8M

Mujer, ingeniería e industria: faltan referentes e información desde la escuela hasta la universidad

La ingeniería y la construcción son dos sectores tradicionalmente masculinizados, donde la presencia de la mujer aún no alcanza los niveles deseados. Por fortuna esa tendencia está cambiando, pero lentamente. Todavía queda mucho trecho por recorrer.

Con motivo del 8M, que hoy se celebra en todo el mundo, industry TALKS ha cedido la palabra a tres mujeres estudiantes de especialidades eminentemente industriales y a otra que trabaja como directiva en el sector de la construcción.

“Hay algunas empresas que quieren a mujeres mejor que a hombres, pero yo pienso que casi siempre es al contrario, ya que a nosotras, por simplemente ser mujer, algo menos fuerte que un hombre y con la posibilidad de quedarse embarazada, es mucho más complicado que nos cojan en un trabajo, donde hay mucha condición física”. Así de claro se expresa Yolanda Barreno, alumna de 2º curso de Instalaciones Eléctricas y Automáticas en el Colegio Salesianos de Atocha sito en Madrid.

“En un futuro yo espero que haya tanto hombres y mujeres en todos los sectores, que cobremos lo mismo tanto por ser mujer o ser hombre; al fin y al cabo, los dos géneros somos iguales y podemos hacer las mismas cosas”; remarca la estudiante, quien asegura que, “de momento” y en su caso, se le han puesto fáciles las cosas.

Claudia Laorga está haciendo el Trabajo de Fin de Grado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales (ETSII) que pertenece a la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Claudia decidió estudiar esta carrera STEM tras visitar el CERN -la Organización Europea para la Investigación Nuclear- en Ginebra cuando estaba cursando 1º de Farmacia. “Me enamoró aquello”. Aunque no influyó el entorno familiar, reconoce que de pequeña disfrutaba mucho de las matemáticas y la física.

“Jamás me he sentido discriminada dentro de la Escuela”, destaca Claudia, “pero no puedo ser reduccionista, involucrando solo mi punta de vista, cuando está claro que las estadísticas dicen que las mujeres dentro de las carreras STEM se sienten así”.

“Las mujeres nos vemos con menos oportunidades. El verdadero salto se encuentra antes, en el colegio, donde sí que existe una cierta condición de discriminación por parte de los compañeros, y más tarde en el trabajo, que es lo que me indigna más, pues conozco casos de compañeros que han salido de la Escuela y ahora emplean a 100 personas en su empresa de ingeniería y no hay ni una persona mujer salvo en administración y esto es muy preocupante.”

Claudia Laorga, junto a un compañero, durante una actividad comunitaria.

¿A qué se debe esto? “Está claro que tiene que ver con esta cuestión social, este trasfondo machista en el que se está trabajando. Cada día mejora a través de la concienciación, de los hechos que demuestran que somos perfectamente capaces de desempeñar cualquiera de las habilidades que adquirimos en la carrera. Pero todavía existe mucho machismo estructural transmitido de abuelos a padres y a hijos, y también de abuelas a madres a hijas, y cruzado, donde se trata aquel paradigma de que ‘la mujer lo lía todo, y confunde a los hombres’, que es el que más he visto dentro del trabajo”.

Para Claudia, más precisamente, “es una cuestión de machismo estructural en las personas más mayores y falta de transmisión de los conocimientos y de referentes en las personas más pequeñas” y eso se puede suplir yendo a los colegios para ejercer acciones de divulgación, explicando cómo es la ciencia, por qué es relevante también para las mujeres…”

Las chicas estudian carreras STEM porque Medicina, Farmacia, Enfermería u Odontología son especialidades relacionadas con la ciencia, esto es, con la S de STEM. En ellas hay una presencia mayoritaria de mujeres, subraya la estudiante universitaria. “Pero si se enfoca en el ámbito de la Ingeniería o de las carreras tecnológicas, está claro que no hay un reclamo correcto por parte de las universidades hacia este grupo que somos las mujeres. Siento que no es lo suficientemente atractivo para las mujeres”.

Algunas ingenierías, asegura Claudia, “siguen siendo un enigma” y “muchos nos movemos por referencias”. Sin referentes familiares que sean mujeres e ingenieras y sin la suficiente información y explicación, la elección del buen camino se complica e incluso se descarta. Claudia se movió por un sueño, pero no tenía ese referente concreto.

“En el colegio no te explican las mujeres científicas y es un absoluto desconocido. También debe aclararse qué es una ingeniería”, concluye, citando, por ejemplo, los grandes logros de la ingeniería, hacia dónde puede llegar, es decir, hacerla más atractiva para que suponga un horizonte claro lleno de oportunidades. “Falta esa parte del reclamo”.

Los referentes femeninos de Claudia han crecido en la Universidad y ahora están centrados más en profesoras que en científicas, aunque cita a la bioquímica Margarita Salas como un ejemplo muy claro.           

“Valoramos la diversidad y reconocemos el papel crucial que la mujer debe desempeñar en la industria de la construcción”, declara Marisa Supervía, directora de Recursos Humanos de Consolis Tecnyconta, empresa referente del prefabricado y de la construcción industrializada en España.

