desde la toma de decisiones estratégicas hasta las operaciones diarias y la cultura interna.
Nuestro modelo incorpora la sostenibilidad, el compromiso social y la ética empresarial como elementos clave del negocio, no como añadidos, sino como auténticos factores de diferenciación y sobre todo competitividad.
Hemos definido líneas de actuación en ámbitos como la transición energética, la digitalización con enfoque sostenible, la economía circular, la formación continua y la colaboración con entidades sociales. Todo ello con una mirada a largo plazo y en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
En resumen, no se trata solo de “hacer RSC”, sino de ser una empresa responsable en esencia. Cuando el compromiso es coherente y forma parte del ADN corporativo, se convierte en una verdadera palanca de transformación y liderazgo.
-¿Cuáles han sido los dos proyectos social y medioambiental que explicaría en un foro de industria como casos de éxito de Grupo Davila?
En el ámbito medioambiental, destacaría el proyecto de electrificación y optimización energética en la terminal de contenedores de Termavi, en el Puerto de Vigo. Gracias a la incorporación de soluciones tecnológicas avanzadas hemos reducido el consumo de combustible fósil, mejorar la eficiencia operativa y disminuir significativamente las emisiones de CO₂ por TEU movido. Además, estamos desarrollando soluciones propias que optimizan la gestión portuaria con menor impacto ambiental.
En el ámbito social, es una pregunta que me resulta complicada, pues todos los proyectos a los que nos acercamos nos parecen únicos e importantes, tendría que nombrar acciones como financiar proyectos de investigación en la lucha contra el cáncer infantil, alianzas que nos ha permitido contribuir a la lucha contra la inseguridad alimentaria en nuestro entorno más próximo, o acercar el deporte a las personas más desfavorecidas, con múltiples y diferentes iniciativas con perspectiva inclusiva y de integración social.
–El año pasado recibieron el reconocimiento del Foro de Responsabilidad Social Corporativa del Círculo de Empresarios de Galicia el Premio a la Empresa destacada en Galicia en el área de RSC, hace tres años el premio de Mindtech de RSC y en el 2023 el premio empresa del año en los premios Banco Sabadell y Prensa Ibérica de Galicia ¿Qué ha supuesto para ustedes y para el sector del transporte marítimo en el que ustedes operan?
Estos reconocimientos suponen un impulso muy significativo para nosotros; representan un respaldo muy valioso a una forma de entender la empresa basada en la responsabilidad, la innovación y el compromiso con el entorno; nos confirman que vamos en la dirección correcta; ya sea en el ámbito industrial, ambiental social o económico, refuerza una misma idea: es posible crecer de forma sostenible, siendo competitivos sin perder de vista a las personas, al planeta y a la comunidad.
Para Grupo Davila, recibir estos galardones ha sido motivo de orgullo, pero también un recordatorio de la responsabilidad que conlleva. Nos animan a seguir apostando por una estrategia empresarial que no se limita a los resultados inmediatos, sino que busca dejar una huella positiva a largo plazo. Son, en cierto modo, el reflejo de una historia centenaria que mira al futuro con ambición y compromiso, que combina la tradición con la visión de futuro.
En cuanto al sector del transporte marítimo, creemos que estos reconocimientos contribuyen a visibilizar una realidad menos conocida: que la logística portuaria también puede ser capaz de innovar, de generar impacto social y de liderar con excelencia; que puede ser mucho más que eficiencia y movimiento de mercancías, que puede ser un espacio de transformación, de compromiso social, de sostenibilidad real. No solo movemos mercancías, sino también ideas, oportunidades y progreso compartido.