Las cuatro clases de financiación se llaman Venture, Factoring, Real Estate y Funds. En la primera modalidad invierten en compañías innovadoras que pueden ser o no tecnológicas. También industriales con un elevado crecimiento y que necesiten capital sin poder optar a financiación tradicional. Ya han financiado 190 compañías con más de 100 millones de euros en total. “No terminamos en la gestión de la empresa. Buscamos una salida en un plazo de 3 a 5 años, máximo 7 años”, explicó. Y citó los casos de IFlex, dedicada al packaging, y de Endurance Motive, fabricante de baterías de litio.
La opción Real Estate está enfocada al sector inmobiliario para préstamos a promotores y financiación para la reforma de una vivienda. La modalidad Funds tiene carteras indexadas según distintos perfiles inversores.
La Factoring es, dijo Villaseca, la más demandada por las empresas tradicionales, sobre todo pymes, también manufactureras, pues contempla el adelanto de las facturas.
Este servicio ayuda a las firmas a reducir su inversión en capital circulante y a tener liquidez en momentos de tensión de caja. De este modo, consiguen una rotación más alta de sus activos. “Somos muy rápidos”, dijo: Normalmente responden en 48 horas. Las ventajas son la rapidez, la flexibilidad y la digitalización.
Otro beneficio es que las operaciones de adelanto no computan en CIRBE, evitando así complicaciones financieras. CIRBE es el acrónimo de Central de Información de Riesgos del Banco de España, un registro en el que figuran la inmensa mayoría de los préstamos, créditos y avales que los bancos del país mantienen con sus clientes.