¿Qué es Digital Research Studio?
Tanto yo como mi socio hemos trabajado durante mucho tiempo, ya casi son 20 años, incluso entre él y yo sumamos 20 cada uno, casi 40 años en procesos de desarrollo de producto y de cambio digital en diferentes tipos de empresas, sobre todo en medios de comunicación, donde hemos trabajado en todo: desde dentro evaluando procesos de trabajo, rediseño de páginas web, cambios de plataformas, implantación de procesos y de herramientas para mejorar metodologías, etc.
En marzo de este año decidimos dar el salto y crear esta empresa, Digital Research Studio donde nos queremos enfocar en la transformación digital de procesos y metodologías y herramientas de trabajo para ayudar a todas esas empresas que tienen metodologías o herramientas antiguas que son hoy en día difíciles de mantener, que no están en la nube, que no te permiten evolucionar, crecer y mejorar, para cambiarlas por otras herramientas y metodologías que les ayuden a mejorar y a crecer. Y esto lo conjugamos con lo que es nuestra otra especialidad, que es el desarrollo de productos digitales, entendidos como desde una página web, hasta una aplicación, hasta un podcast… cualquier cosa que podamos ayudar a que construya la digitalización de esta marca o de esa empresa- y colaboramos desde la conceptualización, entendiendo lo que necesita una pyme, hasta la ejecución final.
A nosotros nos gusta decir que somos compañeros de viaje, porque no creemos en los milagros, ni en la magia, ni en el hacking ni en cosas de este estilo que prometen crecimientos exponenciales en 15 días. Esto en el mundo digital no existe, en el mundo digital se trata de trabajar, trabajar, trabajar, probar, experimentar, mejorar, y esto es en lo que nosotros nos enfocamos.
Nos gusta decir que hay empresas que tienen un buen coche, tienen a lo mejor un Seat Leon pero quieren a lo mejor acabar teniendo un Range Rover, pues les ayudamos a elaborar esa hoja de ruta que les ayuda a llegar hasta ahí, cambiando poco a poco las piezas necesarias hasta completar un cambio integral de ese coche, de esa empresa, para que sobre todo su proceso de trabajo esté optimizado y adaptados a este mundo y a este entorno digital.
¿Cómo asesoran a una pyme? ¿Cómo las ayudan, es decir, qué herramientas utilizan, cómo hacen esa adaptación?
A nosotros nos gusta decir que lo que queremos es entrar en el negocio, comprenderlo, y que cada empresario se enfoque en lo que sabe hacer, si tu especialidad es hacer tornillos, tú tienes que centrarte en eso y tienes que permitir que gente que es experta en reordenar procesos o ayudarte a hacer e-commerce para vender fuera de España, te ayude a hacerlo.
Lo primero que hacemos es empaparnos de la filosofía y de los datos de una empresa, conocer y entender bien su idiosincrasia, sus necesidades, dónde está y dónde quiere llegar, y después con proceso de design thinking, nos ponernos en la piel del cliente y vemos si se están cumpliendo bien las necesidades de un cliente para llegar a ofrecerle todo lo que tiene y luego en la piel, también, del empresario, para entender si hay puntos de mejora y dónde están. Esto es un proceso complicado que lleva tiempo, que requiere también reunirse con las personas clave de cada empresa, para entender a fondo su trabajo. Es un proceso bastante artesanal, no hay magia, no llegamos y decimos “mira, quiero ahorrar dinero en mi facturación, usa esta herramienta que mágicamente te va a resolver tus problemas”, no, lo que tratamos de entender es que todas las empresas tienen particularidades, como todos los coches, y tenemos que entenderlas, nos reunimos, analizamos cómo se están haciendo los flujos de trabajo en este caso y analizamos cómo se pueden mejorar. ¿Qué nos encontramos? Pues que muchas veces lo que hay es procesos y flujos extremadamente complejos porque todas las empresas quieren diferenciarse haciendo cosas, a veces, muy complicadas, entonces la mayor parte de las veces se trata de simplificar, simplificar y simplificar, y facilitar todo aquello que se esté haciendo.
