Con un presente, más que futuro, en energía eólica marina, Romero explica las oportunidades que brinda este espaldarazo de dinero público para promover la inversión privada bajo los criterios de sostenibilidad. Para todo ello, Romero reconoce que “la gestión de la energía de los buques se puede mejorar mucho, y se hace través de la digitalización y la inteligencia artificial”.
¿Cómo evalúa las condiciones del PERTE de la industria naval y cómo beneficiará al sector?
El PERTE ha sido anunciado y estamos pendientes de las bases. Posteriormente, en un mes y medio o dos meses saldrá la convocatoria. En principio, supone una inversión del sector público de unos 300 millones de euros lo que implica multiplicar por cuatro dicha inversión. Todos los PERTE están pensados para que uno de cada cuatro euros sea ayuda pública, por ello me gusta siempre resaltar que quien tiene que invertir es el sector privado y, en su caso, también nosotros como Navantia. Se trata de proyectos que tienen que ser estratégicos para la compañía y que aceleren los procesos que teníamos previstos anteriormente. Puede suponer un aumento de la competitividad del sector y un incremento de los ingresos de un 9%. Son cifras teóricas, luego hay que llevarlo a la práctica.
Igualmente, significaría unos 3.100 puestos de trabajo adicionales. En Navantia nos gusta recordar que somos a día de hoy unas 4.000 personas y el objetivo es llegar a 4.500 al final de 2022, pero en nuestras instalaciones entran a diario unas 13.000 personas. El impacto de empleo es grande y si sumas empleo directo e inducido, hablamos de 38.000 personas.
El PERTE es importante, trabaja los cuatro bloques fundamentales. Por un lado, la diversificación, en el que las energías renovables es el punto fuerte, por otro lado se encuentra el tema de la propulsión naval mediante combustibles más limpios, con combustibles sintéticos que estamos trabajando en ellos también. Y, por último, los bloques de digitalización, que es muy importante y la base de futuro; y la parte de formación, que también es transversal a todos los PERTE.
¿Ha participado Navantia junto con el Gobienro en la definición de los objetivos de este PERTE? ¿En qué proyectos prevé participar Navantia?
Inicialmente, hace un año o año y medio, arrancaron lo fondos Next Generation EU. Aquí en Navantia lo vimos y creamos una dirección que depende de mí que se llama ‘Gestión de fondos’ para promocionar y activar los proyectos y ayudas, de manera que lanzamos 44 MDIs que son manifestaciones de interés. Ya habíamos hecho un trabajo de ir pensando, de elaborar una estrategia, para saber en qué línea nos interesaba trabajar. En casi el 50% éramos nosotros los líderes y el resto ir acompañando a Repsol, Enagás, Iberdrola, etcétera.
Al final los PERTES se han preparado con esas MDIs que prepararon las empresas. Digamos que de una manera u otra hemos estado trabajando en esa definición de los PERTE. Por ello, ahora justamente estamos en el periodo en el que estamos trabajando y definiendo cada uno de los proyectos.
Están estructuraos en proyectos tractores primarios. Ahora mismo ya son proyectos que vamos a hacer sí o sí, Navantia lo tiene claro, con lo que tenemos que ver que realmente tenemos capacidad financiera para realizarlos porque suponen una inversión importante y lo tiene que aprobar el comité de dirección. Así, posteriormente, cuando salga la convocatoria, poder hablar con toda la industria y demás, ahora mismo estamos trabajando en colaboración con Pymar y con Siemens en estructurar los diferentes proyectos primarios, porque es la base de todo esto: la colaboración. Navantia actúa de elemento tractor de todo el ecosistema y también para activar y mover a los astilleros privados, aunque no tenemos mucho que ver con ellos desde el punto de vista de que somos mundos diferentes, pero sí que es verdad que los suministradores y la industria auxiliar es la misma básicamente y estamos trabajado juntos para activar el sector.
¿Cómo canalizará Navantia su participación a sus proveedores, a la cadena de valor?
Nosotros por definición trabajamos con las empresas colaboradoras, así las llamamos. Los proyectos son tan grandes y tan importantes que tenemos que trabajar con todo el ecosistema. Lo llevamos en el ADN, se involucra a toda la cadena.
Yo tengo dos anécdotas que me gusta mucho recordar, que son que en Burgos tenemos una empresas suministradora para el submarino ¡en Burgos!
Tenemos 500 empresas trabajando para el submarino S80 y para la F110 que significa el 80% de todo el volumen se queda en España, hay muy poquito que sale fuera.
Otra cosa que me gusta recordar es que donde va Navantia a exportar, al final se crea un conjunto de empresas españolas que acompañan a Navantia en esa exportación. Como el caso de Australia y Arabia Saudí. Por ejemplo, se ha creado un hub de industria española para apoyar a las corbetas en Arabia Saudí.