En los últimos 5 años, la compañía ha llevado a cabo diferentes acciones que les han permitido incrementar el número de mujeres en más de un 50%. “Entre otras, destacamos la organización de talleres formativos in company, específicos para puestos de soldadura y armado de ferralla, con los que hemos incorporado mujeres en roles especializados”.

También colaboran con asociaciones de mujeres para la integración en el mercado laboral de víctimas de violencia de género o desempleadas de larga duración con especiales dificultades para reincorporarse al trabajo. “Igualmente, promovemos que las mujeres ocupen posiciones de más responsabilidad en todas las áreas de la compañía, desde ingeniería y diseño hasta la gestión de proyectos y puestos de coordinación de equipos de producción. Cada vez son más las mujeres que ocupan posiciones de liderazgo o realizan tareas hasta ahora totalmente masculinizadas, como, por ejemplo, el manejo de maquinaria pesada, equipamientos de elevación, puentes grúa, encofrado…”, comenta a este diario digital.

“Creemos firmemente que la diversidad de género no solo enriquece la cultura laboral, sino que también impulsa la innovación y contribuye a nuestro éxito empresarial. Ofrecer oportunidades a las mujeres amplía nuestras posibilidades de reclutar personas trabajadoras, crear riqueza y fortalecer el vínculo con la sociedad que nos rodea”, remarca Marisa Supervía.

La presencia de la mujer “genera un ambiente más plural”, sostiene Claudia, la estudiante de Industriales de la Politécnica de Madrid. “Al final, los ambientes más diversos implican puntos de vista distintos” que terminan “en lugares y técnicas más completas”, lo que supone un mayor crecimiento. “Los ambientes más plurales dan soluciones mucho más creativas, innovadoras y a la larga viables”. La mujer aporta diversidad, cree la joven.

Lo mismo piensa Laura del Campo, alumna de 1º del Grado Superior en Programación de la Producción en Fabricación Mecánica en el Colegio Salesianos-Atocha. “La inclusión activa de las mujeres en el ámbito industrial no solo promueve la equidad de género, sino que también enriquece la diversidad de perspectivas, fomenta la innovación y contribuye al desarrollo económico y social”.

“En primer lugar -añade Laura-, la participación de las mujeres en roles industriales desafía los estereotipos de género arraigados y promueve un cambio cultural significativo. Al ocupar puestos tradicionalmente dominados por hombres, las mujeres establecen nuevos estándares y demuestran que el género no debe ser una barrera para el éxito profesional”.

Además, sigue explicando la estudiante de Formación Profesional, “la presencia de mujeres en la industria aporta una variedad de perspectivas y experiencias que enriquecen la toma de decisiones y la resolución de problemas. La diversidad de enfoques conduce a soluciones más creativas e innovadoras, lo que beneficia a toda la sociedad al abordar desafíos complejos de manera más efectiva”.

La igualdad de oportunidades en la industria también tiene un impacto positivo en el desarrollo económico y social, considera. “Al proporcionar a las mujeres acceso a empleos bien remunerados y roles de liderazgo, se promueve la autonomía económica y se reduce la brecha de género en términos de ingresos. Esto no solo beneficia a las mujeres y a sus familias, sino que también fortalece la economía en su conjunto al aprovechar todo el potencial de la fuerza laboral”.

“Además, las mujeres que ocupan roles destacados en la industria sirven como modelos a seguir para las generaciones más jóvenes, inspirándose a perseguir carreras en campos como la industria en general”, puntualiza.

“En último lugar, hemos de decir que las mujeres como María Curié, que han dado el paso de incluirse en trabajos que la sociedad tiene establecidos como ‘de hombres’ y han roto estereotipos marcados, nos han servido como ejemplo y como inspiración para dar el paso a hacer lo que nos gusta sin miedo”, considera Laura.

Marisa Supervía, de Consolis Tecnyconta, visualiza “un futuro prometedor”. “A medida que la conciencia sobre la importancia de la diversidad de género crece, se están derribando barreras y se están creando más oportunidades para las mujeres. En nuestro sector, veo un aumento constante de la presencia femenina en roles técnicos y de liderazgo, y confío en que esta tendencia continúe y sea transversal, alcanzando a todas las divisiones profesionales. Estoy convencida de que la inclusión de la mujer en la toma de decisiones no solo beneficia a las empresas, sino que contribuye a la creación de entornos de trabajo más equitativos y colaborativos”, declara.

¿Qué se puede hacer para mejorar y consolidar la presencia de la mujer en los sectores productivos?

“Hay que superar un desafío importante como es el desconocimiento entre las mujeres del sector de la construcción, tradicionalmente muy masculinizado, al que se suma la falta de referentes femeninos visibles”, opina la directora de RRHH.

“Por esto, la mayor incorporación de mujeres, además del apoyo de las empresas, requiere de esfuerzos en etapas previas, como en el ámbito educativo y en la orientación laboral, siendo imprescindible la colaboración de las administraciones e instituciones públicas y las fundaciones laborales del sector, en su papel de divulgadores y facilitadores que hagan posible esta incorporación”, apostilla.

Una operaria trabaja con una amoladora angular.
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