Esta herramienta constituiría una garantía para una distribución eficaz orientada a incrementar la competitividad de la UE a escala global. En esta línea, Carlos Reinoso, portavoz de la Alianza, considera que “Europa necesita que, paralelamente a la transición hacia los objetivos innegociables del Green Deal, se impulsen medidas que potencien su competitividad industrial en el contexto global a través de un Industry Deal”.
Desde hace tiempo, la Alianza viene advirtiendo de la necesidad de que la UE articule un modelo de financiación permanente que permita abordar las inversiones necesarias para continuar avanzando en la transición tecnológica y ambiental del tejido productivo europeo hacia la neutralidad climática en 2050. Independientemente del éxito de los Fondos Next Generation, estas inversiones están estimadas en 800.000 millones euros anuales.
Asimismo, la Alianza defiende que, en el actual contexto geopolítico, es preciso diseñar un marco europeo de ayudas a la inversión que evite la distorsión entre Estados miembros, capaz de financiar simultáneamente los costes de capital y operación, dado que un 35% de las tecnologías esenciales para la transición no son todavía económicamente viables ni competitivas.
Este marco de ayudas a la inversión debe ser suficientemente atractivo y ágil para desincentivar
el traslado de operaciones industriales a otras áreas económicas y en el que se consideren
alternativas como los contratos por diferencia o los créditos fiscales.
Carlos Reinoso manifiesta que éste y otros aspectos, que a juicio de la Alianza deben conformar
un pacto para impulsar la competitividad de la industria europea, ya han sido trasladados al
presidente del Gobierno y los ministros de Industria y Economía, así como a los principales
partidos políticos.
En la misma línea, el informe sobre el mercado único coordinado por Enrico Letta y presentado durante el Consejo Europeo el pasado abril, -impulsado bajo la reciente presidencia española-, profundiza en los diferentes factores que deben corregirse o potenciarse para que la industria europea pueda competir eficazmente en su transición hacia la neutralidad climática, la economía circular y la digitalización, así como garantizar la soberanía estratégica frente a las tensiones geopolíticas y estructurales que amenazan el modelo económico y social europeo.
En dicho Consejo Europeo, como conclusión, los jefes de Estado y de Gobierno de los países
miembros se comprometieron al desarrollo y aplicación de una política industrial eficaz, una
política que, según apunta Reinoso, “debe permitir avanzar en ese marco por el que apostamos
desde la Alianza que es el Industry Deal”.
Así, la Alianza aplaude el impulso que España, Portugal y Grecia dieron en mayo, en el Consejo de Competitividad e Industria, a la creación de un instrumento europeo para garantizar el éxito de una verdadera política industrial europea. Las tres delegaciones defendieron que este instrumento incrementaría de forma competitiva y equilibrada las capacidades de producción, contribuyendo a incentivar eficientemente las inversiones estratégicas en sectores industriales críticos.