Así, el crecimiento de la economía manufacturera española siguió debilitándose en julio. Tanto la producción como el empleo continuaron aumentando, pero a ritmos más débiles, mientras que los nuevos pedidos disminuyeron. Los encuestados comentaron que la demanda del mercado se había ralentizado. Esto tuvo un efecto en cadena en la confianza, que cayó hasta su nivel más bajo en lo que va de año hasta la fecha.
Mientras tanto, los datos de los precios revelaron que los costes de los insumos continuaron aumentando, pero a un ritmo más lento, a pesar de los continuos retrasos en la entrega de insumos. Por el contrario, la inflación de los precios de venta se aceleró hasta su nivel más alto desde principios de 2023.
La producción manufacturera volvió a aumentar en julio, pero en menor medida. El crecimiento fue modesto en general y el más lento desde febrero, hecho relacionado con una pequeña caída en la entrada de nuevos pedidos, la primera registrada desde enero pasado. Aunque la demanda de productos siguió siendo positiva, -especialmente procedente del extranjero, donde los pedidos aumentaron modestamente y por quinto mes consecutivo-, los encuestados informaron que las condiciones del mercado se habían vuelto menos favorables.
Estas tendencias afectaron la actividad de compra, que cayó marginalmente por primera vez desde enero. Entre tanto, las empresas estuvieron dispuestas a utilizar los stocks de insumos existentes en la producción, reduciendo sus inventarios de compras por segundo mes consecutivo, y al ritmo más fuerte desde marzo.
A pesar de la caída de la demanda, los plazos medios de entrega de los insumos siguieron empeorando. Dicho alargamiento estuvo en concordancia con la tendencia desde hace más de un año, aunque el último deterioro siguió siendo marcado. Las empresas continuaron informando de niveles bajos de existencias en las unidades de los proveedores y continuos retrasos en los transportes por el mar Rojo y el Canal de Suez.
La tasa de inflación fue marcada, aunque fue mucho más débil que la máxima de diecinueve meses registrada en junio. Los encuestados señalaron que los costes aumentaron en general debido al incremento de los precios del transporte y de los metales. En respuesta, se aumentaron los precios de venta, cuya tasa de inflación fue sólida y la más alta desde febrero de 2023.
Por su parte, el optimismo en las perspectivas se mantuvo, aunque disminuyó hasta el nivel más bajo en lo que va de año hasta la fecha. Como reflejo de las proyecciones positivas para los próximos meses, las empresas aumentaron sus inventarios de productos terminados al nivel más pronunciado desde septiembre de 2022. Los fabricantes también mantuvieron la suficiente confianza en el futuro como para aumentar sus niveles de personal nuevamente en julio, aunque al ritmo más lento desde febrero. Dicha ralentización del crecimiento se produjo a pesar de una nueva acumulación de los pedidos pendientes de realización, que aumentaron por sexto mes consecutivo.