Una vez que hemos recaudado toda la información de lo que hace una empresa y lo que necesita, lo que hacemos es establecer un plan de trabajo a corto, medio y largo plazo porque no todos los logros se pueden hacer rápido, pero siempre hay oportunidades que se pueden encontrar rápidamente, oportunidades a medio plazo, y oportunidades a largo plazo, para que el empresario tenga claro qué es lo que tiene que hacer para llegar a su objetivo y siempre diciendo muy claro que esto no es magia, que hay muchas empresas por ahí que venden growth del 25% exponenciales… No funciona así prácticamente, nunca, salvo que puedas invertir mucho dinero en determinadas plataformas y en determinados sitios.
Y luego como último paso, si así se requiere también, podemos o ayudar en la ejecución de todo esto o bien ayudar a encontrar un socio que ayude en la ejecución. Por ejemplo, surge la necesidad de internacionalizar y desarrollar una plataforma de e-commerce internacional, con diferentes características, nosotros bien podemos construirla o bien podemos dar las bases, como un arquitecto da los planos de un edificio, y supervisar que se esté construyendo de la forma adecuada.
¿De cuánto tiempo estamos hablando?
Para una empresa de un tamaño medio, una empresa que tiene 10 o 20 empleados, una pyme razonable, necesitamos entre una y dos semanas de análisis, desde el momento en el que tenemos toda la información necesaria y todas las entrevistas necesarias compiladas, que eso se puede hacer en el plazo de una semana si se organiza bien, luego que necesitamos entre una y dos semanas de análisis y luego aproximadamente otras dos semanas para replantear cambios en todo esto. En el plazo de un mes estamos dando una versión inicial de este plan de trabajo y de esta estrategia de digitalización, eso es lo que aproximadamente nos lleva. Depende un poco del tamaño de la empresa, pero esa es un poco la media.
¿Cuál es el perfil que las empresas con las que trabajan?
Nos encontramos con muchas necesidades de medios de comunicación porque nosotros venimos de ese sector y obviamente, pues ahí tenemos una gran oportunidad, pero luego trabajamos también con e-commerce, con escuelas de formación locales o nacionales. Si te enfocas en empresas que venden a través de internet, por ejemplo, y necesitan mejorar sus procesos desde cómo hacen el inventario hasta cómo hacen el producto, cómo se envía, cómo son sus plataformas web… te encuentras con empresas que tienen una serie de necesidades, lo mismo estas escuelas que te digo de formación, tipo bootcamp o escuelas de yoga o de pilates o gimnasios… ese tipo de entidades y organizaciones muchas veces no tienen sus procesos optimizados y son las que en este momento están empezando a acudir a nosotros.
En la industria también hay una excelente oportunidad, sobre todo a nivel de procesos de trabajo, y también a nivel de venta; nos damos cuenta y estamos tocando poco a poco sectores como la producción hortofrutícola o la producción el mundo del vino y ahí te das cuenta también que hay un escaso esfuerzo por la digitalización. En muchos casos sigue habiendo albaranes y procesos que se hacen a mano que son realmente dolorosos, que yo los veo y me cuesta mucho entender por qué sigue siendo así. Conocemos casos de albaranes a mano, que tienen que contabilizar a mano, que lo lleva la persona que reparte hasta el empresario que lo firma y se lo devuelve firmado a mano. Pues todo este tipo de procesos, que por desgracia, siguen existiendo y son muy comunes, cada vez hay más empresas que lo demandan o al menos están empezando a interesarse.
Y en este sentido, con su experiencia y con esta etapa de emprendimiento, ¿cómo ve ahora mismo a las pymes en cuanto a digitalización y a transformación digital? ¿Cuáles cree que son las asignaturas pendientes?
Lo primero que vemos en muchos casos es miedo, miedo a cambiar, el primer paso que tienes en cuenta es esa sensación, a veces para qué, a veces por qué, y es lo primero que tenemos que vencer: esa resistencia y ese miedo a perder información por el camino. Lo primero que se tiene que hacer es explicar que esto es una oportunidad segura y confiable. Ahí es donde yo creo que está el primer reto.
El segundo reto es el de implantar en las organizaciones una filosofía de producto, de evolución y de mejora continua; no se trata de comprar hoy y pretender que, sin hacerle mejoras, sin hacerle arreglos, te dure los próximos 30 años; las empresas tienen que entender que, para construir un producto digital y una mentalidad digital, el proceso de mejora es constante, porque el mercado, las herramientas, la metodología… todo mejora de forma constante y permanente. Ese es el segundo punto clave y es un punto de mentalidad, de decir “hoy tengo esto, pero la gestión es un proceso vivo, mucho más en este entorno del mundo digital, como nos ha demostrado la pandemia del COVID, que nos ha obligado a teletrabajar y en muchos casos no había suficiente preparación.
