REPORTAJE

La sostenibilidad, clave de bóveda del futuro de la industria textil

El principal reto de la industria textil en la actualidad es la transición verde y digital del sector. Todos los actores consultados coinciden en ello. El sector está compuesto por 4.000 empresas, la gran mayoría de ellas pymes, que dan empleo a más de 45.000 trabajadores y generan una riqueza anual superior a los 5.000 millones de euros.

Esta transición “es un cambio disruptivo que no tiene vuelta atrás y que sin ella las empresas no tienen cabida en nuestra industria”, declaró a industry TALKS Marta Castells, secretaria general de TEXFOR, la Confederación de la Industria Textil.

Esta entidad, creada en 2010 y con sede en Sabadell, representa a toda la cadena de valor del textil, es decir, desde la obtención de las materias primas (hilos, telas) hasta la distribución y venta del producto al consumidor final.

“Esta transición -continuó diciendo Castells- se está gestando en una situación coyuntural compleja en la que los costes energéticos están por las nubes y la pérdida de competitividad de las empresas es un hecho.  La industria textil tiene la costumbre de transformar los retos en oportunidades y delante de esta gran transformación necesaria tiene la oportunidad una vez más de demostrar que es una industria estratégica”.

La heterogeneidad de la industria textil hace posible que sus productos puedan abastecer diferentes ámbitos, no sólo en el textil de moda sino también en el textil de hogar y los textiles técnicos que hacen una gran aportación de valor a la sociedad. Gracias a sus funcionalidades cubren necesidades fundamentales del sector sanitario, de protección, la arquitectura o la automoción, entre otros.

El principal reto en la industria textil “es convertirla en más sostenible y eficiente sin olvidar el producto”, opinó Carmen Silla, directora de Marketing de Jeanologia, una innovadora empresa textil asentada en la Comunidad Valenciana. “Debe haber una apuesta clara por la sostenibilidad, es decir, por la economía circular, el reciclaje, la reducción del consumo de agua, químicos, energía, huella de carbono, residuos… Y para ello, es necesario invertir en tecnología”, enfatizó. 

“La sostenibilidad por sí sola no puede alcanzarse sin tener en cuenta otros factores que constituyen también auténticos retos que debemos abordar como son la búsqueda de la calidad, de la que antes hablamos junto con la internacionalización, la digitalización, la competitividad y hacer crecer a nuestras pymes, entre otras cosas”, subrayó Carmen Torres, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Confección (FEDECON) y de la Confederación ModaEspaña.

FEDECON es una entidad fundada en 1977 que representa y defiende los intereses del empresariado del sector, potenciando también la imagen de la moda de España.

“Estamos inmersos en un proceso de transformación integral con el claro objetivo de la sostenibilidad. Durante la pandemia creamos el Observatorio del Textil y Moda, formado por la unión de las dos grandes patronales: la Confederación ModaEspaña y el Consejo Intertextil. Han sido muchos los avances que hemos hecho desde el Observatorio, uniendo todo el sector, desde las empresas más pequeñas hasta las grandes, y su fin último es servir de instrumento al servicio de las empresas para acompañarlas en el proceso de transformación hacia la sostenibilidad”, indicó Torres a este diario digital.

El Observatorio hace las veces de interlocutor entre la administración y las empresas que lo conforman, con el fin de obtener los recursos y los fondos necesarios para alcanzar la sostenibilidad, explicó.

“No es verdad que ser sostenible sea caro, es clave para reducir costes y obtener beneficios. Es una ventaja competitiva que permite alinear el beneficio, con las personas y el planeta”, subraya Silla, para quien la sostenibilidad, la automatización y la digitalización son las claves del futuro de la industria textil.

“Lo primero es implantarlo a nivel interno en la industria, cambiar el modelo operativo, para acabar creando experiencias reales con el consumidor final. Este nuevo modelo operativo nos llevará a nuevas formas de acercarnos al consumidor final, creando nuevas experiencias en tienda, online y metaverso, y co-creando con ellos”, declaró Silla.

Almacén de ropa usada y recogida para ser reciclada.

Con respecto a la sostenibilidad, la eficiencia y la economía circular, Marta Castells, secretaria general de TEXFOR remarcó que “la estrategia europea para el textil supone un nuevo modelo de producción que implica un importante reto para el sector”, pero también es “una oportunidad para que Europa se consolide en innovación, productividad, know how y nuevos modelos de negocios”.

“Consideramos positiva la Estrategia de la Unión Europea siempre que vaya acompañada de un plan sólido de apoyo a las empresas para la transición del actual modelo lineal al circular. El conjunto de medidas recogidas en el documento europeo representa un auténtico cambio de paradigma, un nuevo modelo de producción en toda la cadena de valor textil que supone un importante reto para el sector, sobre todo teniendo en cuenta que casi el 90% son pymes”, manifestó Castells al ser preguntada por industry TALKS.

