Atendiendo a la clasificación de las energías renovables, que dependen del recurso natural en el que éstas se basan (energía solar, del sol; energía eólica, del viento; energía hidráulica, de los ríos y las corrientes de agua; energía undimotriz, de la fuerza del oleaje, etcétera), el aluminio tiene diferentes aplicaciones.
Asimismo, uno de los mayoritarios lo encontramos en el campo de la energía solar, dónde sobre todo se utiliza para la fabricación de paneles solares, en marcos y en estructuras. Por su parte, cuando hablamos de energía geotérmica, el aluminio se usa en intercambiadores de calor. Y, en relación a la energía eólica, éste suele aparecer en el núcleo del rotor, en las cubiertas del mecanismo, en transformadores, en componentes estructurales o también en escaleras.
En cuanto a la variedad de aplicaciones es amplia y viene avalada, entre otros aspectos, por las características mismas del material. Su baja densidad y su muy elevada resistencia mecánica, así como su resistencia a la corrosión convierten al aluminio en un excelente aliado, a lo que suma ser un buen conductor de calor y electricidad. Además, es un material 100% reciclable que no pierde sus cualidades y que permite un excelente ahorro energético en el proceso.
Aluminio para almacenar energía
Con el objetivo de cubrir las necesidades que la intermitencia de las energías renovables puede provocar en algunas de sus aplicaciones, expertos suizos investigan desde hace tiempo un sistema de almacenamiento en aluminio de bajo coste capaz de acumular energía durante meses o años.
Se trata del proyecto Reveal, parte del programa Horizonte Europa de la UE, que busca desarrollar una alternativa que utilice este material para almacenar energía en forma de calor a gran escala. La que se genera en los meses más cálidos, para luego liberarla durante los largos inviernos de muchas países o zonas europeas concretas que lo requieran.
Y para ello, para generar este tipo de baterías masivas de energía, también se ha elegido el aluminio, porque tiene una densidad energética más de 50 veces superior a la del ion de litio. De hecho, según las investigaciones, un solo bloque de aluminio de un metro cúbico puede almacenar químicamente una enorme cantidad de energía: unos 23,5 megavatios-hora. Una cifra que sería suficiente para abastecer de energía a un hogar medio estadounidense durante unos dos años.