A Bauman le nombró por su teoría de la “modernidad líquida”, donde las cosas están en permanente cambio. A Darwin, por haber dicho aquello de que la especie que sobrevive no es la más fuerte ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio. “Si quitamos la palabra ‘especie’ y ponemos ‘marca’, ‘empresa’ o ‘persona’, lo tenemos”, subrayó Orille.
Al hablar de retos y transformaciones en la banca, la ponente apuntó que “los cambios se han acelerado con mucha fuerza después de 2008 por una crisis de reputación y debido a que la tecnología se ha convertido en una ‘commodity’, han aparecido nuevos modelos de negocio”.
Después de pronosticar que el desembarco de los ‘fintech’ e ‘insurtech’ a España, como la sueca Klarna, supondrá una inyección de empleos e inversión, Orille explicó que “más allá de la tecnología, realmente la diferencia de esta revolución es la información; no la cantidad, sino cómo la transportamos, cómo la procesamos, cómo la almacenamos y sobre todo cómo la tenemos accesible en todo momento. Y para eso hay que trabajar y retar a los actuales modelos”.
Finalmente, para hablar de rentabilidad y mercado, se refirió al principio de Pareto o regla del 80/20 que ella transformó en una proporción 95/5. “La banca utiliza la democratización y muchísima tecnología para llegar al 95% de la población. Todo ello, sumado a la comoditización de la tecnología, traerá márgenes pequeños”, destacó.
Los clientes se fijan en “el precio, la facilidad de uso, la rapidez y la ultrapersonalización”; esas serán las cuatro palancas que utilizará la banca del futuro. “¿Qué tenemos que aprender? Tenemos que olvidar todo lo que conocemos para construir la banca del futuro. Porque el próximo futuro será el banco invisible”, remató.