En las ventas del vehículo eléctrico “la complicación no es subir, sino seguir subiendo”, explica Colón. Entre las causas de que esta cifra no aumente sitúa los “defectos de oferta”, para la cual es fundamental una regulación que incentive y provoque el aumento de la demanda, defiende. En España, hay “cierta incertidumbre sobre la transición al vehículo eléctrico que hace que las personas duden si comprar uno nuevo”, por lo que optan por “coches de segunda mano”, lo que a su vez influye en la fabricación de coches como consecuencia de la ausencia de demanda y a su vez en la “contratación de personal”, en definitiva, en todo el sector del automóvil.
Ligado al vehículo eléctrico se encuentran los puntos de recarga habiendo en España un total de 25.000, informa Colón, los cuales siguiendo “los objetivos de la Unión Europea, en España hay que instalar 500.000 cargadores”, cifra que supone “multiplicar por 20 los que ya hay”, mientras que a nivel continental supone multiplicar por 11. Aunque los puntos de recarga no sean suficientes, establece que la red “no será un problema” puesto que afirma que “el 50% de los coches se podrán poner a cargar a la vez” una dificultad a la que, si tienen que hacer frente países como Alemania, asegura. En cuanto a la tecnología de los vehículos eléctricos, María Blecua, investigadora y responsable de Laboratorio de Fundación Circe, establecía que “no es una tecnología madura” puesto que “la autonomía sigue siendo una barrera”, ya que en referencia a los citados puntos de recarga “hay una alta tasa de puntos que no funcionan”.
Entender el contexto y la sociedad de cada país es fundamental para saber qué otros factores influyen en la movilidad. En España, Colón asegura que muchas personas viven en pisos y los coches “duermen en la calle” lo cual influye en la movilidad puesto que los coches eléctricos “se cargan por la noche”, idea en la que coincide con Blecua. Los puntos de recarga lo relacionan con el rendimiento de los vehículos la cual, según Enrique Alcalá, subdirector de Formación y director de la División de Sistemas, “no cubre las necesidades del usuario”, especialmente de “gente que viaja largas distancias”.
El precio de los vehículos es otro de los aspectos que tiene relación con la demanda, para lo que Colón establece como necesario “diseñar incentivos para que la diferencia de precios se reduzca y sea accesible a rentas medias y bajas no solo a altas”, ya que “a día de hoy la movilidad eléctrica es para cierta clase”.
El fin principal del uso del vehículo eléctrico es la “reducción de las emisiones”, las cuales en 2022 fueron de 348,8 toneladas de CO2 en transporte. Por tanto, que “debemos pensar cómo queremos que sea el futuro en base a cómo estamos ahora”, haciendo especial hincapié en “no pensar tanto en el medio y más en el fin”, lo cual se consigue a través de “políticas públicas, incentivos, industria” combinando una tecnología donde el vehículo eléctrico, el de hidrógeno o sintético se combinarán para que la reducción de las emisiones se cumpla a la vez que “hay una movilidad sostenible y accesible para todos”.
Producción de baterías
Sin embargo, la sostenibilidad no está únicamente en la conducción también en las baterías y en su producción, establece Blecua, donde debemos “desarrollar un mercado del reciclaje” para lo que es necesario una “energía fósil, la cual no tenemos aquí” por lo que propone desarrollar baterías aquí, en España, “creando nuestro propio sistema interno”. En este sentido, concluía José María López, comisionado para el PERTE del vehículo eléctrico conectado, quien establecía como “el mayor de los problemas” es el paso de “la petro-dependencia a la litro- dependencia”, para lo que “debemos ir pensando soluciones”.
En cuanto a las baterías actuales, “son de tecnología de litio, magnesio y cobalto”, algunos de estos “materiales escasos” por lo que el reciclaje es una de las soluciones.
De cara a “la movilidad del futuro”, se debe trabajar para que en “2035 los vehículos serán lo suficiente atractivos para cubrir las necesidades de movilidad del usuario”. España está preparada para “liderar la movilidad del futuro que será sostenible” además de “segura”. En nuestro país “el vehículo eléctrico es ya una realidad”.
