Analizar la capacidad de la industria española para hacer frente al aumento de la inversión en el sector ha sido el eje en torno al cual ha girado la mesa redonda Estrategias para asegurar la cadena de suministro ante el auge de la defensa, celebrada hoy en el marco de la feria industry Live.
Para hablar del tema han estado Pedro Calero, director de Soluciones Industriales de Aicox; Patricia Portela, directora de Operaciones de Thales España; Juan Humanes, director de Producción de EM&E Group y Alfredo Sanz, director de Soporte y Seguridad Global del Grupo Oesía.
Y en lo que todos han coincidido en que en España hay capacidad industrial y talento suficiente para hacer frente a estos nuevos retos, pero quizás sí que echan de menos que el cliente principal, en este caso fundamentalmente el Ministerio de Defensa, tenga claro qué quiere y en qué debe poner el foco la industria.
“Nuestra cadena de suministro está lo suficientemente engrasada, pero la demanda tiene que estar más centrada y focalizarse para que las compañías podamos cumplir con los compromisos. La tecnología existe, la capacidad está, pero hay que reforzar equipos en función de dónde pongamos ese foco”, ha dicho Portela.
Otro de los problemas en el que han coincidido todos los ponentes es en la generación de talento, algo que pasa ineludiblemente por la formación, tanto en cantidad como en la adecuación de dicho talento a las necesidades del sector.
La directora de Operaciones de Thales España, en este sentido, insiste en que además de generar talento, hay que retener el que hay. “Hemos perdido mucha capacidad de talento industrial, tanto en la enseñanza media como en la superior. Retener el talento es clave porque es un sector basado en la experiencia y esas personas deben luego transmitir su conocimiento a los que vienen por detrás. Para ello, hay que planificar cómo se van a jubilar todas esas personas y conseguir que la gente joven decida trabajar en empresas como las nuestras, lograr que vean el mundo industrial como una posibilidad de aportar al mundo”.
Cuestión aparte es recuperar el tiempo perdido en los últimos años, en los que España se ha desindustrializado y se vendieron empresas claves para la defensa y la seguridad.
“Hace 40 años nos pusimos a destruir la industria en España y lo hemos logrado. Cedimos capacidades estratégicas de defensa a socios de fuera de nuestras fronteras que se quedaron con la propiedad intelectual de los productos y revertir eso no se hace de un día para otro”, explica el director de Producción de EM&E Group.
En este tema ha coincidido Alfredo Sanz, que ha hecho hincapié en la dificultad de relocalizar toda esa capacidad industrial que durante décadas se ha perdido, “porque decidimos que era mejor comprarlo todo en China o en otros países. En cualquier caso, estamos a tiempo, aunque hay que entender que ha habido un cambio de paradigma, porque ahora la defensa no es solo industrial y ya no vale con trabajar en un desarrollo sino en líneas tecnológicas que te permiten avanzar”.
Respecto de esta dependencia del exterior que tanto España como el resto de Europa han venido teniendo fundamentalmente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Pedro Calero, de Aicox, ha explicado que esto ocurre “porque no se ha planteado que la cadena de producción sea nacional, debido sobre todo a una falta de estrategia. La industria está preparada, pero tiene que estar clara esa estrategia y ser más global y ese es el punto más difícil de abordar ahora mismo”.
También ha insistido en la necesidad de que esos planes sean a largo plazo porque, “de ese modo, seremos capaces de afianzar y sostener las cadenas de suministro. Es difícil trabajar cuando los acuerdos marcos que se firman o los programas plurianuales no aseguran una producción continuada. La clave es el flujo de los pedidos”.
En cualquier caso, las empresas sí coinciden en su optimismo de cara al futuro, sobre todo porque “hay industria y hay dinero”. Y es que no hay que olvidar que el sector está en pleno auge y a los planes de defensa de cada país se unen los programas europeos, que inyectarán cientos de miles de millones de euros para sacar adelante proyectos plurinacionales que sirvan para lograr la soberanía estratégica y la no dependencia de terceros, como Estados Unidos.
La dificultad será ser capaces de que las administraciones sean capaces de definir esos programas y darles salida en el plazo más corto posible.
“No me gustaría ser el responsable de la Dirección General de Armamento y Materiales (DGAM) del Ministerio de Defensa, que ahora tiene que clarificar cómo gastar los 10.471 millones del Plan Industrial y Tecnológico de Seguridad y Defensa que aprobó el Gobierno en abril y que hay que gastar antes de que acabe el año”, ha dicho el director de Soporte y Seguridad Global del Grupo Oesía.
