Utilizando sensores avanzados y algoritmos inteligentes, el dispositivo interpreta y facilita los movimientos que el paciente desea realizar, activando la neuroplasticidad y mejorando la conexión entre el cerebro y los músculos, según ha explicado el ingeniero industrial y neurocientífico de Tecnalia, Ander Ramos.
Gracias al uso de sensores diseñados para este fin, es posible capturar las señales neuronales y la actividad electromagnética de los músculos de los brazos.
Esta información permite interpretar la intención de movimiento del paciente, la cual es procesada y convertida en instrucciones para un sistema electrónico que actúa como un puente. Estas instrucciones son ejecutadas por exoesqueletos robóticos que facilitan el movimiento deseado.
Más allá de la visualización del movimiento, el paciente experimenta una sensación de movimiento real, lo que estimula la neuroplasticidad, mejorando la conexión entre el cerebro y la musculatura.
Este avance representa un método de rehabilitación que no necesita ser usado todo el día. Ha demostrado ser exitoso al permitir a los pacientes realizar tareas como levantar el brazo o, abrir la mano para agarrar objetos cotidianos.