ENTREVISTA

Xabier Alberdi, EIT Manufacturing West: «La transición verde y digital están marcando el futuro de la innovación industrial en Europa»

EIT Manufacturing es una asociación público-privada, cofinanciada por la Unión Europea y establecida en 2019. Además, es una de las nueve Comunidades de Conocimiento e Innovación (KIC) apoyadas por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT) . EIT Manufacturing West es una de las seis regiones de EIT Manufacturing. Xabier Alberdi, Business Development and Innovation Manager, ha explicado en entrevista para industry Talks los retos que tienen por delante.

¿Cómo definiría la misión de EIT Manufacturing y, en concreto, la de la región West?

Nuestra misión es conectar a los actores de fabricación a través de la promoción de talento y emprendimiento para el desarrollo de una industria europea más innovadora, globalmente competitiva y sostenible. Nuestra oficina de Donostia-San Sebastián aterriza esta misión en España, Francia y Portugal (región West). Trabajamos con una gran variedad de actores del entorno institucional, industrial, académico y tecnológico. Desde startups y empresas de todos los tamaños, hasta universidades, centros tecnológicos, institutos de fomento y competitividad, asociaciones o agencias de innovación, de desarrollo, etc.; además de los principales organismos públicos regionales. Desarrollamos actividades y programas variados, con foco en la educación, la innovación, y la creación y desarrollo de empresas tecnológicas, enmarcados en lo que denominamos nuestro “triángulo del conocimiento”.

Este año celebran el quinto aniversario de la sede de San Sebastián. ¿Cómo ha evolucionado vuestro papel desde 2020 hasta hoy en el ecosistema industrial?

¡Efectivamente, y se trata de un hito muy relevante para nuestro equipo y para nuestros socios! La organización se ha ido adaptando a los cambios que observamos dentro y fuera de nuestro ecosistema, con una clara apuesta por la prestación de servicios. Desde el apoyo a la innovación y la competitividad originales, hemos ido incorporando nuevos desafíos ligados a la “sostenibilidad” de nuestro entorno productivo, así como el aumento de su “autonomía estratégica”. Por otra parte, y desde el foco original de comunidad de innovación bajo un paraguas exclusivo de la agencia europea EIT, hemos madurado y evolucionado nuestro modelo de servicio, integrando también la perspectiva y las necesidades de una variedad más amplia de colectivos como los presentados en la pregunta anterior.

¿Cuál es la principal motivación de vuestro trabajo con organismos públicos regionales?

Nuestra organización representa “una capa más” de cada Sistema Regional de Innovación (SRI), bajo visión colaborativa y de alineamiento con la agenda de la UE para conseguir un efecto multiplicador en los resultados. Contribuimos en el diseño de políticas ligadas a la reducción de la “brecha de innovación” a la vez que reforzamos el papel de sus instituciones en clave Europa. Dicha experiencia y visión nos permite además una mejora continua de nuestros instrumentos de apoyo a la innovación, como convocatorias de ayudas, eventos o servicios, mientras vemos crecer nuestra comunidad.

Trabajamos dos “terrenos de juego” de forma recurrente. Primero, en la revisión de políticas de mejora de los mecanismos de financiación y de gobernanza, así como de planeamiento estratégico de la actividad de organismos clúster y/o Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI). Acompañamos el proceso y aportamos en el rediseño, establecimiento y sistematización de acciones orientadas a la mejora de su competitividad y de su modelo, tanto como organismos intermediarios, como también en lo que concierne a las empresas que agrupan. Trabajamos aspectos clave como el “remapeo” de cadenas de valor, la mejora de su posicionamiento en Europa, el aumento del tamaño y alcance de proyectos, la mejora de la capacidad de absorción tecnológica, la evolución de aspectos culturales, etc. La casuística es diversa y varía geográficamente. 

