“Las empresas no digitales no existirán en el futuro”, aseguró Gil, que forma parte de una firma con 145 años de historia, 25 marcas, 14 plantas de producción y 400 millones de euros de facturación, incluyendo toda la cadena de valor.
En cuanto a los retos, destacó la relación con los consumidores, el origen de las materias primas, el ritmo del mercado cada vez más rápido y disruptivo, la absorción de datos para que las fábricas tomen decisiones en tiempo real.
Como ejemplos para encajar esos retos, Gil enunció una serie de tendencias: la sensorización de los datos en las fábricas, la calidad del dato, la inteligencia artificial y el machine learning, los modelos predictivos basados en tecnología IoT para optimizar las máquinas, la impresión 3D para prototipos y recambios, los gemelos digitales para simular entornos futuros o gestionar cambios, la tecnología blockchain, la seguridad alimentaria para la trazabilidad de las materias primas.
Por ejemplo, remarcó la ponente de la cervecera, la digitalización del libro de campo que deben rellenar los agricultores españoles ha hecho que se agilicen las gestiones sobre las variedades de cebada. Lo que antes tardaba dos semanas en procesarse ahora se realiza en tan solo cinco minutos.