Si mi producto digital es una aplicación interna para contabilizar mi producción o una aplicación externa para vender mi producción, también es un producto vivo y hay que aprender a evolucionarlo. Aquí está nuestra principal preocupación. Por ejemplo, con el tema de las ayudas europeas. Está muy bien que lleguen, que se plantee dar 3.000 millones de euros a 1 millón de pymes, pero claro, si esos 3.000 millones se traducen en una media de 3.000 euros por pyme, realmente esto no va a ser útil porque al empresario no le puedes decir que con 3.000 euros va a transformar su empresa, sino que le tienes que explicar que tendrá que seguir gastando a lo largo de su vida una determinada cantidad de dinero para estar siempre actualizado y siempre en un punto que permita una mejora constante y continua.
Nosotros insistimos mucho en estas dos cosas, y es difícil, incluso en los medios de comunicación que tienen ya una tradición de productos digitales, es difícil hacer entender por qué tener esta mentalidad y esta estrategia es algo importante, crítico y vital para el negocio, tanto para producir mejor como para gastar menos, como para ingresar más, para todo es crítico.
Ha tocado varios temas muy interesantes. Uno de ellos era cómo nos ha transformado -a las empresas, a las pymes, a la industria, a la sociedad en general- la pandemia. Ha hablado del teletrabajo, pero ¿en qué más hemos cambiado o nos ha forzado el coronavirus a cambiar?
Hablaba del teletrabajo como ejemplo concreto, pero creo que aquí lo principal es que nos hemos dado cuenta de –muchas veces- nuestra escasa flexibilidad. Miras a países europeos del norte que están un poco más avanzados socialmente y te das cuenta de que su capacidad de trabajar y de vivir de forma flexible y a distancia, es mayor -incluso con menos contacto-. Te encuentras a gente que trabaja para esos países, que puede vivir en España o en Canarias o en miles de sitios, donde hay diferencias horarias y donde se pueden organizar mejor.
Creo que la pandemia lo que nos ha demostrado es que tenemos que ser capaces, sobre todo, de ser flexibles. Y luego tenemos que ser capaces. Sobre todo, de tener datos e información; nos encontramos también con muchas empresas que no tienen datos, que no tienen información en tiempo real de qué es lo que está ocurriendo con su compañía. Si hubiéramos tenido antes del COVID estas dos cosas, flexibilidad y datos, creo que todo habría sido mucho más fácil y sencillo. ¿Qué empresas son las que han triunfado durante esta pandemia? Pues aquellas que tenían flexibilidad y datos, las que llevaban comida a domicilio, las que llevaban repartos a domicilio… las que estaban mejor preparadas, que al final pues hay que mencionar los Amazon, esas grandes multinacionales que trabajan así, totalmente focalizadas y habituadas a trabajar por objetivos, a trabajar con información. No vale de nada decir “yo creo que de marzo a junio de 2021 podría haber facturado X…”, no, tienes que saber cuánto facturabas de marzo a junio de 2021 y saberlo rápido de un vistazo para poder tomar decisiones ágiles.
Me da pena muchas veces ver que se están dando algunos pasos atrás, algunos pasos de marcha atrás por esta sensación de la importancia de la presencialidad para dar órdenes, para ejecutar, porque creemos que la gente es vaga –yo no soy tan pesimista; creo que a la gente lo que hay que darle es responsabilidad para que te respondan-; lo que no vale es estar como un policía sentado en una silla mirando a tu trabajador para que produzca más.
Creo que son estos tres puntos: flexibilidad, información y responsabilidad individual. Si mejoramos en esas tres cosas, estaremos preparados para la siguiente pandemia o crisis a la que nos podamos enfrentar.
¿Cuál es su impresión como emprendedor, pero también como periodista, sobre la gestión del Gobierno en el lanzamiento de los PERTEs?