La Estrategia de la UE para la circularidad y sostenibilidad de los productos textiles propone medidas para cambiar la forma en que los producimos y consumimos:

  • Nuevos requisitos de diseño para textiles que establecen mínimos obligatorios para la inclusión de fibras reciclables en textiles, haciéndolos más duraderos y fáciles de reparar y reciclar. Cabe destacar que esta medida prohíbe la destrucción de productos no vendidos bajo ciertas condiciones.
  • Información más clara sobre textiles y un Pasaporte Digital de Producto basado en requisitos obligatorios de información sobre la circularidad y otros aspectos medioambientales.
  • Controles sobre el lavado verde
  • Acción para abordar la liberación no intencional de microplásticos de los textiles. Las medidas también se centrarán en los procesos de fabricación, el prelavado en plantas de fabricación industrial, el etiquetado y la promoción de materiales innovadores.
  • Normas armonizadas de la UE sobre la responsabilidad ampliada del productor de textiles e incentivos económicos para hacer que los productos sean más sostenibles.
  • Apoyo a la investigación, la innovación y las inversiones
  • Hacer frente a la exportación de residuos textiles

A propósito de las previsiones para 2023, Torres, de FEDECON, se mostró cautelosa. “Venimos de unos años en los que hemos vivido muchas dificultades que han hecho que el sector haya realizado un esfuerzo extraordinario con el que ha conseguido, no solo mantenerse, sino experimentar un pequeño crecimiento”, dijo.

“Ya experimentamos cierta recuperación el pasado año (ver infografías adjuntas), pese a la situación, y este 2023, que acabamos de estrenar, será decisivo en el ámbito del desarrollo de la industria. Uno de los factores clave, sin duda, es la internacionalización. Para ello, no podemos perder de vista objetivos tan importantes como es la calidad que nos distingue y hace que la moda española se conozca en todo el mundo”, declaró Torres.

“Debemos proteger, potenciar y estar orgullosos del concepto Made in Spain. La imagen que proyectamos fuera de nuestras fronteras es el mejor argumento de venta y el mayor potencial para la internacionalización. Este concepto solo puede sostenerse elaborando productos de gran calidad y diseño, dos cuestiones en las que España, claramente, destaca frente a otros mercados”, agregó.

Silla coincidió con Torres en que el sector ha recuperado en 2022 parte de las ventas perdidas por el impacto de la pandemia en la economía, “pero continúa por debajo de los niveles pre-COVID”.

A nivel tecnológico, la industria textil está haciendo grandes esfuerzos por transformar su modelo de producción para que sea más eficiente, sostenible, productivo y competitivo, indicó. “Aunque todavía queda camino por recorrer”. En particular, la directora de Marketing de Jeanologia piensa que el sector “es todavía, en muchos aspectos, muy tradicional y debe apostar más por la innovación y por la inversión en tecnología”.

El sector, en palabras de Carmen Silla, debe apostar más por la hiperautomatización de sus procesos para ser más eficientes a través de la tecnología y también por la formación. “Es necesaria la creación de una nueva generación de artesanos tecnológicos que lleven a cabo esta transformación”.

La sostenibilidad se erige un desafío mayúsculo pues, no en vano, la industria textil es la segunda más contaminante del mundo y una fuerte generadora de residuos. En Cataluña, por ejemplo, región tradicionalmente textil desde el siglo XIX, cada ciudadano consume al año entre 21,5 y 26 kilos de ropa, pero solo se recicla selectivamente el 12%. Eso provoca que anualmente 140.000 toneladas de material vayan a parar a los vertederos donde se incineran, lo que tiene un fuerte impacto medioambiental.

Para reducir estos enormes volúmenes, 55 empresas y organizaciones suscribieron en mayo de 2022 el llamado Pacto por la Moda Circular. Entre los firmantes del acuerdo figuraban empresas productoras como Mango, Pronovias o Míriam Ponsa, PIMEC, la patronal más representativa de las micro, pequeñas y medianas empresas y autónomos de Cataluña, o gestores sociales del textil como Solidança, Roba Amiga y Humana.

“El Pacto de la Moda Circular es una iniciativa que se está llevando a cabo junto con la Generalitat de Catalunya y otras organizaciones para generar instrumentos que faciliten la incorporación de medidas de circularidad, así como potenciar los proyectos colaborativos entre sectores y mejorar la competitividad. Es, sin duda, una buena iniciativa ya que todo proyecto que persiga la sostenibilidad y ayude al sector en este proceso, es bienvenida”, declara Carmen Torres.

