En España se plantea un riesgo evidente en cuanto a movilidad a través de los vehículos como consecuencia de “esta presión regulatoria”, la cual puede generar un impacto negativo “sino la gestionamos adecuadamente”, según advierte López. Una de las soluciones que plantea es “garantizar la parte de la demanda”, puesto que afirma que se trata de un “cambio de todo el ecosistema”. Asimismo, informa que “hay más de 11 puntos de cuota de mercado del vehículo eléctrico en España (11%) frente a la europea (22%)” lo que considera que “no es asumible”, por lo que “tenemos que buscar la manera de que el salto sea de todos y no solo del sector”.
La competitividad también debe darse en el sector del automóvil ya que, para Ricardo Olalla, vicepresidente Sales Quality Mobility Solutions Bosch, “somos operadores globales tenemos que mantener esa competitividad, lo que nos obliga a mantener un trabajo en paralelo en las diferentes regiones del mundo”, por lo que concluye que “estamos obligados a invertir más y con mayor riesgo en cuanto al retorno”.
En cuanto al PERTE VEC, “debería poner a España a la cabeza de vehículos en Europa”, según Raquel Blanco, Global Smart Mobility directo at Iberdrola, ya que considera que este es “una oportunidad para la industria en España” y el cual debe “reconvertir la electrificación”.
La industria no es el problema, según López, “somos el segundo país Europa, por lo que es una oportunidad”, así pues, establece que el problema es que “España no consiga ser un país lo suficientemente atractivo” y focaliza como objetivo “recuperar ese espacio y para ello hay que estimular la demanda”. En esta línea, Olalla añade que “no puede ser que para un posible comprador lo primero que se le plantea son dudas” como las relacionadas con infraestructuras”, como son el uso de los puntos de recarga de los cuales establece que se emplean en un 4%, por lo que un 96% del tiempo están disponibles.
Una de las soluciones que Olalla establece para fomentar la movilidad sostenible son los híbridos, como sistema para ir introduciendo la electricidad y llevar la seguridad de la combustión. Todos coinciden en animar a los ciudadanos a que prueben los vehículos eléctricos.
Aeroespacial
La movilidad aérea avanzada para Juan Carlos Ortiz, director de ingeniería en Aernnova, es “lo que se hace en el automóvil añadiendo la altitud y el tiempo”. La movilidad avanzada asegura que no existe como tal, puesto que “es una ambición no una realidad” y considera que hará que las aeronaves sean “más pequeñas de dos a cuatro personas, con altitudes de 500 metros a 2.000 metros y con una autonomía de 25 a 200 kilómetros”. En línea con el futuro de esta movilidad, a su parecer, “hay desafíos importantes” puesto que “en el mundo hay 30 fabricantes de aeronaves” y “más de 200 proyectos” de los cuales “no más del 10-15% llegarán al final”.
Desde Airbus apuestan por el hidrógeno, según ha explicado Susana Carballo, directora de aeroestructuras de la compañía, ya que consideran que este material es “una fuente de energía con posibilidades para la descarbonización”, a pesar de que “presenta retos tecnológicos impresionantes”.
Para ser eficientes, afirma que el hidrógeno tiene que volar en estado líquido, para lo que explica que es necesario que este hidrógeno este a -250 grados y llegar a quemarse en una turbina. De ahí la importancia del tanque de almacenamiento de este producto. Según Carballo, están estudiando la posibilidad de que estos tanques estén hechos con material compuesto, unas fibras de carbono, las cuales se entrelazan y endurecen con una resina. Ahora explica que se encuentran en un proceso de estudio de las posibles grietas que se pueden formar, como consecuencia de la diferencia térmica, por lo que afirma que es un reto apasionante. Además, informa que en “España lideramos la parte de material compuesto”, asegurando que “somos pioneros en el uso y desarrollo de material compuesto”. Otra de las alternativas que plantean son las pilas de hidrógeno, a pesar de que sólo sería útil para “aviones más pequeños, regional, con un menor alcance y menor número de pasajeros”.
Industria de la defensa
Defensa y Seguridad es la defensa de nuestras libertades, de nuestros derechos, según define Fabián Torres, decano del COIIM. Este sector invierte dos mil millones de euros en I+D+i, el 12% de la inversión en España, por lo que es un área que nos va a ayudar a superar el 20% de reto del PIB industrial, asegura Torres. En esta línea “tenemos que tener capacidades de defensa fuerte para poder defendernos”, según establece Belén García Molano, VP-Technology & Development Airbus.
Escuchar las fuerzas armadas y sus necesidades son fundamentales, según establece García Molano, como son la conectividad, la ciberseguridad, así como otros productos importantes de los cuales “casi la mitad es software”. A lo que Juan Escriña, director general en GDELS- Santa Bárbara Sistemas, añade que se están aprovechando los desarrollos tecnológicos para aplicarlos a las plataformas de defensa. Otra de las características de esta industria que destaca Luis Furnells, presidente ejecutivo en Grupo OESIA, es que “también estamos en el ciclo de vida de los productos”, para los que son fundamentales los ingenieros, indica. En esta línea, considera que tenemos “un reto muy importante”.
En cuanto a la situación actual, Escriña la caracteriza de complicada, lo que explica que ha hecho capacitarnos de las últimas tecnologías posibles, así como el mantener la disponibilidad operativa la cual a nivel general “está muy reducida”.