En primer lugar, tengo la sensación de que como que es una promesa que nunca acaba de llegar, que hay prometido mucho dinero, muchas ayudas y todavía no han llegado. Y luego creo que una gran parte de las ayudas se las van a quedar las grandes empresas, como es lógico porque al final son las que sostienen mucho el tejido productivo de este país. Tengo esa sensación de que el Estado te dice “mira, invierte 3.000 euros en tu negocio, y tu negocio va a cambiar, se va a digitalizar”, y es que eso no es así. Lo que habría que hacer, además de eso, que está muy bien, es poder dar otro tipo de ayudas para tener otro tipo de recorrido. El gobierno, además de ayudas, y más que ayudas, tendría que enfocarse en dar facilidades para que a largo plazo todas las empresas puedan ser sostenibles digitalmente; no sé si traducirlo en forma de ayudas fiscales, en forma de beneficios, en forma de formación -que hay alguna- y en muchos casos la formación puede ser contraproducente porque encontramos empresarios que dicen “mira, ayúdame en esto que yo voy a hacer todo lo demás”.
Pero ¿esto cómo se pude concretar? Está pidiendo a la administración central más cultura digital, que fomente la cultura digital, pero eso ¿cómo se puede estructurar? ¿cómo se pone en marcha?
Quizá beneficios fiscales para aquellos procesos de digitalización que puedan ser de medio-largo plazo, para procesos de marketing digital, el desarrollo de productos digitales, ahí sería algo muy bueno y muy positivo; continuar con la formación, pero una formación quizás más estratégica que práctica, a lo mejor no se trata tanto de enseñar al dueño de una tienda a trabajar en redes sociales, sino enseñarle a analizar la información que ya tiene o a darles pautas y pistas para entender mejor este entorno digital, porque si no, ya te digo que es frustrante.
Quizá lo más obvio sería algún tipo de beneficio fiscal durante los próximos años para que al final al empresario le cueste menos construir y transformar sus operaciones digitales; ahí es donde creo que está la verdadera y gran oportunidad. Obviamente también hay que decir que no todos los negocios necesitan un cambio, una transformación o un producto digital.
Ha hablado de formación, pero una de las preguntas que yo siempre suelo hacer es ¿no cree que hace falta también que esa formación, que esa digitalización llegue más a los niños, que se fomenten las STEM en las escuelas?
Sí, probablemente. Yo no creo mucho en esto que está de moda de que todos los niños sepan leer, escribir y programar. No se trata de eso. Hay niños que no tienen que saber programar, que serán escritores o trabajarán en otras muchas cosas, tendrán otro tipo de capacidades y de creatividades. Esto es ridículo. Lo que sí creo es que todos los niños deberían salir del colegio con una cierta soltura y una información importante sobre cómo se utiliza y cómo moverse en el mundo digital, cómo moverse de forma segura, cómo utilizarlo de forma responsable, cómo se pierde el miedo a un ordenador o a un móvil.
Y luego obviamente que también los colegios y los institutos se digitalicen y cada vez haya menos papel y lápiz y más plataformas, herramientas y sistemas que te ayuden a entender cómo funciona todo este mundo.
Está muy bien formar a técnicos, ingenieros, científicos, y ojalá se formen muchos porque creo que es el futuro, pero no únicamente. No creo que se trate solamente de eso sino también de una cultura digital que te permita enfrentarte a un mundo digital con seguridad, que te permita salir a un mundo laboral y profesional y no tengas miedo a utilizar una herramienta u otra, porque la herramienta da igual y lo que importa son tus capacidades, si has aprendido desde pequeño, te será más fácil.
Pero desterremos ya esa entelequia de que todos los niños sepan programar. Eso yo no creo que vaya a pasar nunca por la simple razón de que todos los seres humanos tenemos capacidades distintas; hoy en día seguirá habiendo niños que se le den mejor las matemáticas y serán genios de la programación; habrá niños que se les dé fenomenal la orientación espacial y serán genios de la arquitectura o arquitectos.
Lo que sí que está claro es que en el futuro todos utilizarán la voz, las pantallas, e interactuarán con plataformas o herramientas digitales o robots o lo que tenga que ser en el futuro y ahí es donde tenemos que lograr que se vean seguros y al mismo nivel que los niños que se forman en otros países, para poder ser competitivos como país en el futuro.
Supongo que ustedes utilizan herramientas que aplican inteligencia artificial… ¿Cómo ve el futuro desarrollo de la IA aplicada a la sociedad, a la industria, al mundo cotidiano?
Creo que la mayor parte de la inteligencia artificial no la vamos a ver, es como algo que está latente, está por ahí y tú eres consciente de que cuando te muestran anuncios, cuando Instagram te enseña posts, cuando el banco prevé tus gastos, todo eso tiene que ver con la inteligencia artificial. Hay algo ahí latente y básico, pero creo que no la vamos a ver “físicamente”. Vamos a intuir que está y ya existe y ya nos está dando muchas utilidades y facilidades a cambio de ese eterno dilema de ceder tus datos.