Los objetivos declarados del Pacto por la Moda Circular para este año 2023 se basan en tres pilares:

  1. Rebajar entre un 5% y un 10% la generación de residuos textiles
  2. Incrementar desde el 12% actual hasta el 30% la recogida selectiva del residuo textil.
  3. Incrementar el porcentaje de valorización del residuo textil recogido selectivamente. Específicamente llegar hasta el 55-60% de preparación del residuo textil para su reutilización y hasta el 40-50% de reciclaje del residuo textil.

El Pacto es una de las acciones piloto enmarcadas en el proyecto Interreg Europe CircE promovido por la Unión Europea con el objetivo de “fortalecer la difusión de la economía circular en Europa”. En términos más concretos, el Pacto se engloba entre las medidas necesarias adoptadas por el sector para asumir la doctrina de la economía circular, no solo porque esta es imprescindible para la salud del planeta sino también para poder tener los deberes hechos antes de que en 2025 la Unión Europea imponga su regulación al respecto.

A partir de esa fecha, se implantará la recogida selectiva de ropa, se exigirán piezas con un mínimo de tejido reciclado y que los productores asuman el proceso de reciclaje. Es un cambio de paradigma de grandes proporciones. 

La empresa Fontfilva, especializada en la fabricación de hilados de algodón con mezclas de fibras sintéticas en blanco y colores, almacena toneladas de materiales procedentes de la confección textil y de restos de ropa usada que fue depositada en los contenedores que existen en muchas poblaciones. También recibe poliéster que se logra a partir del reciclaje de botellas de plástico. Son variantes que compran y que tratan para convertirlas en hilo para confección. Producen 3.000 toneladas al año.

Los grandes confeccionistas y los distribuidores comienzan a adaptarse a los tiempos que vienen, pero todavía hay dudas encima de la mesa. Carlos Valeri, director comercial de Fontfilva, expone alguna de ellas: “Nuestros clientes quieren producto reciclado, pero también la misma calidad de un producto virgen y eso todavía no se puede conseguir con la materia postconsumer”. “Postconsumer” viene a ser el material procedente de los contenedores de ropa usada.

El hilo reciclado cada vez tiene mayor calidad y resistencia, dos aspectos que persiguen los reguladores europeos. Pero una ropa más duradera puede acabar siendo más cara. Carlos Valeri dice que “las piezas pueden ser más caras porque el proceso de triaje (selección) es más complicado. Hay que hacer un producto más duradero y así deberemos reciclar menos”. Su hermano Xevi, director de la fábrica, añade que “la calidad es muy buena, porque si pones los componentes correctos no tiene por qué perder calidad, resistencia ni elasticidad”.

Uno de los principales obstáculos que deben salvar las fábricas es la escasez de tejidos reciclados, dado que se recupera menos del 10% de la ropa consumida. “Necesitamos que la gente recicle mucho más, que recicle todo el textil que tiene en casa. Y si puede ser, clasificando por colores y por composiciones. Esto sería un paso adelante”, agrega Xevi Valeri.

“Necesitamos que la gente recicle mucho más, que recicle todo el textil que tiene en casa. Y si puede ser, clasificando por colores y por composiciones. Esto sería un paso adelante”, destaca el director de la fábrica Fontfilva.

La confección textil con fibra reciclada sigue ganando terreno poco a poco. En Intexteis, una empresa que trabaja para grandes marcas de moda, el tejido reciclado se acerca al 50% del total de su producción. “Las marcas incorporan estos materiales reciclados en sus colecciones y lo hacen en función del marketing y la comunicación. Les interesa incorporar el concepto de sostenibilidad como valor añadido de sus productos”, admitió Yousra El Bahri, jefe de Sostenibilidad de Intexteis.

En el taller de la compañía se realizan muestras de tejido que después se envían a las grandes marcas. Estas las aprueban o modifican y hacen los pedidos con un diseño bien definido. Unos pedidos que, en el caso de confeccionarse con hilo reciclado, pueden tener incrementos de coste, porque el proceso de triaje y reciclaje textil suele ser más caro.

Según Sergi Moreno, jefe de Calidad de Tejido de Intexteis, la sostenibilidad no es barata. “No podemos absorber los mismos precios que antes, cuando se trabajaba con una fibra convencional. Y eso cuesta que lo entiendan nuestros clientes”.

En cualquier caso, al final de la cadena de valor hay un consumidor cada vez más exigente con el concepto de sostenibilidad. Quiere saber de dónde viene el tejido, quién lo ha fabricado y en qué condiciones: “Cada vez hay más compradores que necesitan transparencia y trazabilidad del producto. Y la demanda aumenta en función del consumidor y sobre todo del consumidor joven”, puntualiza El Bahri, entrevistado por la televisión autónoma catalana.

El Pacto por la Moda Circular, de carácter voluntario, echó a andar en mayo pasado y ya cuenta con 75 firmantes.
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