El estudio refleja un descenso del 2,3% en el consumo de energía primaria, que se situó en 2.248.202 toneladas equivalentes de petróleo (TEP), frente a las 2.300.796 TEP de 2023. En paralelo, la energía destinada a procesos de transformación cayó un 30,6%, mientras que la energía final aumentó un 5,4%, hasta alcanzar las 1.870.917 TEP.
Durante 2024 se registró un incremento del 5,2% en la capacidad instalada de energías renovables, con un crecimiento destacado de la energía solar, que aumentó su capacidad un 33,5% y su producción un 8,9%. En contraste, la producción eléctrica no renovable descendió un 35,4% respecto al año anterior.
La mejora del mix energético se trasladó también al consumo final, donde las energías renovables alcanzaron una cuota del 28,3%, reforzando su peso en el proceso de transición energética de la comunidad.
El balance destaca además el avance del autoconsumo fotovoltaico, que alcanzó los 218 MWp de potencia instalada en 2024. La capacidad de almacenamiento se situó en 23 MWh, con un crecimiento concentrado principalmente en los sectores industrial y residencial.
El consumo de energía final aumentó un 5,3% en el último año. El transporte y la industria continuaron siendo los sectores con mayor demanda energética, aunque se observa un avance progresivo del autoconsumo y de las medidas de eficiencia energética.
En términos económicos, el impacto del consumo y la producción de energía se situó en 2.785 millones de euros en 2024, lo que supone una estabilización tras el máximo histórico alcanzado en 2022 como consecuencia de la crisis energética.
Las exportaciones de energía descendieron un 31% respecto a 2023, hasta situarse en 147.681 TEP, en un contexto marcado por la reducción de la producción no renovable y un mayor aprovechamiento de la energía generada para el consumo interno.
El balance concluye que el avance de las energías renovables continúa siendo el principal motor de la transformación del sistema energético en Navarra, tanto en generación como en consumo, con una tendencia sostenida hacia un modelo más eficiente y con menor dependencia de fuentes fósiles.