En el PERTE naval por una parte está el tema de las agrupaciones en el cual para cada uno de los proyectos tractores que se definan, pues las empresas se podrán apuntar al que quieran. Por todo ello, en cuanto salga la convocatoria, empezaremos con industrial days, una fórmula que utilizamos para comunicar a nuestro ecosistema e lo que estamos trabajando.
También comentar que significa una inversión que tienen que hacer las empresas privadas, entonces es más fácil trabajar de subcontratado de Navantia que como agrupación, ya que tienes que invertir y desarrollártelo.
¿Qué caracteriza a un buque de bajas emisiones?
Aquí hay varias cosas. Cada tipo de buque tiene unas características espaciales, hace 20 años los motores de los gaseros quemaban en aquella época turbinas de vapor pero con el tiempo como el gas natural licuado se evapora se hacía que el motores se basasen para aprovechar ese combustible.
Actualmente estamos trabajando en varias alternativas y varios horizontes. El horizonte a corto plazo que es el que más se aplica es que los motores de propulsión AINA puedan quemar combustibles sintéticos que no contaminen.
En el ámbito del hidrógeno y el amoniaco también estamos trabajando, tenemos nuestra experiencia en submarinos con el sistema AIP y tenemos en Cartagena el centro de tecnologías del hidrógeno, pero esto no va a ser inmediato.
Otro tema en el que estamos trabajando y es muy importante es todo lo relacionado con la digitalización y el gemelo digital. Estamos en primera línea, la gestión de la energía de los buques se puede mejorar mucho, y se hace través de la digitalización y la inteligencia artificial.
¿España puede ser puntero en energías marinas renovables? ¿En qué desarrollos trabaja Navantia?
En Navantia llevamos desde hace ocho años en energías marinas renovables y hemos facturado 1.000 millones de euros en eólica, es un tema que para Navantia es más presente que futuro. El salto que queremos dar es en materia de eólica flotante, España tiene que lanzar estos parques eólicos. No obstante, ya los hemos hecho para Portugal y para el Reino Unido, siendo pioneros.
En el área de monopiles, hemos realizado una inversión de 35 millones de euros junto con Windar para Fene. Una de las formas de anclaje de estos molinos es los monopiles, estructuras grandes que realizamos en Fene.
Y también estamos trabajando en desarrollos de plataformas de para subestaciones eléctricas, aplicando el gemelo digital al sector eólico y con nuestro vehículo no tripulado. En definitiva, estamos aplicando nuestras capacidades para el mantenimiento de los campos eólicos, utilizando tecnologías emergentes.
Ahí lo importante es que, motivados por el PERTE, estamos haciendo la labor de captar o traccionar a los astilleros pequeños privados para que también puedan desarrollar y ayudarnos a tener más capacidad porque se prevé que haya más demanda.
¿Qué polos industriales navales se verán reforzados en España? ¿Existen oportunidades en otras regiones?
Una de las ventajas que tiene Navantia es que estamos distribuidos homogéneamente por el territorio nacional. Tenemos los centros de Ferrol, Cádiz y Cartagena, y todos los proyectos cada uno tendrá su participación porque hemos lanzado una línea que es el tema de los centros de excelencia que presentamos en FEINDEF en la Bahía de San Fernando, Puerto Real, Cartagena y Ferrol cubriendo así tres comunidades. Nos invitan también a muchos foros y las empresas quieren colaborar y participar en los proyectos que se están proponiendo. A parte de eso, el PERTE naval tiene el tema de astilleros privados, y Canarias será otro polo importante, así como País Vasco y Cantabria… prácticamente toda la costa nacionales, salvo las zonas más turísticas obviamente, estará.
También estamos trabajando en potenciar nuestra fábrica de turbinas, dentro de la cadena de valor del hidrógeno renovable, la fábrica de turbinas es una de las más preparadas de España desde el punto de vista industrial, es una capacidad estratégica que tiene Navantia para España.
¿Qué nuevos perfiles profesionales requerirá Navantia a medio y largo plazo? ¿Cómo está afrontando la compañía este reto?
Primero quisiera comentar que hay una preocupación general, y que Navantia comparte, y es que tenemos un problema de atraer y captar talento porque hay mucha demanda de determinado tipo de habilidades que son fundamentalmente y son las digitales, es un perfil mucho más técnico que antiguamente. El tema de la producción hay que seguir construyendo en España porque es fundamental para el conocimiento, pero lo mismo que lo pensamos nosotros, lo piensan el resto de países.
Estamos trabajando en varias líneas, una de ellas es intentar atraer talento y por ello se ha reforzado todo el área de comunicación dando a conocer a Navantia como empresa estratégica para captar talento joven, y luego posteriormente estamos lanzando iniciativa de los centros de excelencia para crear esos polos, núcleos, en los que todo el ecosistema, la gente joven se relaciones, hagan coworking, fomento de startups, formación, acuerdos con las universidad, organizamos hackaton…
