ENTREVISTA ENVERA

Bernardo Cruza, director de Sostenibilidad y RSC de El Corte Inglés: “La tarea titánica será lograr que todos nuestros proveedores se alineen con el objetivo cero emisiones netas para 2050″

Bernardo Cruza es director de Sostenibilidad y RSC de El Corte Inglés. En la página web de la empresa encontramos 37 filtros por los que buscar productos sostenibles en función del origen de las materias primas con los que están realizados, otros 14 para la búsqueda de artículos con diseño y producción sostenible, 16 criterios más para encontrar cómo contribuir con su consumo a la economía circular y más apuestas dentro de la producción local.

¿Qué aspectos básicos debemos seguir para llegar al santo grial de la sostenibilidad a través de nuestra compra?

Como empresa de distribución, uno de los objetivos estratégicos de la compañía es hacer crecer progresivamente su oferta de productos con atributos de sostenibilidad, por lo que El Corte Inglés ha recopilado una guía que comparte con compradores y proveedores para alcanzar una producción y un consumo más responsables. Este es precisamente el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 12, que es absolutamente central y la referencia para la compañía.

La guía se estructura en cuatro universos: 1. Origen sostenible, esto es, materias primas. 2. Procesos que minimizan el impacto ambiental. 3. Economía circular. 4. Producción local y de cercanía. A su vez, estos atributos se basan mayoritariamente en distintas certificaciones que les confieren credibilidad. Esa misma estructura es la que se ha trasladado a la página web para que los clientes entiendan la reducción del impacto ambiental como una propiedad más de los productos que adquieren.

El objetivo es que los clientes puedan contribuir a un consumo más responsable y sostenible en su vida cotidiana y que puedan disponer de una alternativa sostenible en cualquier categoría. De hecho, este es el objetivo declarado en el Plan Director de Sostenibilidad 2025 de la compañía:  ser referentes en la oferta sostenible multicategoría, multimarca y omnicanal.

Los clientes se están identificando cada vez más con esta estrategia y ya son casi medio millón de familias cuya cesta se compone en más de un 55% de productos con atributos de sostenibilidad de más de tres categorías distintas.

Cuando usted va de compras, teniendo en cuenta que el tiempo es un bien escaso y que nos impulsa la inmediatez, ¿qué parámetros le mueven a adquirir o no un producto?

Como responsable de sostenibilidad, indudablemente me fijo en las características de sostenibilidad de los productos. Creo que nos tenemos que ir acostumbrando a incluir la sostenibilidad en la ecuación calidad-precio a la hora de adquirir cualquier producto. Es la tercera pata que ahora se hace imprescindible.

Priorizo también la producción local o de cercanía ya que contribuye a la creación de empleo y de riqueza en nuestro país y a la conservación de su entorno natural. Pienso igualmente en cómo reducir los residuos, por lo que siempre llevo bolsas reutilizables. Utilizo también bolsas de malla reutilizables para las frutas y verduras a granel, lo que contribuye a reducir la huella plástica.

Tengo en cuenta también el largo plazo, es decir, priorizando la durabilidad y el ciclo de vida útil del producto. ¡Cuántas veces nos resulta más rentable y ventajoso no dejarnos llevar sólo por el precio e invertir un poco más para tener una garantía de durabilidad!

Por último, no me puedo olvidar del reciclado final y, por tanto, cuando en casa tenemos prendas que mi familia ha dejado de utilizar las depositamos en los contenedores de ropa que Cáritas tiene instalados en casi todos los centros de El Corte Inglés, para darles una segunda vida o para su reciclado en nuevas prendas.

Usted también es un experto en negociación comercial y por sus clases del Instituto de Empresa han pasado muchos alumnos a los que le gustaba remover pensamientos y generar ciertas polémicas para encender la mecha del conocimiento y del espíritu crítico. ¿Qué es innegociable cuando hablamos de sostenibilidad? ¿Cree que la situación económica y geopolítica puede provocar una marcha atrás en la consecución de la agenda 2030, que va tan regular según el propio informe de la ONU?

