Ante la previsible reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales, ¿cuál será su impacto en la competitividad y eficiencia de las empresas?
La reducción de la jornada laboral representa un grave problema para las empresas, especialmente para las pymes, micropymes y autónomos. Recuperar el tiempo de trabajo perdido es mucho más complejo para estas pequeñas estructuras que para las grandes corporaciones. Cabe recordar que el 99% del tejido industrial y empresarial en España está compuesto por este tipo de negocios, lo que supone una pérdida de competitividad que podría traducirse en un aumento del IPC y en una mayor carga de trabajo para los pequeños empresarios y comerciantes. Además, la dificultad para sustituir trabajadores debido a la escasez de talento agrava la situación, generando costes adicionales y reduciendo la competitividad tanto en el mercado nacional como en el internacional. En el ámbito interno, esto se traducirá en un incremento de los costes y, por consiguiente, en una subida de los precios. En el exterior, la pérdida de competitividad afectará negativamente a las exportaciones.
¿Cómo ha evolucionado el absentismo laboral en el sector metalúrgico en España?
Actualmente, el absentismo laboral es uno de los principales problemas en el sector, alcanzando niveles cercanos a los dos dígitos. Además, la duración de las bajas se ha incrementado notablemente. Desde 2016 hasta hoy, el absentismo se ha duplicado, lo que supone un coste adicional significativo para las empresas. Para mitigar este problema, sería fundamental que las mutuas patronales pudieran intervenir en bajas traumatológicas, ya que se ha demostrado que los periodos de baja tramitados por la Seguridad Social son el doble de largos que aquellos gestionados por una mutua.
¿Qué estrategias están implementando las empresas del sector para reducir el absentismo laboral y mejorar la productividad?
Actualmente, la falta de diálogo con la Administración dificulta la aplicación de estrategias efectivas. Nos encontramos ante una situación de imposición de decretos ley que no favorecen la productividad. A pesar de que la seguridad, la formación y la prevención han mejorado en los últimos años, los costes siguen aumentando, afectando negativamente a la competitividad empresarial.
En cuanto a la sostenibilidad, ¿qué iniciativas está tomando el sector metalúrgico para reducir su huella de carbono?
La sostenibilidad es un pilar clave para el crecimiento dentro de la Unión Europea. España es uno de los países más avanzados en este ámbito, y desde AECIM estamos trabajando activamente para ayudar a las empresas industriales de la Comunidad de Madrid a desarrollar métodos y sistemas sostenibles. No obstante, la crisis energética es una preocupación creciente, especialmente con el cierre de la central de Almaraz, que abastece el 20% de la energía consumida en la Comunidad de Madrid. Esta situación podría afectar a la sostenibilidad y obligar a recurrir a fuentes energéticas alternativas o a reducir la producción.
¿Cuál es la estrategia de AECIM para atraer y retener talento cualificado en el sector metalúrgico de Madrid?
Vemos el futuro del empleo en el sector con optimismo. Estamos promoviendo activamente la realidad del empleo industrial en Madrid, colaborando con escuelas de formación, universidades y centros especializados para atraer nuevo talento. El sector metalúrgico ofrece empleo estable, con formación continua y de alta calidad, siendo menos vulnerable a las crisis económicas.
¿Qué papel desempeña la innovación en el sector metalúrgico de Madrid?
La innovación es un factor clave para la competitividad del sector. Apostamos por el diseño, la mejora de los métodos de producción y la búsqueda de eficiencia y calidad. La inteligencia artificial está adquiriendo un papel cada vez más relevante en el desarrollo de productos innovadores, permitiendo optimizar procesos y mejorar la productividad.
¿Cómo está adoptando el sector las tecnologías de la Industria 4.0, como la inteligencia artificial o el Internet de las Cosas (IoT)?
El sector metalúrgico es uno de los más rápidos en la adopción de nuevas tecnologías. La inteligencia artificial se está utilizando de forma creciente para mejorar la eficiencia y mitigar los efectos de la legislación laboral. Actualmente, más del 50% de las grandes empresas del sector emplean IA en sus procesos, mientras que en las pymes este porcentaje ronda el 38% y en las pequeñas empresas y autónomos, el 19%.
¿Qué medidas está tomando AECIM para combatir la morosidad en el sector?
AECIM preside el Observatorio de la Morosidad en España, a través de CEPYME, y colabora con la Unión Europea en el desarrollo del nuevo reglamento sobre morosidad, próximo a promulgarse. Llevamos 14 años trabajando en esta problemática, impulsando medidas para que la morosidad no se convierta en un obstáculo para el desarrollo de nuestras empresas.