Por otro lado, es relevante el alineamiento de estas políticas respecto a las Estrategias de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3), y viceversa. Los organismos públicos buscan habitualmente dotar a estas últimas de un mayor nivel de especificidad. El concepto de especialización se establece precisamente por comparación. Apoyamos la reflexión en aspectos concretos como: ¿Cuál es el impacto de las tecnologías habilitadoras en sus sectores industriales más arraigados? Nuestra función consiste en promover un proceso de descubrimiento participativo en el que se incluyen líderes regionales y organismos expertos.

¿Por qué consideráis importante que las regiones cooperen?

Por un lado, la propia agenda europea (ej. EU Green Deal, the New Industrial Strategy for Europe, the Circular Economy Action Plan, the Net Zero Act (NZIA)) defiende la colaboración entre instituciones a todos los niveles y ello engloba el interregional. Por otro, hoy es quizás más evidente que ninguna región puede ser autosuficiente. El escaso tamaño y recursos las limita. Lo anterior hace aún más evidentes los beneficios de una cultura abierta y cooperativa. Nos sentimos privilegiados por “pivotar” entre agentes y narrativas tan ricas y diversas. Es curioso observar cómo muchas “mejores prácticas” se encuentran dispersas geográficamente, y no tienen porqué correlacionarse con el grado de innovación de una región (ej. Índice de Innovación Regional). Una “emergente” pueda ser “donante” de una práctica adaptable a otra de perfil “innovador”. Todos podemos aprender. Nos gusta contribuir a la generación de un espacio en el que compartamos nuestras motivaciones y limitaciones, como recurso de utilidad para mejorar la visión, evolucionar estrategias y construir SRI más fuertes y mejor cohesionados.

Es importante compartir que lo anterior no significa necesariamente que las estrategias futuras vayan a ser compartidas. El diálogo favorece precisamente un mayor nivel de especificidad de las políticas y trae consigo su diferenciación. Análogamente, colaborar puede traer nuevas oportunidades, reducir duplicidades y contribuir a superar la fragmentación de los esfuerzos en asuntos que les son comunes. Puede dar lugar a actuaciones más complementarias y mejor adaptadas.

Incluso en cooperación, ¿puede ser relevante el papel de una región en un contexto dominado por grandes jugadores globales?

Nos encontramos en un contexto incierto y volátil, caracterizado por la creciente competitividad y la pugna global por las ideas, el capital, las tecnologías y el talento. Es importante reconocer que nuestros SRI presentan limitaciones a la hora de asumir el impacto derivado de la magnitud y la rapidez de muchas de las transformaciones impuestas por los jugadores globales. Esto justifica la oportunidad y la necesidad de intensificar la colaboración, por ejemplo, para mitigar el impacto que nuestras dependencias externas presentan en nuestra competitividad (ej. Discontinuidades en cadenas de valor). Si no podemos pertenecer al grupo de quienes dominan la partida, quizás cobre más importancia nuestra capacidad para reinterpretar el contexto y adaptarnos con agilidad. El análisis de escenarios, o la prospectiva, representan instrumentos de gran interés para la anticipación y construcción de un futuro más deseable para nuestras industrias y sociedades.

En segundo lugar, consideramos que la relevancia del nivel regional es creciente, como espacio para la consolidación de enfoques top-down y bottom-up. Los representantes regionales perciben de forma cercana las necesidades de de su geografía industrial, y pueden “elevar” las mismas de forma eficaz. Su posición permite el impulso de nuevas lógicas de intervención basadas en decisiones “bien informadas”, además de la influencia en las condiciones sistémicas, culturales y en la evolución de amplios sectores industriales e institucionales regionales.

En tercer lugar, quizás también hayamos de reconocer que cada vez que consumimos, decidimos qué modelo crece y cual no lo hace. Esto también atañe a las decisiones de compra de nuestras administraciones regionales. Gana importancia la necesidad de impulsar nuevos modelos que incentiven la proximidad entre los mecanismos de producción y consumo de ideas, productos y/o servicios. Prácticas como la Compra Pública Innovadora (CPI), subrayarán la relevancia y la capacidad de las regiones como organismos facilitadores de un modelo propio “slow”, alternativo al habitual (ej. Made in China, Big Four, MacDonalds, etc.).