Creo que, a día de hoy, todo el mundo es consciente de las consecuencias del calentamiento global y de su impacto en el cambio climático. La comunidad científica nos recuerda recurrentemente la necesidad de no sobrepasar los 1,5ºC de calentamiento y nos ha puesto los deberes de descarbonizar nuestro modo de vida.

Eso obliga a una transformación muy profunda de los modelos productivos. Un cambio de paradigma. Toda transformación se encuentra con resistencias, pero una vez producida, es irreversible. El camino no es fácil. A las empresas se les exige contar con un Plan de Transición hacia el cero neto de emisiones antes de 2025. Eso conlleva diseñar una hoja de ruta que incluye inversiones con un retorno en el medio o largo plazo. Supone también incluir la contabilidad del carbono en la contabilidad financiera. Entretanto hay que lidiar con las dificultades del día a día: inflación, tipos de interés, incidentes en el comercio mundial… Todo tiene un impacto en el consumo de las familias que priorizan cómo asignar su presupuesto disponible. A pesar de todo, la sostenibilidad está sólidamente instalada en la mente de las personas, que aspiran a llevar un modo de vida más sostenible, pero piden que eso no les cueste más. El reto de las empresas, por tanto, es hacer que la sostenibilidad sea asequible y rentable.

Con respecto a la Agenda 2023 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sin duda han marcado una hoja de ruta que por primera vez ha involucrado masivamente a las grandes empresas, que se han alineado con aquellos que resultaban clave para su sector de actividad. Sin embargo, no debe sobrestimarse la capacidad de las empresas para cambiar el mundo por si solas, ya que se trata de objetivos colectivos en los que deben intervenir todos los actores, incluidos los Estados. Ya quedan pocos años para 2030 y aún queda mucho por hacer. Pero sin duda, la mayor amenaza proviene de las guerras, que constituyen la antítesis de los ODS.

Como decíamos al principio, sólo hay que bucear en su memoria de sostenibilidad y en su web para constatar el gran esfuerzo de su organización hacia la conquista de los ODS. ¿Hasta dónde fue decisivo que el Consejo de Administración tomara la decisión de crear y nombrar una Comisión de Sostenibilidad?

La decisión de nombrar una Comisión de Sostenibilidad marca un antes y un después dentro de la compañía, puesto que ha permitido llevar la sostenibilidad a su más alto órgano de gobierno y le ha dado carta de naturaleza. Ha permitido darle muchísima más visibilidad al Plan Director de Sostenibilidad, trasladarlo al conjunto de la empresa e irlo integrando paulatinamente tanto en la toma de decisiones como en el modelo de negocio.

Desde su puesta en marcha, se ha aprobado, entre otros, la Política Corporativa de Sostenibilidad, la Política Corporativa de Igualdad y Diversidad o el Plan Director 2021-2025.

Además, ha respaldado una decisión que ha resultado clave: vincular la financiación del grupo a cuatro indicadores de sostenibilidad, en lo que constituyó en su momento, 2020, unos de los mayores préstamos sostenibles. Se trata de cuatro indicadores estrechamente vinculados a la actividad de la empresa: incremento de las referencias sostenibles, implantación del programa Residuo Cero, reducción de la huella plástica y un indicador social, la contratación directa de personas con discapacidad. Este compromiso traslada el mensaje de que la sostenibilidad tiene un clarísimo impacto económico e involucra a todos en la empresa.

Desde el más alto órgano de dirección de la compañía, ¿cómo llevan a cabo la sensibilización de sus casi 81.000 empleados para que toda la organización esté alineada con su plan de sostenibilidad?

