Este observatorio está elaborado por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación CEMA) en colaboración con el Institut Cerdà y refleja el compromiso del sector con la transparencia en el ámbito de la economía circular.
Solo en 2021, el sector cementero recuperó material y energéticamente casi 3,6 millones de toneladas de residuos, procedentes de 88 sectores económicos de actividad, evitando llevar a vertedero un volumen de residuos que llenaría más de 760 piscinas olímpicas.
Estos números cobran especial valor en el contexto actual, cuando el informe de alerta temprana de la Comisión Europea ha identificado a nuestro país –que cada año envía vertedero el 52% de sus residuos urbanos- como uno de los 13 Estados miembros en riesgo de incumplir los objetivos máximos de depósito en vertedero para 2035. El objetivo para ese año es que solo se depositen un 10% de residuos urbanos en vertedero.
De hecho, la diferencia entre España y la Unión Europea en la evolución del porcentaje de residuos municipales enviados al vertedero apenas se ha movido entre 2011 y 2021, cuando lo ideal sería que se hubiera acortado. Tampoco ayuda que la tasa de vertido en España sea de las más baratas de Europa: 30 euros por tonelada, frente a los 46 euros de Polonia, los 79 de Dinamarca o los 100 de Bélgica. Sólo Italia está por debajo, con 25 euros.
“Los datos no acompañan al discurso de la economía circular. Hemos avanzado poco en 20 siglos desde los vertederos romanos” de ánforas, admitió Dimas Vallina, director gerente de la Fundación CEMA, en la XIII actualización de los datos del Observatorio.
En esa línea, el sector cementero, que ya es uno de los principales recicladores de nuestro país, se configura como una alternativa sostenible para muchos de esos residuos, por las especiales características del proceso productivo de fabricación de cemento, que permite de forma simultánea la valorización energética y material de muchos residuos. Este doble aprovechamiento, que permite la recuperación de minerales y de energía, se denomina “coprocesado”, y está contemplando dentro de la Directiva 2018/851 sobre los residuos.
En lo que se refiere estrictamente a las cifras de valorización material, en 2021 la industria cementera ha consumido 2,5 millones de toneladas de residuos minerales, que ya suponen el 8% del consumo total de las materias primas del sector. Las materias primas alternativas empleadas en mayor cantidad son las cenizas volantes y las escorias para molienda de cemento.
Si observamos el período total que comprende el Observatorio, entre 2004 y 2021 el consumo de materias primas alternativas en España ha sido de 51,2 millones de toneladas. “Este volumen tan alto equivale a la explotación de recursos naturales durante más de 42 años de operación en una cantera tipo, lo que nos posiciona como uno de los mayores recicladores de residuos minerales de nuestro país”, explicó Vallina. Las comunidades autónomas con consumos más elevados en los últimos tres años han sido Asturias, Andalucía y Cataluña.
En 2021, se han consumido 1.068.160 toneladas de combustibles derivados de residuos, lo que supone un incremento del 8% respecto al año anterior. La energía aportada por los combustibles alternativos supuso un 37,3% de la energía total consumida, una medida estratégica para asegurar la independencia energética de la industria. Aunque este porcentaje aumenta cada año, España aún está muy lejos de países como Alemania, Austria y Noruega, con una tasa de sustitución de combustibles fósiles por combustibles alternativos superior al 69%. De hecho, tan solo Italia y Grecia tienen porcentajes menores que nuestro país.