Asimismo, el consejero ha destacado “el esfuerzo que la industria y la sociedad está realizando para afrontar la transición energética”. “Si queremos depender cada vez menos de fuentes de energía del exterior y ser más eficientes, tenemos que descarbonizarnos”, ha concluido Irujo.
Para medir la eficiencia energética se tiene en cuenta un indicativo conocido como intensidad energética final, que muestra la energía final necesaria para producir una unidad económica. Para medirlo, se relaciona el consumo final de energía con el PIB. Según los datos del Balance Energético 2022, la intensidad energética final de Navarra fue de 85,9 tep/euro., mientras que en 2012 fue de 102,6 tep/euro (tep: Toneladas Equivalentes al Petróleo). Esto supone una mejora en eficiencia energética del 16,30%.
Esta mejora es debida a que tanto la industria, como las administraciones públicas y la sociedad están realizando procesos de descarbonización. Es por esto que se ve un aumento del porcentaje que representan la electricidad en el mix energético final, que ha pasado de representar el 19% en 2021 al 21% en 2022. Sin embargo, el gas y el petróleo siguen representando el 68% de nuestro mix energético, lo que hace que tengamos una gran dependencia energética del exterior y que nos afecten las subidas de precio que se han producido en 2022 debido al contexto mundial.