En este caso, El Corte Inglés se apoya en dos ejes: comunicación y formación. El departamento de Comunicación lleva a cabo una labor continua de sensibilización dando a conocer todas las acciones que lleva a cabo la compañía en materia de sostenibilidad, cumplimiento y responsabilidad social. Para ello cuenta con una herramienta fundamental que es la intranet de la compañía Nexo, en web y app, que permite a todos los empleados estar al día y ser también protagonistas participando en las distintas acciones que se proponen.

En el otro eje, el de formación, El Corte Inglés cuenta con una fuerte inversión que se traduce en más de 35.000 iniciativas formativas y más de 1.372.000 horas de formación impartidas, tanto presencial como virtual.

En el último año, el área de sostenibilidad ha participado de este esfuerzo con cursos específicos de atención a personas con discapacidad, criterios de evaluación ASG de los proveedores, atributos de sostenibilidad de los productos, economía circular y Residuo Cero, algunos de ellos con difusión en toda la organización. De esta manera, todos se implican en la consecución de los objetivos del Plan Director.

Pero no todo depende de ustedes. La cadena de suministro, los proveedores en general son para muchas organizaciones el talón de Aquiles de sus objetivos de sostenibilidad. ¿Cómo actúan y qué protocolos han activado en este sentido?

Para una empresa de distribución su cadena de valor es clave. Para ello, El Corte Inglés puso en marcha en 2009 un procedimiento de diligencia debida que incluye la cualificación ASG (ambiental, social y de buen gobierno) de la totalidad de sus proveedores, más de 49.000. Todos ellos deben comprometerse en el cumplimiento del Código Ético de la compañía, y asumir sus principios de respeto a los derechos humanos, laborales y sociales, así como de ética e integridad y buenas prácticas medioambientales.

Es especialmente relevante en el caso de los proveedores de marcas propias, que se ven sujetos a procesos de verificación y evaluación mediante auditorías ASG. En ellas se comprueba el cumplimiento de los convenios fundamentales de la OIT y se hace un seguimiento de las acciones correctoras que se deriven de las auditorías. Para ello la compañía cuenta con equipos ASG locales en nuestras oficinas de sourcing en China, India, Bangladesh, Vietnam, Paquistán, Turquía y Marruecos.

Un elemento destacado del sistema de gestión de la diligencia debida lo constituye el Acuerdo Marco que El Corte Inglés firmó en 2021 con las federaciones de industria de CCOO y UGT, para la participación sindical en el seguimiento de la cadena de valor de sus marcas propias. Es un ejercicio de transparencia y de colaboración que permite la identificación y resolución de eventuales incumplimientos mediante el diálogo y la corresponsabilidad. La característica que hace único este acuerdo es que abarca todos los sectores de producción en los que El Corte Inglés ha desarrollado marcas propias en cualquier parte del mundo.

Pieza igualmente fundamental es el canal ético o canal de denuncias que permite una detección temprana de incumplimientos del código ético y de conducta de la compañía, que no se hubieran detectado mediante las auditorías. El consiguiente trabajo de investigación de los casos se orienta a la implantación de acciones correctoras.

Ahora, en una segunda fase, El Corte Inglés pondrá especial atención en el desempeño de sus proveedores en los aspectos medioambientales con el objetivo de que optimicen sus procesos al tiempo que minimizan su impacto ambiental y su huella de carbono.

Esto último constituye una de las prioridades del Plan de Transición hacia Net Zero que estamos elaborando. Somos conscientes de que casi un 95% de nuestras emisiones provienen de los bienes y servicios que comercializamos. Por tanto, tenemos que conseguir que todos nuestros proveedores estén alineados y comprometidos en la consecución de ese objetivo de cero emisiones netas en el horizonte de 2050. Esto sin duda va a representar una tarea titánica para los próximos años.

El Corte Inglés ha sido la primera empresa de distribución española en conseguir la certificación Residuo Cero AENOR en tiendas. Con ello, se ha posicionado como una empresa de distribución de referencia en la gestión de residuos. ¿Cuál es su modelo?

Con el programa certificado Residuo Cero hemos hecho una clara apuesta por la economía circular, que en sí misma supone un cambio de paradigma. Además, contribuye a la mitigación de la huella de carbono, puesto que todo residuo se valoriza.

