Las fotos de familia pusieron el punto final a unas largas negociaciones y el inicio de una nueva etapa dentro del grupo galletero y sus más de 1.700 empleos.
La presencia de Maroto y Mañueco fue la mejor prueba de que ambas administraciones, la central y la autonómica, han decidido, por fin, ir de la mano en la solución de la industria, dejando atrás asperezas y cruces de declaraciones que se sucedieron desde el inicio de los contactos entre las partes.
La ministra, que se mostró “enormemente satisfecha” con este acuerdo, destacó que “brinda una oportunidad para un futuro industrial para la empresa y garantiza un futuro laboral para 1.700 familias. Además, este acuerdo es un buen ejemplo de apuesta por las oportunidades y el futuro de la España rural, en este caso de Castilla y León, una de las prioridades que tiene el Gobierno de España”.
Según detalló Maroto a los medios, “desde el primer momento, cuando empezamos a negociar con inversores una solución para la empresa, nuestra prioridad siempre ha sido garantizar los puestos de trabajo y las capacidades industriales y el acuerdo suscrito hoy recoge gran parte de las reivindicaciones de los trabajadores, entre ellas recuperar la pérdida del poder adquisitivo de sus salarios como consecuencia de la contención salarial y las bajas incentivadas”.
Por su parte, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, destacó que el Ejecutivo autonómico ha estado perfectamente informado de la evolución de Siro. «He estado en contacto con el presidente desde que fui elegido hace casi tres años, aunque es cierto que los acontecimientos de estos últimos días nos han desbordado a todos», explicó.
Fernández Mañueco incidió en que la administración regional se va a implicar en este acuerdo. «La Junta ha estado en el pasado, está en el presente y estará en el futuro de Siro», remarcó, antes de ponerse a disposición de los nuevos inversores. «Estamos al lado de las empresas, de los trabajadores y, por supuesto, estamos al lado de Siro», concluyó.
El documento suscrito, que incluye el compromiso de mantenimiento del 100% de los empleados fijos, contempla, además, una mejora al final del cuarto año para compensar con un 8% del salario a los trabajadores de todas las plantas que durante dicho periodo hayan conservado los niveles de producción obtenidos el año 2021. Lo que supone la recuperación de toda la deducción salarial acordada para el período del plan de competitividad, y un exceso adicional de un 2%.
Dentro del plan de competitividad para las fábricas de Toro, Venta de Baños y Aguilar de Campoo y del centro especial de empleo y El Espinar, los nuevos inversores se comprometen a invertir más de 100 millones de euros en los próximos cinco años, donde además de la cantidad consignada para la compra de los activos, se contempla un plan de inversiones en I+D+i y en la mejora de eficiencia energética para los procesos de producción o la adquisición de nueva maquinaria, un plan que podría obtener financiación pública a través de las líneas de apoyo del Estado.
En el acuerdo también se recoge la creación de un grupo de trabajo en el que el Gobierno y los nuevos accionistas se comprometen a no cerrar la actividad en la planta denominada Venta de Baños 1 durante un periodo de dos años. Durante dicho periodo, la nueva propiedad en colaboración con el Gobierno conformará un grupo de trabajo para buscar inversores que den un futuro a la planta.
El grupo inversor aportará 130 millones de euros en Siro hasta 2025 para mejorar su competitividad, además de asumir la deuda de 300 millones, dentro de una compañía que en 2021 acumuló pérdidas por valor de 47 millones.