El CEO de Iraupen, una compañía especialista en aplicaciones complejas de mecanizados (escariado, galeteado, mandrinado…), explicó que su padre era un emprendedor de los años 80, un delineante en una empresa de barcos que decidió montar su propio negocio de suministros industriales. “Se especializó sin tener ni idea de inglés ni de importaciones”, señaló.
Criado subrayó que 2008 fue un año muy especial para su firma pues entonces se consumó la transición de responsabilidades de padres a hijos y la transición hacia un modelo de superespecialización, que incluye el concepto LAB, una idea que nació en California. El espacio LAB es utilizado por Iraupen para el desarrollo de productos, procesos de mecanizado, pruebas personalizadas y formación teórica y práctica en procesos. “Eso son sinergias”, añadió.
La digitalización también es fundamental para tomar decisiones estratégicas, hacer análisis predictivo y gestionar la producción con “todo el equipo motivado”, enfatizó el ponente.
Tras considerar que “es importante manejar la frustración”, remarcó que “los empresarios no debemos ser meros observadores del cambio. Debemos impulsarlo”, remarcó.