¿A nivel empresarial? Creo que hay que ser una empresa muy grande para sacar partido a la inteligencia artificial, hay que mover muchos datos. Probablemente una pyme que facture 30-40 millones de euros – en cualquier aspecto, industrial, de medios de comunicación, lo que sea- no le pueda sacar partido a la inteligencia artificial, salvo a través de un proveedor que le ayude a hacer determinadas cosas y determinados aspectos de análisis interno, probablemente para los clientes, menos, porque creo que queda restringido a quien tiene una mayor unidad de datos.
Y otro debate interesante que se abrirá en el futuro es de quién son esos datos. Quién los gestiona, cómo y por qué. ¿Por qué Google debe tener mis datos? Siempre he pensado -y sigo pensando- que lo más lógico sería que, de alguna forma, los datos los tenga el gobierno de mi país o una entidad supranacional y yo decida a qué empresas les cedo la posibilidad de explotarlos. Y ahí creo que está el quid de la cuestión de la inteligencia artificial, pero hay que ser conscientes de que ya se aplica y ya nos hace la vida más fácil y ya nos sorprende en muchas ocasiones, porque todos habremos experimentado esto de hablar cerca del móvil y de repente encontrar publicidad de cosas que no has buscado.
Creo que esto ya funciona. Llegaremos a un punto en que se empezarán a desvelar cosas nuevas, que hoy no imaginamos y que no existen y que nos facilitarán la vida y que nos asustarán un poco. Lo que es importante es que quién construya la inteligencia artificial, lo construya de forma ética y pensando mucho más en el bienestar de la humanidad que en hacer grandes negocios.
Ha hablado del dato, ¿cómo tiene que ser el dato? Dice que tiene que ser masivo, pero también tiene que estar estructurado y ser accesible. Cuando han trabajado con clientes, ¿qué se han encontrado en este aspecto?
Normalmente, dramas, porque normalmente te encuentras un Excel, que han pasado por un montón de gente muchas hojas, te puedes encontrar una base de datos de Access que se exporta de aquella manera y hemos pasado proceso de cambio de herramientas de procesos o de facturación, hemos pasado por horas de trabajo en limpiar y en homogeneizar esos datos.
Los datos tienen que ser homogéneos y no entiendo cómo en un mundo donde el estándar y las normas ISO y demás están tan claros, por qué en este tema de los datos no están normalizados ni homogeneizados prácticamente en todo. Cuanto más homogeneizado, mejor, más fácil nos van a poner la vida a todos. Ojalá haya un esfuerzo en algún momento por ser homogéneos.
Teniendo en cuenta el oligopolio que hay ahora mismo de plataformas que manejan el dato, el problema es que los datos ya nos los controla la gente, porque los ha cedido de una forma voluntaria y casi inconsciente. Y esos datos ahora mismo son, no sólo potentes, sino muy rentables para ciertas empresas, que los venden, que los intercambian… Eso no es éticamente reprobable.
No, y además es un problema y yo lo veo muy complicado. Es un problema porque es un negocio multimillonario, tan multimillonario que a uno de estos grandes conglomerados les da igual que la Unión Europea les ponga una multa enorme porque la pagan sin ningún tipo de esfuerzo. Le veo una solución complicada, a no ser que haya algún tipo de acuerdo global y supranacional, que permita a las empresas seguir haciendo negocio y al ciudadano tener todo un poco más organizado y controlado. Y además, tus datos son muy difíciles de borrar, ya sabemos todos que borrar tu trazo, tu rastro digital es extremadamente complicado. Todo esto, en algún momento, alguien tendrá que avenirse a quizá regularlo; yo no soy muy de regulaciones ni nada, pero creo que en este punto -ya que somos muy poco responsables en el uso y en la cesión de nuestros datos- habría que poner alguna traba más o algún tipo de control más exigente.
¿Han notado en este casi un año de vida un cambio de tendencia, después de todo el tema de los fondos europeos?
