Overleaf aprovechará los avances tecnológicos para reducir en un 50% la masa del depósito de hidrógeno líquido en comparación con los prototipos actuales. Cualquier mejora que se haga en este sentido disminuirá el peso y el volumen de los aviones, lo que reducirá la demanda de energía y, por lo tanto, mejorará la rentabilidad de la construcción y funcionamiento del avión.
Además, el proyecto desarrollará un sistema de propulsión de hidrógeno líquido para un funcionamiento seguro y una larga vida útil. Esta nueva tecnología, que consistirá en un sistema de celda, pretende conseguir una densidad de potencia del sistema dos o tres veces mayor que los actuales sistemas de celda de combustible, con eficiencias de 55 a 60%.
Dentro del Pacto Verde Europeo se establece la necesidad de reducir las emisiones del transporte en un 90% para 2050 (en comparación con los niveles de 1990). En 2017, el sector de la aeronáutica fue responsable del 3,8% del total de emisiones de CO2 y genera el 13,9% de las emisiones del transporte, lo que la convierte en la segunda mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero tras el transporte por carretera.
Uno de los métodos más disruptivos y prometedores para alcanzar este ambicioso objetivo es la transición hacia una aviación en la que se use hidrógeno, explica AIMPLAS. A diferencia del queroseno, el uso de hidrógeno eliminará todas las emisiones de dióxido de carbono, así como otras emisiones nocivas como monóxido de carbono, metano, partículas de hollín y azufre oxidado y dejará sólo vapor de agua y óxidos de nitrógeno casi nulos.
Aunque existen aviones propulsados por hidrógeno, los costes hoy en día del almacenaje y uso del hidrógeno como combustible en viajes largos hace imposible su democratización. El principal punto de bloqueo es la ausencia de sistemas viables de almacenamiento de hidrógeno en las aeronaves, teniendo en cuenta las estrictas limitaciones en términos de peso, volumen y rentabilidad.
Overleaf, que dio comienzo en mayo de 2022 y tiene una duración de tres años, está compuesto por un consorcio en el que participan diez socios de seis países europeos. El proyecto está liderado por Aciturri Engineering y aglutina empresas líderes en innovación y proveedores del sector de la aeronáutica, así como instituciones académicas.