¿Qué tendencias ven que están marcando el futuro de la innovación industrial en Europa y en el sur de Europa en particular?

Existen dos tendencias globales con gran trayectoria e impacto industrial, y totalmente ligadas a nuestra actividad. En primer lugar, la denominada “transición verde” y la evolución hacia fuentes renovables que faciliten la descarbonización y la creación de espacios industriales más sostenibles y eficientes en términos energéticos. En segundo lugar, la “transición digital” basada en la integración de nuevas tecnologías orientadas a la monitorización y automatización de procesos y la mejora de la productividad y la eficiencia de entornos industriales más inteligentes y conectados. Es bien sabido que ambas transiciones conviven y se refuerzan mutuamente.

Por otro lado, venimos constatando la voluntad de aumentar el grado de autonomía, por el impacto de la anterior en la mejora de la flexibilidad y de la capacidad de control sobre procesos de producción y distribución de bienes y servicios (ej. Procesos de nearshoring, reshoring). Las agendas actuales priorizan la reducción de la dependencia hacia las importaciones a partir del fomento de circuitos de comercialización más cortos. También el fomento de nuevas estrategias de sustitución de la importación. Esto supone una oportunidad para el emprendimiento y la promoción de estrategias de transferencia tecnológica “motivadas” por la tracción del mercado. Observamos también el crecimiento de la economía circular, orientado a la reciclabilidad de los productos y la reducción de la dependencia de materias primas procedentes de terceros. El concepto de fábrica evoluciona progresivamente desde la linealidad hacia la circularidad, desde las fases tempranas de diseño.

En tercer lugar, si hablamos de España y Portugal, se ha evidenciado la necesidad de aumentar la potencia energética, así como de mejorar la infraestructura de la red eléctrica y de su eficiencia, como aspectos clave para soportar la competitividad de nuestro modelo industrial y su innovación. El reciente apagón da muestras de la relevancia y necesidad de robustecer el sistema para atender una demanda industrial creciente. También es tendencia el aprovechamiento de nuestras ventajas en la producción de energías limpias para el impulso de nuevos proyectos y modelos industriales como los “centros de datos”, con impacto en la renovación y externalidades positivas en el entorno. Otra tendencia a destacar es la dotación de inteligencia a procesos de conducción del agua. Lo importante es contar con espacios para comprender y atender el vínculo entre las tendencias globales y las oportunidades que pueden generarse en el contexto regional.

¿Cómo está impactando la digitalización —inteligencia artificial, IoT, automatización— en las regiones con menor grado de innovación? ¿Existe una brecha tecnológica además de la brecha de innovación?

Observamos regiones que juegan bien sus cartas e impulsan nuevos hubs, programas y actividades orientadas a evolucionar sus sectores económicos. Algunas catalogadas como “emergentes” o representantes de un colectivo caracterizado por un menor grado de innovación dan muestras, sin embargo, de mejores prácticas industriales, y que representan el estado del arte de incorporación tecnológica.  Otras, y no necesariamente las que a priori aparecerían como peor posicionadas, quizás aparenten permanecer en un momento más estático. El liderazgo político está siendo clave.

Efectivamente, existe también una “brecha tecnológica” que se refiere al nivel de uso e implementación industrial de las tecnologías existentes. A este respecto, las pymes presentan habitualmente una capacidad de absorción más limitada, lo cual se alinea con la razón de ser de multitud de organismos intermediarios entre las cuales nos encontramos, y a las que apoyamos a partir de nuestros instrumentos, recursos y experiencias.

La educación juega también un papel clave en reducir la brecha tecnológica, por lo que tener un buen programa de reskilling y upskilling accesible a las empresas es necesario para que estas se pongan al día. El problema no es tanto si hay tecnología, sino cómo hacer para que llegue a los usuarios finales (en nuestro caso industria).

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