Aún no. Sí encontramos gente que está pensando que quiere acceder a ellos, pero no está muy claro todavía. Creo que no está muy claro ni a qué importe se puede aspirar, ni cómo ni cuándo ni a través de qué organismo, con qué empresas, ni si hay que estar verificado o no hay que estar verificado… Creo que falta información y un poco más de orden; sí que conocemos clientes que no consiguen, que es más fácil llegar a otras ayudas por otra vía que a través de estas famosas ayudas europeas y es una pena porque tendría que ser más fácil, más cómodo y más sencillo. Quizá un poco más informado y menos regulado, no puede ser tan doloroso acceder a un importe relativamente pequeño para ayudarte a cambiar y a digitalizarte. Lo que nos falta a nosotros y a la gente con la que hemos contactado, es información clara.
Cuando ha hablado de pasos atrás en la digitalización, citaba la presencialidad, ¿se refería solamente a eso?
No sólo a eso. Me refería a que se han dado pasos atrás en el sentido de que, de repente, todo lo digital era muy importante y toda la información y de que trabajar a distancia y la flexibilidad eran muy importantes y esto ha quedado un poco en el olvido. También puede ser que haya coincidido con el final de año, que son un poco complicados, y que este año veamos que las empresas quieren seguir evolucionando y avanzando. Pero me da un poco la impresión de que también lo táctico -es una economía un poco todavía de guerra la del COVID- está haciendo que las empresas se olviden de lo estratégico y de pensar cómo en los próximos tres o cuatro años pueden seguir mejorando y ahí es donde creo que ha habido un pequeño paso atrás. En ese primar de la táctica y de la supervivencia sobre la estrategia. Ahí es donde digo que creo que el Gobierno podría dar algún tipo de ayuda distinta a la mera subvención para facilitar esta transición que muchas veces no es cómoda ni fácil, ni barata.
¿Qué planes de expansión tienen? ¿Cuántos son en la empresa? ¿Cuál es vuestra estrategia?
Este año ha sido un año de arranque que ha estado bien, que hemos cumplido nuestras previsiones y objetivos. Estamos trabajando ya de forma estable cinco personas y algunas de forma temporal o por proyectos, y nuestro hándicapvde 2021 es que nos ha faltado hacernos conocer. Creo que para este año nuestro gran reto, aparte de crecer, que es el obvio y lógico, es darnos a conocer. Ayudar un poco a hacer entender en todas las áreas y en todos los sectores de la economía, desde la industria a la comunicación, la importancia de contar con estrategias de desarrollo digital tanto en sus productos como en sus procesos de trabajo y hacer entender que esto no es una cosa que se haga en un día, sino que es un proceso a medio-largo plazo. Creemos que es un proceso que se puede hacer con empresas externas -como es nuestro caso- porque no es el core de tu negocio, que es todo aquello que permite que tu negocio funcione mejor gracias a las nuevas posibilidades que te está dando el mundo. Y ahí es donde está nuestro reto, aprender y conseguir, mejor dicho, comunicar esto y conseguir ese espacio que creemos que existe en el mercado, ayudas sobre todo a la pyme que es donde creo que hay menos empresas dedicadas a apoyar y a ayudar porque para las grandes empresas hay muchas grandes consultoras, pero para las pymes es más difícil acceder a perfiles especializados que las ayuden a hacer todo esto.
Según vuestra página web ustedes son “el primer estudio de servicios DaaS (Digitalization as a Service) para pymes”…
Es un concepto que nos inventamos nosotros que trata de ofrecer digitalización como servicio, al igual que hay Device as a Service (DaaS) Support como servicio. En ese sentido, no se trata de darte un producto sino de darte un servicio a largo plazo que te permita escalar y mejorar. Nosotros lo que tratamos de alcanzar con nuestros clientes es algún tipo de fórmula de trabajo a largo plazo que permita esa mejora continua, por eso decimos digitalización como servicio, que la digitalización no sea un proyecto que se acaba, sino que sea un servicio que no tiene fin, sea con nosotros o sea por ti mismo.
¿No hay empresas que ofrecen este tipo de servicios?
Estuvimos investigando el mercado y no encontramos ninguna. Quizá las haya, no te digo que no, pero nosotros no encontramos ninguna que haga este tipo de trabajos, porque son trabajos complicados, que exigen mucho de ti y creo que las empresas normalmente prefieren cerrar proyectos o servicios muchos más estructurados; no es fácil meterse en la tripas de una empresa, comprenderla, requiere mucho tiempo y mucho esfuerzo, a nosotros nos gusta hacerlo y creemos que somos, si no los primeros, pues de los pocos que lo hacen porque no hemos encontrado a mucha gente que lo haga.
Es decir ¿que se consideran pioneros o uno de los pioneros?
Correcto, eso es.