En nuestra actividad, tiendas y plataformas logísticas generan residuos que se segregan en hasta 75 fracciones distintas de residuos, que se convierten en materias secundarias para su posterior reutilización. Es decir, tienen una rentabilidad económica. La certificación viene a garantizar que más del 90% de esos residuos se valorizan.

Como toda certificación, requiere una formación intensa, la puesta en marcha de procedimientos y registros estrictos y una alta involucración de todo el personal. Con todo ello, se ha conseguido un cambio de mentalidad de nuestros empleados que ahora tienen conciencia del valor económico de lo que antes se consideraba mero desperdicio.

Como conoce, Envera ha desarrollado también en centros comerciales un proyecto de economía circular y reciclaje solidario pionero en el mundo bajo el nombre de Envera Punto de Inclusión, donde se da una segunda vida a los objetos y maletas extraviadas en aviones y aeropuertos, una vez han sido enajenados en cumplimiento de la ley. Ustedes también apuestan por la valorización, en lugar de la eliminación. ¿Esta decisión no entra en conflicto con sus objetivos empresariales ligados al incremento de las ventas?

Dentro del ámbito de la economía circular, creo que deberíamos diferenciar dos realidades. Como acabo de explicar, tenemos una apuesta decidida por la recogida y valorización de residuos para su reciclado y la generación de nuevas materias secundarias para la fabricación y elaboración de nuevos productos. Esto incluye los que nuestros clientes depositan en los contenedores que hemos destinado a textiles, pequeño aparato eléctrico, luminarias, etc.  Por ejemplo, los contenedores de Cáritas instalados en casi todos nuestros centros recogen prendas usadas o de nuestros muestrarios, que en un porcentaje elevado después se acondicionan y Cáritas distribuye a través de su red de tiendas Moda-Re.

En cambio, si a lo que se refiere es a la venta de productos para darles una segunda vida, hemos llevado a cabo un exhaustivo estudio de distintas fórmulas de comercialización, pero aún no hay tomada ninguna decisión al respecto.

Está claro que existe un mercado creciente, así como un cliente interesado en ello, fundamentalmente jóvenes. Sin embargo, resulta una actividad compleja que requiere de nuevas competencias y que, por ahora, los estudios realizados nos presentan dudas con respecto a su rentabilidad.

No obstante, en algunas categorías de productos, como en electrónica, tenemos un servicio de venta de productos reacondicionados. Se trata de productos con alguna tara menor o que han sido devueltos, que se reacondicionan y se venden con un descuento significativo. Este servicio está funcionando muy bien.

Siempre que se habla de sostenibilidad surge en el imaginario colectivo la protección medioambiental del planeta, pero sin el criterio Social de los ESG nada tiene sentido: el principio y fin de la pervivencia del planeta es mejorar la vida de las personas. Más verdes, pero también más humanos, como decimos en Envera. ¿Cuáles son sus líneas de acción en este ámbito?

Nuestras líneas de acción coinciden necesariamente con nuestros principales grupos de interés: clientes, empleados y proveedores.

En el ámbito de clientes, nuestra empresa se ha caracterizado desde siempre por la calidad de su servicio y atención al cliente. En los últimos años, en especial con las experiencias adquiridas durante el periodo de pandemia, hemos puesto el foco en la accesibilidad de las personas con discapacidad y más vulnerables, tanto en tiendas como las distintas webs del grupo. Así, hemos puesto en marcha líneas de atención telefónica preferentes en nuestro servicio de atención al cliente tanto de El Corte Inglés como de Viajes El Corte Inglés. Más de 75 supermercados cuentan ya con la certificación de accesibilidad AIS (Accessibility Indicator System) y estamos trabajando en la actualización de la accesibilidad de nuestras webs para alcanzar el nivel AA.

