En el marco de la Escuela de Guerra del Ejército, y tras la bienvenida de su director Eduardo Diz Monje, fue Pedro A. Fuster, subdirector general de Inspección, Regulación y Estrategia Industrial de Defensa -SDG INREID- (ver entrevista en industry TALKS) dentro de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, el encargado de abordar la visión estratégica de los programas de la industria nacional de la Defensa. Fuster admitió en su intervención que la relación con la AEC “es un elemento esencial. Sin su apoyo, no podríamos hacer el trabajo con los medios que tenemos asignados”.
El responsable de la SDG INREID recordó cómo en 2021 desde la DGAM se realizó un proceso de centralización de los programas para ganar en eficiencia, “la industria de la Defensa es un sector porque es una suma de sectores diferentes. Es multipropósito, tenemos un capítulo de inversiones elevadísimo, una estructura de personal muy amplia, aspectos internacionales, capital inmobiliario…”, continúa, “la Defensa necesita del apoyo del conjunto de la sociedad y trabajar de forma colaborativa con los países aliados”.
Entrando en materia de calidad, Fuster indicó que “cumplir con los sistemas de normalización no es fácil, exige recursos”, pero “tiene un valor comercial, un país tercero se fía de la autoridad del Ministerio, se ha pasado un filtro oficial”. Así las cosas, “no sólo es un elemento de seguridad y calidad de cara a las Fuerzas Armadas españolas, es un asunto de apoyo a la internacionalización”.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los programas industriales de Defensa “requieren un desembolso altísimo y las series de las Fuerzas Armadas son limitadas, por ello para recuperar inversión ha de ser a través de la exportación”, continuó Pedro Fuster. La normalización, por tanto, “ayuda en la eficiencia”.
Dentro de las 14 áreas que trabaja la INREID, el análisis de capacidades corresponde a “gestión industrial” de la que se han obtenido datos como los siguientes: más de 380 empresas certificadas, 82% pymes, 4% del PIB industrial español, 22.707 empleos directos, una productividad 1,7 veces mayor que la media nacional y séptimo país exportador de sistemas de Defensa entre 2021 y 2020. “Si el valor del sector lo centramos en estas cifras, tenemos un problema. La importancia de este sector viene por los servicios que se prestan. El usuario, el ciudadano, no es consciente de la importancia de los beneficios de la defensa nacional y sólo se da cuenta cuando hay un problema serio que afecta al día a día. Pero los beneficios existen, aunque son intangibles. Es difícil de cuantificar y de tener en cuenta, porque no va a entrar a competir con una agenda pública con tangibles más cercanos”, comentó el subdirector general.
Soberanía industrial
Para logra una capacidad militar, existen numerosos sistemas probados en el mercado internacional. La solución es hacer un concurso internacional, “pero llega un momento en que el Ministerio de Defensa decide que tiene que tener una soberanía en el proceso de capacitación, ser propietarios de los diseños, que es más costoso, para recuperar inversión tiene que ser mediante la exportación, pero hemos de contar con una base industrial cercana para dar respuesta a las necesidad evolutivas del usuario”, explicó Pedro Fuster.
“Cuando compro un sistema de armas, del total del gasto un tercio es la adquisición y, de ese tercio, un 50% son costes no recurrentes del desarrollo”, apunta Fuster, los desarrollos son muy largos, con un mínimo de diez años, por eso defendió que “hay que tener una proyección financiera adecuada para dar continuidad y no estar pendiente año a año. Hay que prever el presupuesto en tiempo de desarrollo, pero también el coste de mantenimiento”.
Guía para auditorías internas
El Comité AEC Industrias y Servicios para la Defensa se embarcó en torno a 2017 al estudio de las “no conformidades” habituales en las auditorías internas PECAL obteniendo resultados correspondientes a dicho año y el siguiente ejercicio. Con todos los datos recopilados, “es en 2019 cuando se presentan resultados estudiados, con ello todos los miembros realizaron propuestas para mejorar requisitos generales del sistema, planificación, apoyo, formación en las empresas, certificación de personas, guías…”, explicó María Isabel Fuentes, internal auditsis quality manager de Indra, “y de todas las propuestas puestas en comité se optó por hacer una guía para homogeneizar las auditorías internas”.
El análisis fue diverso y completo, ya que participaron expertos de muy diversas empresas del sector. “Entre los objetivos se encuentra unificar criterios y establecer trazabilidad de evidencias”, continúa Fuertes, “también queríamos compartir experiencias, dar una orientación para realizar este tipo de auditorías bajo esquema PECAL”.
