“Para optimizar la producción necesitamos datos sobre productos y materias primas -explicó Achúcarro en el 24º ciclo de conferencias iTALKS-. Estos datos nos lo ponen difícil. Uno de los problemas más comunes es que el origen de los datos se encuentre aislado”. Otros orígenes son digitales, pero sólo cuando están online. A veces “los datos son perezosos o no discriminan”, lo que favorece fallos de seguridad. También tienen dificultades para entenderse entre ellos. La búsqueda de datos también es complicada y más si cabe con el volumen de información, lo que encarece los costes.
Para operar con muchas aplicaciones y muchos orígenes emplean gemelos digitales, que además controlan el acceso basándose en el origen de los datos y sus roles entre las aplicaciones. “Para conseguir el entendimiento necesitamos una semántica común y aquí el AAS ofrece varios modelos”, añadió Achúcarro.
El programa de gestion AAS ahorra tiempo (y dinero) y es muy útil para la escalabilidad de la industria porque, al ser un estándar, opera en abierto, lo que permite a cada organización tener soberanía sobre sus propios datos, pero a la vez compartir información de forma segura con otras compañías o instituciones. Ese es precisamente el objetivo de la iniciativa europea GAIA-X, cuyo objetivo es la creación de una infraestructura de datos segura y transparente, basada en la descentralización, la privacidad, la soberanía, la disponibilidad y la interoperabilidad.
AAS puede servir, por ejemplo, dijo el representante de Xitaso, para “automatizar procesos en el reciclaje y la economía circular, para mejorar y explorar las capacidades propias y llevar la industria hacia adelante”.