Según refleja la encuesta, más del 60% de los casi 1.400 millones de euros destinados a I+D en 2022 se dedicaron a ensayos clínicos (un 5,6% más que el año anterior), donde España juega un destacado papel internacional, además de otros 175 millones de euros para investigación básica, lo que supone aumentar un 11% la dotación de recursos destinada a esta área respecto al ejercicio anterior.
Asimismo, esta inversión en investigación clínica llevada a cabo por la industria farmacéutica ha aumentado a un ritmo medio anual acumulativo del 5,7% en los últimos 10 años, pasando de 479 millones de euros en 2012 a los 834 millones de euros en 2022.
Además, del total de inversión en ensayos clínicos, un 36,4% se destinó a las fases tempranas (fases I y II), las más complicadas desde el punto de vista científico, que ya suponen más de la mitad de los ensayos clínicos (el 58%) en marcha actualmente en nuestro país.
Del mismo modo, según los datos de la encuesta, en 2022 cerca de la mitad de la inversión total en I+D de la industria farmacéutica (633 millones de euros) se destinó a proyectos de investigación con hospitales, universidades y centros públicos y privados, lo que supone una contribución clave para estos centros y uno de los mayores ejemplos de colaboración público-privada en este ámbito en nuestro país.
Según la encuesta, todas las comunidades autónomas captaron inversiones en I+D por parte de la industria farmacéutica innovadora, aunque la Comunidad de Madrid (30,4%) y Cataluña (26,7%) acaparan más de la mitad de la inversión total en España.
En cuanto a los datos de la encuesta de Farmaindustria muestran que cerca de una tercera parte del total de la inversión en I+D en 2022 fue en el campo de la biotecnología. En concreto, el 33% de las compañías farmacéuticas innovadoras utilizan la biotecnología o alguna herramienta de origen biotecnológico en la fase preclínica y el 57% en la fase clínica, mientras que el 90% de los laboratorios que utilizan la biotecnología en la fase clínica desarrollan total o parcialmente estas actividades en España.
Igualmente, dicha encuesta pone de manifiesto también la importancia estratégica que el sector farmacéutico innovador representa para el mercado español en términos no sólo de productividad y estímulo de la I+D, sino también de empleo de calidad, un aspecto clave para garantizar el desarrollo de nuevos fármacos y asegurar la competitividad de las compañías farmacéuticas en nuestro país.
Finalmente, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 67% del total de empleados en I+D son mujeres (3.600), lo que hace que en la actualidad una de cada cuatro investigadoras del sector industrial español proceda de las compañías farmacéuticas.