Las empresas agrícolas están apostando por las soluciones digitales para ser más rentables y eficientes catapultando, así, sus explotaciones hacia una nueva era. Y para ello se apoyan en centros tecnológicos especializados en el área agroalimentaria como Citoliva o Tecnova.
El Centro Tecnológico del Olivar y el Aceite de Oliva, Citoliva, ha presentado recientemente en Málaga el “Olivar Andaluz 4.0”, un concepto que nace para revolucionar la agricultura de precisión en el sector oleícola, aplicando las más recientes tecnologías a un área agroalimentaria de primer orden.
Citoliva nació en 2002 como fundación sin ánimo de lucro. Lo integran 9 patronos y 4 entidades colaboradoras, entre los que se encuentran empresas del sector oleícola e industria auxiliar, universidades, entidades públicas y privadas.
La idea de Citoliva combina tecnología de vanguardia y las mejores prácticas agronómicas y destaca por su enfoque en la digitalización y la sostenibilidad. La digitalización permite monitorizar en todo momento y condición el estado del olivar. A través de la recepción de datos en tiempo real, los agricultores pueden optimizar la toma de decisiones clave sobre riego, control de plagas y calidad del aceite, reduciendo costes y maximizando el valor del producto final en el mercado global. La sostenibilidad viene dada por el ahorro de recursos naturales tan escasos como el agua o la aplicación muy limitada de pesticidas. El binomio de digitalización y sostenibilidad ahonda en la competitividad.
El Olivar 4.0 está equipado con sensores avanzados que miden variables como la temperatura del ambiente, la humedad del suelo y el flujo de savia de los árboles. Los datos recogidos se visualizan en tiempo real en pantallas interactivas, que facilitan las medidas de corrección necesarias.
Según declara a induystry TALKS Amador Redondo, ingeniero agrónomo y técnico de I+D+i en Citoliva, el sistema es aplicable al olivar tradicional que se encuentra en las zonas más marginales de Andalucía, pero especialmente a los sistemas intensivo (mayor número de árboles por hectárea) y superintensivo, implantado desde los años 2000, que se constituye por olivos que forman un seto, y existen variedades de oliva que se adaptan mejor a esta modalidad. Y existe el superintensivo en regadío y en secano, esta última donde escasea el agua.
España es el país con mayor superficie de olivar del mundo, alcanzando los 2,5 millones de hectáreas, de las cuales el 60% se concentra en la región de Andalucía, donde el clima proporciona condiciones ideales para el crecimiento del olivo. Por tanto, el cultivo de este árbol es un factor económico importante para España.
El análisis alcanza la temperatura en la copa del árbol o el cálculo de la capacidad fotosintética del olivar, un dato este fundamental que se traduce en una mayor producción y desarrollo de la planta, asegura Redondo a industry TALKS. La medición del flujo de la savia determina la transpiración de la planta y sirve para manejar con más precisión los procesos de riego.
Los olivares sensorizados se encuentran en cualquier comarca andaluza. Esta tecnología, explica Redondo, se ajusta también sin problemas al olivar tradicional. Y se puede ver en otras áreas oleícolas más allá de la comunidad andaluza.
El plan Olivar 4.0 se ha lanzado en marzo de este año, añade el experto de Citoliva. Las ventajas de este sistema incluyen “el ahorro de costes para el agricultor, que en cada momento sabe qué necesita su olivar y no trabaja por calendario, para aplicar, por ejemplo, los tratamientos fitosanitarios”. El proyecto, según desvela Redondo, todavía no cuenta con ningún tipo de ayuda o subvención por parte de la Junta de Andalucía. En la feria ha habido bastante feedback de la gente”, añade el ingeniero, al referirse a Expo Agritech, la Feria del Campo 4.0 que se ha celebrado del 4 al 6 de noviembre en FYCMA, el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga. “Le ha llamado a la gente bastante la atención y hemos hecho bastantes contactos”, declara.
Desde Citoliva desarrollan otros proyectos que promueven la digitalización y la sostenibilidad en el sector agro como el denominado SAMM_IRO. En colaboración con otras como Irdetec Consulting y Asesoría, Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, AePTIC y CENIT- ha puesto en marcha SAMM_IRO, un ambicioso proyecto iniciado en enero que promete transformar el sector oleícola andaluz mediante la implementación de soluciones avanzadas de monitorización inteligente en el cultivo.
