Recordando que más del 90% del tejido industrial español está formado por pequeñas y medianas empresa, Rodríguez apostó por una “visión pleistocénica” de la cooperación de homo sapiens desde su aparición en la Tierra. Una cooperación ventajosa para las pymes que, en su opinión, se basa en la interacción en la empresa de cuatro grupos; los tres primeros, dentro de ella; el último, fuera:
- Clientes
- Proveedores
- Entorno
- Empleados.
“La ventaja competitiva depende de cómo relaciones e interactuemos con estos cuatro grupos”, enfatizó el ya iTALKER. Si primamos a los clientes, caeremos en el cortoplacismo, agregó. Los proveedores representan el know-how, el conocimiento, mientras que la importancia del entorno radica en que la sociedad nos demanda una serie de valores vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que apuntan al compromiso del planeta.
El número de empleados, subrayó Rodríguez, también es relevante porque son el vehículo de la cultura de la empresa y eso es más difícil cuando más grande es esa cifra. El límite cognitivo ronda las 150 personas, pero en la práctica suele ser menor.
Se trata de “remar todos en la misma dirección”, dijo, pero sin caer tampoco en prestar solo atención a los empleados porque entonces las empresas se sindicalizan. El secreto de Titania, explicó, pasa por articular esa cultura con los trabajadores, porque “la profesionalidad es más importante que el talento”.