Desde 2018, EE.UU. aplica estos aranceles argumentando razones de seguridad nacional. Aunque en 2021 se alcanzó un acuerdo para suspender parcialmente estas medidas mediante contingentes arancelarios, el conflicto sigue sin una solución definitiva. La Unión Europea prorrogó hasta marzo de 2025 la suspensión de sus contramedidas, buscando evitar una escalada comercial.
La situación afecta a un mercado ya tensionado por la sobrecapacidad global de producción de acero, lo que genera distorsiones comerciales y presión sobre la competitividad de la industria europea.
Impacto en las exportaciones españolas
El acero español, que en 2024 generó ingresos por más de 400 millones de euros en EE.UU., enfrenta ahora mayores incertidumbres. Aunque algunos productos estratégicos cuentan con exenciones arancelarias, el sector considera que estas restricciones afectan la competitividad y dificultan el acceso al mercado norteamericano.
Carola Hermoso, directora general de una organización representativa del sector siderúrgico, expresó su preocupación por esta situación:
«Desde la unión de empresas siderúrgicas queremos expresar nuestra profunda preocupación ante la decisión de Estados Unidos de reintroducir aranceles al acero europeo. Se trata de una medida injustificada que vuelve a situarnos en un escenario similar al de 2018, cuando la administración estadounidense impuso restricciones comerciales que afectaron gravemente a la industria siderúrgica española y europea.»
Además, destacó la importancia del sector para la economía y el empleo:
«El sector siderúrgico es clave para la economía y el empleo. Contamos con una industria moderna, competitiva y comprometida con la transición hacia una producción más sostenible. Generamos miles de empleos directos e indirectos y contribuimos significativamente al PIB nacional. La imposición de estos aranceles pone en riesgo la estabilidad de un sector estratégico y el mantenimiento de empleos industriales de alta cualificación.»
Reacciones y posibles medidas
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha calificado estos aranceles como “injustificados” y ha advertido que la UE tomará “contramedidas firmes y proporcionadas para proteger sus intereses económicos, trabajadores y empresas”.
Hermoso insistió en que las exportaciones españolas no afectan a la industria estadounidense, sino que ayudan a cubrir su demanda:
«Es fundamental subrayar que nuestras exportaciones no han crecido respecto a niveles previos a los primeros aranceles en 2018. No suponen una amenaza para la industria estadounidense, al contrario, contribuyen a cubrir una demanda que, en muchos casos, la industria local no puede satisfacer. La reintroducción de estos aranceles no solo afecta a nuestras empresas, sino que también va a generar distorsiones en el comercio internacional del acero, en un contexto de sobrecapacidad global.»
Otro de los factores que agravan la situación es la competencia desleal de terceros países:
«La industria siderúrgica europea enfrenta una competencia feroz de importaciones procedentes de Asia y otras regiones, lo cual agrava aún más la situación. Además, hay que decir que son importaciones que no cumplen las mismas reglas del juego que las europeas, ni en protección ambiental ni en seguridad y condiciones laborales.»
Ante esta coyuntura, el sector pide una respuesta firme por parte de la Unión Europea:
«La Unión Europea debe reaccionar con firmeza, al igual que ocurrió en 2018. Es imprescindible que implemente medidas de equilibrio para proteger a nuestras empresas y a nuestros trabajadores.»
Además, reiteró la necesidad de reactivar el diálogo con EE.UU.:
«Desde el sector siderúrgico consideramos prioritario que la Unión Europea y Estados Unidos reactiven de inmediato las negociaciones para alcanzar un acuerdo estable y duradero que garantice estabilidad en las relaciones comerciales a largo plazo.»
Los nuevos aranceles al acero europeo suponen un obstáculo para la industria española, que ya enfrenta desafíos globales como la sobrecapacidad y la competencia desigual. La respuesta de la Unión Europea será clave para mitigar su impacto y asegurar un entorno comercial justo para el sector.