“Se trata de montar una red de sensorización para desarrollar con esos datos un modelo de ayuda a la toma de decisiones para el agricultor”, destaca Redondo. Ya hay parcelas sensorizadas en Jaén y Córdoba y posiblemente se ampliarán a zonas de Sevilla y Huelva. “Estos sensores se pueden trasladar a cualquier cultivo”, apostilla el técnico.
Utilizando tecnologías como IoT, Big Data e Inteligencia Artificial, SAMM_IRO busca optimizar la gestión del riego y la protección fitosanitaria en el cultivo del olivo, con el objetivo de aumentar la eficiencia y sostenibilidad del sector.
En este sentido, SAMM_IRO ofrece sus soluciones bajo modelos de uso como Platform-as-a-Service y Network-as-a-Service, lo que permitirá a los agricultores compartir costes y acceder a herramientas tecnológicas avanzadas sin necesidad de grandes inversiones, ni tener conocimientos especializados.
Además, no sólo busca mejorar la eficiencia en la gestión del olivar, sino que aspira a crear una solución adaptable y escalable, aplicable a otros cultivos y regiones agrícolas, según informa la propia Citoliva.
SAMM_IRO cuenta con el respaldo del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y está subvencionado por la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural.
El centro tecnológico ha desarrollado o desarrolla hasta casi medio centenar de proyectos agroindustriales categorizados en tres ámbitos: alimentación y salud; calidad y sostenibilidad; competitividad empresarial.
Uno de ellos se llama PREDIC-I, un sistema para la predicción temprana de la cosecha del olivar que se aplica en el primer trimestre del año natural. En el proyecto, de cuatro años de duración, ya concluido, además de Citoliva, han participado la Universidad de Jaén, el Centro Tecnológico Metalmecánico y del Transporte (CETEMET), Cooperativas Agro-alimentarias de Jaén y la empresa agro Nutesca.
Esta solución algorítmica intenta paliar uno de los problemas más desafiantes en la agricultura de precisión que no es otro que la predicción del rendimiento de los cultivos.
Otro buen ejemplo de innovación agrícola apunta al centro tecnológico Tecnova, afincado en la provincia de Almería. Tecnova ha presentado en la citada feria Expo Agritech sus “invernaderos 4.0”, un modelo que integra las más recientes tecnologías aplicadas al cultivo intensivo.
Como informa a este medio digital Tamara López, responsable de Marketing y Comunicación de Tecnova, el modelo de invernadero 4.0 tiene como objetivos mostrar el potencial de la agricultura digital, demostrar la sostenibilidad a través de la tecnología, promover la capacitación y el conocimiento técnicos y fomentar la colaboración entre empresas y agentes del conocimiento.
El invernadero digital, sostienen desde Tecnova, optimiza la producción agrícola, reduce el consumo de agua y energía y mejora la calidad del producto final.
Por otro lado, añaden, “la implementación de herramientas tecnológicas no solo beneficia la productividad, sino que también disminuye el impacto ambiental de la agricultura intensiva. El invernadero ejemplifica prácticas sostenibles y eficientes en el uso de recursos, esenciales para afrontar los desafíos actuales del sector y contribuir a un futuro más verde y equilibrado”.
También se detienen en la promoción de la formación porque están convencidos de que la transferencia de conocimientos entre los profesionales del sector agrícola, desde los agricultores hasta los responsables de producción, “sirven para adoptar las soluciones tecnológicas con mayor facilidad y efectividad”.
Sin olvidar la colaboración, clave para el éxito teniendo en cuenta que la tecnología avanza rápidamente, Tecnova favorece los puntos de encuentro entre empresas emergentes, proveedores de tecnología, investigadores y agricultores, promoviendo alianzas estratégicas para impulsar la innovación en la agricultura intensiva.
Con la premisa de que “cada finca o explotación tiene sus particularidades”, Tecnova emplea el modelo de los invernaderos 4.0 para dialogar con el sector “y recoger sus impresiones, desafíos y necesidades para continuar desarrollando soluciones adaptadas a la realidad del campo” pues entiende que el feedback de los profesionales es esencial para orientar futuras investigaciones y desarrollos en línea con los requerimientos del mercado.
