“Estamos en una época de rearme. Europa está dispuesta a impulsar masivamente su gasto en defensa”, ha recordado Pedro J. Carrillo, CEO de Grupo Metalia, moderador del encuentro, citando a Ursula von der Leyen. Los ponentes han coincidido en que este nuevo escenario internacional exigirá a España acelerar capacidades, reforzar la soberanía tecnológica y aprovechar una oportunidad histórica para reposicionarse en la industria de defensa europea.
La discusión ha girado alrededor de los Programas Especiales de Modernización (PEM), que todos los participantes han considerado la mayor palanca de transformación del sector en décadas. Daniel de Lorenzo, director comercial de Defensa y Seguridad en España para Indra, ha afirmado que estos programas “han sido absolutamente transformacionales para la industria”, porque han permitido recuperar una capacidad productiva que “España había perdido por falta de inversión sostenida”. De Lorenzo ha destacado que la obligación de que el 80% de la actividad se desarrolle en territorio nacional “ha generado sistemas soberanos y un efecto tractor real en la cadena de valor”, y ha asegurado que Indra “ha estimado la creación de más de 3.000 empleos directos” gracias a estos planes.
La idea de que los PEM han marcado un punto de inflexión también ha sido compartida por Lockheed Martin. Su director de estrategia para España y Portugal, Tehmur Khan, ha subrayado que “el aumento del presupuesto de defensa ha sido una buena noticia para que las empresas españolas e internacionales puedan desarrollar capacidades que antes eran inviables”. Khan ha destacado que la aceleración de las inversiones es crucial en un contexto de “conflictos abiertos en muchas partes del mundo” y en el que es imprescindible “desarrollar soluciones que respondan a necesidades inmediatas”.
En una línea similar, Cristina Abad, directora de Estrategia y Sostenibilidad de Navantia, ha insistido en que la modernización no es solo una renovación de plataformas, sino “una palanca estratégica para transformar toda la industria”. Abad ha defendido que España parte de “una posición muy sólida” para competir con países como Alemania o Italia, pero ha advertido de que es imprescindible “incorporar tecnologías disruptivas y elevar el nivel tecnológico de toda la cadena de suministro”. “Los PEM no son solo modernización, son la base para que España pueda ser un actor relevante en defensa, innovación y autonomía estratégica”, ha apuntado.
La mesa también ha señalado el reto de fondo que supone la pérdida de peso industrial en Europa. Justo Sierra, consejero delegado y presidente de Urovesa, ha recordado que “hemos pasado del 28% al 16% del PIB industrial en las últimas décadas”, y ha afirmado que los PEM representan “una oportunidad única para revertir esa tendencia”. Sierra ha subrayado que el impacto debe trasladarse a todo el tejido productivo: “La inversión pública tiene que permear a toda la sociedad industrial. Si somos capaces de reforzar la cadena de suministro y elevar capacidades, tendremos un sector mucho más fuerte”.
Los ponentes han coincidido también en que España cuenta con fortalezas competitivas en sectores clave. Sierra ha apuntado que el país puede destacar especialmente en el ámbito aeroespacial y marítimo, donde empresas como Navantia “son referencias europeas y mundiales”. Abad ha ilustrado este punto recordando que “el sistema de combate del submarino S-80, el proyecto tecnológico más complejo afrontado en España, se desarrolla íntegramente en San Fernando con una amplia red de pymes de la región”. Esa integración tecnológica, ha dicho, “demuestra que la soberanía es posible si se articula adecuadamente el ecosistema”.
El debate ha profundizado también en los nuevos dominios estratégicos del sector. De Lorenzo ha advertido de que España debe posicionarse en ámbitos como la soberanía del dato, la ciberdefensa, la inteligencia artificial aplicada a operaciones críticas y, de manera especial, el espacio. “Es un dominio del que se habla poco, pero es absolutamente clave. Necesitamos vigilancia espacial, observación de la Tierra y posicionamiento satelital soberano”, ha señalado, destacando el paso de Indra con la integración de Deimos, Hispasat e Isdefe para cubrir toda la cadena de valor espacial.
Lockheed Martin ha recalcado la importancia de combinar tecnologías maduras con nuevas capacidades emergentes. “La industria no está igual de madura en áreas como la cuántica, la fotónica o la IA, pero ahí es donde se decidirá la competitividad del futuro”, ha asegurado Khan, recordando que la compañía ha invertido más de 400 millones en startups tecnológicas a través de su programa de venture capital.
Una de las conclusiones más repetidas ha sido la necesidad de reforzar el talento. Abad ha alertado de que “el mayor reto puede ser disponer de suficiente personal cualificado para el volumen de programas que vienen”. Ha puesto como ejemplo que la base naval de Rota “es la única instalación fuera de Estados Unidos certificada para soldar titanio según normativa US Navy”, algo que demuestra que “la capacidad existe, pero necesita formación continua y acompañamiento”.
La mesa ha terminado con un mensaje común: para aprovechar este momento histórico, será imprescindible que las grandes tractoras integren a pymes, startups, centros tecnológicos y universidades. “La defensa es ya un sector de altísimo valor añadido, y es responsabilidad de todos hacer que la oportunidad llegue a todo el ecosistema”, ha concluido Sierra. De Lorenzo ha coincidido en que “esta disrupción tecnológica es probablemente la mayor oportunidad para incorporar actores no tradicionales y vertebrar el país industrialmente”.
El encuentro ha evidenciado que la nueva etapa de rearme en Europa no solo redefine la seguridad, sino también el futuro de la industria, el talento y la autonomía tecnológica. Los ponentes han dejado claro que España se encuentra ante una ventana de oportunidad excepcional, pero que su éxito dependerá de la rapidez, la coordinación y la ambición con la que responda.