Por su parte, Roberto García, quality assurance engineer de Thales, y colíder de este grupo de trabajo junto con Fuentes, indicó que “el alcance de esta guía son los apartados de la norma PECAL, pero también puntos ISO asociados”. El verdadero trabajo del grupo “ha sido la ficha de trazabilidad, 24 puntos con la planificación de los riesgos, plan de calidad y gestión de configuración, aparte de los 12 puntos más relevantes relacionados con la ISO 9001”.
La guía, tal y como advirtiera Félix Torres, presidente del Comité de la AEC Industrias y Servicios para la Defensa y conductor del encuentro, podrá descargarse de la página web de la AEC en los próximos días.
El CMDIN
Por su parte, el coronel Emilio Larriba, jefe del Área de Inspecciones Industriales de la SDG INREID, detalló el trabajo realizado por el CMDIN, Comité Mixto de Defensa e Industrias. “La DGAM es la propietaria de la certificación PECAL”, recuerda Larriba, “con el CMDIN se pretende lograr una mayor independencia, confidencialidad, transparencia y apertura gradual” a toda la industria de Armamento y Material de Defensa. El CMDIN se relaciona con la DGAM, con las industrias y con la entidad nacional de acreditación y con las entidades de certificación.
El coronel aprovechó la ocasión para indicar que “la transformación digital del Ministerio de Defensa condicionará a medio plazo la relación con las industrias para los trámites asociados con la certificación PECAL”, asimismo, “el desarrollo de la industria 4.0 facilitará la obtención de información en las empresas industriales del sector para poder focalizar las auditorías PECAL en los puntos más importantes”.
En cuanto a las cifras, se han alcanzado las 139 empresas certificadas PECAL, un total de 47 auditores certificados.
Análisis de riesgos en la cadena de valor
En una brillante exposición, Teresa Ruiz, responsable de la cadena de suministro del proyecto ASCOD en General Dynamics Santa Bárbara Sistemas, repasó cómo la situación logística de muy variada naturaleza había impactado en la cadena de suministro y reconoció que la experiencia de la pandemia por la covid-19 sirvió de gran ensayo para los problemas posteriores que se fueron acumulando sobre la cadena de valor porque “todo lo que podía pasar, ha pasado”.
“La cadena de suministros antes estaba compuesta por compradores y empresas a las que se subcontrataba trabajo, pero hoy en día en Defensa es mucho más complejo, intervienen personas, procesos de negocio, tecnologías, inversiones, infraestructuras…”, comentó Ruiz, “la cadena de suministros ha evolucionado en línea con los sistemas de Defensa”.
Según la directiva, se trata de “cadenas globales, porque las empresas cada vez son más especializadas, interactúan empresas de muy distintas nacionales. Se aprovechan sinergias entre distintos países aliados. Además, se desarrollan productos específicos y el coste es clave en los programas de defensa pero también es un sector muy particular, cuenta con sus propios requisitos y certificaciones por lo que es muy importante que la cadena de suministro sea del sector defensa. Por último, en la cadena es importante la participación de la industria nacional en los distintos programas de Defensa”.
La gestión de riesgos en la cadena de suministros es importante porque, “podemos hacer frente a casi cualquier cosa, pero cuanto mejor gestionemos riesgos, más posibilidades de éxito”, argumentó Teresa Ruiz y con “la organización al completo implicada”.
Todo esto se consigue “con una evaluación continua de los riesgos, sea el que sea. Evaluar, mitigar, volver a evaluar… es un proceso continuado. Y es crítica la identificación y gestión continua de los riegos”, continuó Ruiz. Para ello, “el tratamiento de los datos es vital y sobre la captación y tratamiento de datos, el covid ha sido una gran escuela”.
“La pandemia nos ha venido muy bien para anticiparnos a otros riesgos que luego se fueron materializando” insiste la ponente, “la identificación fue rápida porque nosotros estamos continuamente evaluando riesgos, pese a que las noticias en España eran cambiantes, antes de los primeros casos en nuestro país, ya estábamos evaluando qué podría pasar”. La evaluación “es dinámica, la pandemia ha sufrido cambios constantes, la información que llega a la cadena de suministro ha de ser prácticamente en tiempo real.
El análisis de las medidas adoptadas también ha de ser continua y todo en aras de lograr una “cadena de suministros resiliente, ágil y diversa”.
Ruiz destacó otro papel y es el desarrollo de suministradores, función que hace que se consiga no sólo control de cómo se producen el cumplimiento del proveedor si no también ayudarlos, en la industria nacional se necesitaban un empujón, para ponerse al nivel que exige este sector específico, por ello para nosotros es tan importante crecer como que ese proveedore cercano crezca con nosotros”.
Además, Teresa Ruiz indició que “es importantísima la trazabilidad de la cadena de suministro también de nuestros proveedores.