La innovación agro también s nutre del mundo de robótica. Así, en el marco del proyecto Hiba+, el catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Córdoba, Francisco Javier Mesas, está probando un robot cuadrúpedo de la empresa estadounidense Boston Dynamics para realizar tareas de seguimiento y monitorización de cultivos.
La iniciativa, pionera en Europa y realizada por el grupo de investigación Teledetección Aplicada a Agricultura de Precisión (AGR-124) en el marco del proyecto Hub Iberia Agrotech Más (HIBA+), pretende avanzar en la transformación digital de la cadena agroalimentaria.
El robot, también llamado plataforma robótica terrestre SPOT, se encarga de capturar datos LiDAR (acrónimo de Light Detection and Ranging), una técnica de teledetección de acceso abierto que proporciona información tridimensional del terreno gracias a un láser.
Los datos de LiDAR, tanto multiespectrales como termográficos, y el uso de IA permiten tomar decisiones informadas sobre el manejo de los cultivos a partir del conocimiento de su estructura, vigor o estado hídrico. Estos datos se combinan con otros capturados mediante imágenes de satélite, plataformas aéreas no tripuladas y sensores de suelo, planta y aire que alimentan una plataforma de datos.
Como ha dicho el propio profesor Mesas, el robot perro detecta malas hierbas e informa al agricultor para que este haga un tratamiento oportuno y muy localizado sin perder tiempo ni recursos.
El proyecto HIBA para la consolidación y fortalecimiento de una red para la digitalización del sector agroalimentario de España y Portugal, comenzó su andadura en 2018. Ahora, continúa desde enero de 2024 en HIBA+. Es una iniciativa liderada por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, junto con otras once entidades. Ambos se sitúan en el marco de la Estrategia de Horizonte Europa y Europa Digital y las políticas de Comisión Europea desde donde se apuesta por una colaboración estructurada entre los Digital Innovation Hubs (DIH) europeos de Andalucía, Galicia, Extremadura y Portugal.
En el ámbito de la maquinaria inteligente aplicada al sector agro, destaca el tractor 4.0 de la marca John Deere, concretamente la nueva serie 5ML, que, para facilitar el trabajo con cultivos especiales, ofrece un completo paquete tecnológico diseñado para la agricultura de precisión. El tractor está conectado digitalmente de la mano de la firma Trivium. También despunta el tractor de la marca Valtra, configurable, que tiene autoguiado, cámaras inteligentes para evitar accidentes que se instalan con imanes a cualquier apero, control sobre la dosis de semillas que están aplicando y ahorrar así en insumos…
O los pulverizadores GUSS, los únicos en el mundo que son completamente eléctricos y autónomos, que detectan la clorofila en las malezas y aplican herbicida únicamente en las áreas afectadas, lo que permite reducir hasta un 90% la cantidad de producto utilizado, según la densidad de las malezas.
O los drones DJI que se usan para pulverizar granjas y explotaciones o para realizar mapeos visuales, termales o multiespectrales que contribuyen a reducir costes, aumentar el rendimiento y proteger el medio ambiente.
En el marco de la agricultura 4.0, los procesos de recolección se automatizan. En ese contexto, el centro tecnológico catalán Eurecat ha validado, en el marco del proyecto HarvBot (HARVesting coBOT), el uso de robots colaborativos y cámaras de bajo coste para la automatización de la recolección y manipulación de fresas en un cultivo hidropónico (sin suelo), mediante tecnologías de visión artificial para la detección de los frutos.
En el proyecto, que ha servido como prueba piloto para la empresa tecnológica vasca Enkitek orientada a la agricultura, se han diseñado y probado nuevos componentes impresos en 3D para adaptar el robot para identificar y recolectar la fruta, así como algoritmos para las tareas de detección y manipulación.
El cobot utiliza la combinación de visión e inteligencia artificiales para identificar cuándo las fresas están listas para ser recogidas y para llevar a cabo su recolección, y puede ajustarse a diversos tipos de cultivos, como tomates, pimientos, pepinos y frutas de hueso, entre otros.