Una de sus señas de identidad de Andreu World es colaborar con diseñadores nacionales e internacionales, tener el mejor talento y las mejores manos como artesanos. Otra característica inherente es la calidad, la “piedra angular” de su negocio.
En los años 70 se enfrentaron al dilema de salir al extranjero y traicionar algunos valores tradicionales o mantenerlos. Prefirieron basarse en el oficio y la tradición, aunque eso redujera su mercado. “Buscamos la calidad a nivel mundial”, explicó Llinares. Y buena prueba de ello es que desde 2020 lanzaron una garantía de 10 años para sus productos, siendo pioneros de ello en Europa y España. “Es un compromiso para transmitir confianza sobre el trabajo bien hecho”, agregó Llinares.
También destacó el ponente que los proveedores son estratégicos. La calidad de los suministros forma parte de la ecuación. Y otro punto del ADN de Andreu World es la apuesta por la sostenibilidad. “Fuimos en 2006 la primera empresa del mundo que ofreció madera reforestada”, aseguró. “No digo que dominemos, sino que nos esforzamos en seguir siendo referentes”.
Con respecto a la cultura de empresa, Llinares citó la iniciativa personal, una organización clara y sencilla, una visión global de la organización, orientación y atención al cliente, respecto a cualquier cultura, ética robusta, trabajo en equipo, maestría técnica (importancia del conocimiento), priorización del uso del tiempo (eficiencia), compromiso y ética profesional, innovación y creatividad, sostenibilidad, liderazgo.
“Nuestro objetivo es industrializar la artesanía”, resumió Llinares.