Además, estamos haciendo varios pilotos con medidas muy innovadoras en nuestros centros comerciales para facilitar la compra a todos los clientes: Sistema SVisual para personas sordas, Accessrobots para personas con problemas de movilidad, con o sin discapacidad, sistema de balizas Beepcoms que guían por voz a personas ciegas o desarrollo de juguetes para niños con discapacidad, etc.

Con respecto a los empleados, hemos superado el compromiso de elevar nuestra contratación directa de personas con discapacidad por encima del 2% de la plantilla. Para ello, hemos llevado a cabo una gran labor de sensibilización y formación. Creo que el mejor ejemplo de ello es el curso de formación on-line “Soy tu cliente, soy tu compañero” que nuestro departamento de formación ha conseguido que realicen ya más de 50.000 empleados, dando consejos prácticos de cómo atender a nuestros clientes con discapacidad y cómo relacionarnos con nuestros compañeros para su perfecta inclusión laboral.

Por último, como he mencionado antes con respecto a nuestros proveedores, nuestro sistema de cualificación ASG, pone el acento en la “S” de social, con el respeto a los derechos humanos y laborales, pero también hemos incluido cláusulas sociales con respecto al cumplimiento de sus obligaciones legales de contratación de personas con discapacidad. En este sentido, El Corte Inglés cuenta entre sus proveedores a más de 60 Centros Especiales de Empleo en España que le suministran productos y servicios, y que tratamos de ampliar en la medida de lo posible.

Con su concepto “Responsablemente” apelan también a la mente del cliente, el consumidor final, para que sea cómplice de sus acciones. ¿Cuál es el feedback de esta interacción?

En efecto, Responsablemente traslada un mensaje institucional, que por un lado intenta reforzar la reputación de actuación responsable de que goza nuestra empresa, mientras que por otro apela a la reflexión en nuestros clientes.

Como bien apuntas, prestamos mucha atención a la medición de intangibles. Nuestro departamento de comunicación realiza mensualmente un análisis de numerosos indicadores de impacto y entre ellos, un seguimiento comparativo de un conjunto de parámetros de reputación, que nos indican que El Corte Inglés está siempre en lo más alto de la tabla, lo que supone un claro indicador de confianza.

Por otra parte, como comentaba al comienzo, tenemos un grupo de trabajo orientado a conocer mejor a nuestra base de clientes sostenibles, sus hábitos y necesidades, con la finalidad obvia de servirles mejor. Es un trabajo muy interesante y que confiamos en que siga dando buenos frutos.

Su compañía proclama que no sueña, sino que actúa, lo que les lleva a estar siempre en movimiento. ¿Cuáles son los principales hitos cumplidos este 2023 que se acaba y cuál es el gran reto de sostenibilidad de El Corte Inglés para 2024?

Siendo una empresa muy diversificada y actuando en muchos sectores, comunicamos anualmente muchísimas acciones. Por supuesto, el mejor compendio de todo ello es nuestro Informe No Financiero, que está disponible cada año en la web corporativa.
No obstante, yo destacaría que hemos logrado los objetivos que nos habíamos marcado al comienzo del ejercicio en cuanto a crecimiento de la oferta sostenible, certificación de centros en Residuo Cero y mejora de la calificación extra financiera de la compañía. En lo social, estamos muy satisfechos de haber obtenido el sello Bequal Plus, que reconoce nuestro desempeño con respecto a discapacidad y accesibilidad, y que ha sido fruto de un intenso trabajo junto al equipo de recursos humanos.
Por último, de cara a 2024 tenemos tres grandes retos en los que ya llevamos algún tiempo trabajando: La finalización y aprobación de nuestro Plan de Transición para la neutralidad climática; el desarrollo y ejecución de nuestra estrategia de cliente sostenible, y la puesta en marcha del sistema colectivo de responsabilidad ampliada de productor en los ámbitos de moda, calzado y enseres, para lo que ya colaboramos con otras empresas de dichos sectores en un nuevo modelo de economía circular.

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