Desde el siglo XVII, explicó la conferenciante, el enfoque de las empresas ha sido siempre extractivo, es decir, sacando recursos naturales para generar beneficios económicos afectando a actores involucrados como las comunidades o colectivos o la propia naturaleza. Con el paso del tiempo, las empresas han provocado unos impactos negativos y hemos llegado al borde del colapso, fundamentalmente porque “los recursos naturales son finitos y porque el reparto de los beneficios no es equitativo”.
Para frenar esta crisis medioambiental, en un inicio las empresas crearon los departamentos de Responsabilidad Social Corporativa que desarrollan proyectos y acciones para mitigar esos efectos adversos tanto en el medioambiente como en las personas.
“Pero pronto nos damos cuenta de que esto no es suficiente y es cuando surge el término sostenibilidad, que consiste en reducir al máximo o compensar ese impacto negativo, basándose en la premisa de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las capacidades del futuro”, explicó la Head of Empowered de Hemper.
¿Es suficiente la sostenibilidad? ¿Qué hacemos con los ecosistemas dañados?, se preguntó la ponente. “Hay que dar un paso más y ese paso son las empresas regenerativas”, basadas en tres pilares fundamentales: el propósito, la triple sostenibilidad y el activismo.
El propósito, concretó Aparicio, consiste en la voluntad de resolver problemas sociales y medioambientales. La triple sostenibilidad debe ser económica, medioambiental y social. Y el activismo, imprescindible, “porque no basta con cambiar el entorno sino también la mente de las personas para que apuesten más por este cambio” “a través de charlas y conferencias, removiendo el avispero”.
Hemper es una empresa regenerativa de moda que apuesta por el cáñamo. Considera que es una de las fibras más sostenibles del planeta porque consume 10 veces menos agua que el algodón, no necesita pesticidas, absorbe mucho CO2 y regenera el sustrato donde vive.
¿Por qué conformarse con la moda? ¿Por qué no aplicarlo a otras industrias? ¿La alimentaria, la mobiliaria, la energética? “Construyamos un ecosistema regenerativo”, reinvidicó María Aparicio. “Necesitamos visibilizar, consumir productos regenerativos”, así como la colaboración entre empresas regenerativas y no regenerativas, con las instituciones y con colegios y universidades para crear mentalidad y ecosistema. “Necesitamos, sobre todo, compromiso con el consumo para que las empresas regenerativas no sean la excepción sino la regla”.