¿Cuáles son los principales desafíos técnicos que enfrentan al construir los subreflectores?
Este es un proyecto desafiante en todos los sentidos, por lo que para EOSOL y COMPOXI supone un orgullo y una responsabilidad a partes iguales, ser los responsables de fabricar los subreflectores de uno de los proyectos científicos más relevantes del siglo XXI.
SKA lleva gestándose más de 20 años, pero ahora que se ha entrado en la fase de producción se quiere todo ya. Por este motivo, el primer desafío es el calendario. Contamos con un calendario muy ajustado, por lo que la planificación en cada etapa del proyecto va a ser fundamental para poder avanzar con éxito.
Por otro lado, en cuanto a desafíos técnicos que se nos presentan, diría que hay dos principales. El primero, las precisiones que requiere el sistema para funcionar correctamente y cumplir con su misión. Estamos hablando que es preciso de tener precisión submilimétrica en estructuras de 4.5 m y 500 kg de peso. Eso es una locura, pero estamos seguros de que tenemos el conocimiento y las herramientas para conseguirlo. El segundo reto técnico que se nos plantea es la necesidad de metalizar los paneles (de fibra de carbono). La metalización que precisa este sistema es muy específica, por lo que no cualquier técnica de metalización, ni cualquier material es válido. Esto supone un reto ya que muy pocas empresas en el mundo cuentan con la tecnología necesaria, por eso nos estamos apoyando para solventar este reto en empresas y organismos de Reino Unido, Francia o Canadá.
¿Qué innovaciones o tecnologías específicas están utilizando EOSOL y COMPOXI en este proyecto?
Al final este proyecto surge de una licitación, lanzada por SKAO y en la que participa el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades como representante español de SKAO, que ganamos.
Los subreflectores son estructuras de fibra de carbono, que cuentan con una estructura trasera compuesta por tubos para dar rigidez y estabilidad a la estructura. En cuanto a las tecnologías que se precisan para llevar a cabo la producción de los subreflectores son las siguientes: Se precisa de un equipo experto y con la capacidad de producir piezas grandes y muy precisas en fibra de carbono y otros materiales compuestos, por eso la experiencia de COMPOXI en este proyecto es fundamental. Además, se precisa de conocimientos de radiofrecuencia para entender las necesidades del producto para cumplir con su misión final y ahí es donde EOSOL aporta todo su conocimiento en diseño de antenas y subsistemas de radiofrecuencia. Además, para el tema de la metalización que hemos comentado antes, se está analizando la mejor técnica a implementar y sea la que sea va a suponer una innovación tecnológica, al menos en nuestro país. Por último, para poder verificar, transportar y ensamblar estas estructuras, también es preciso una buena planificación a todos los niveles (producción, test y logística integral).
¿Cómo se está preparando EOSOL para el futuro del SKA una vez que esté en funcionamiento?
Si nos restringimos a SKA, nuestra misión terminará una vez entreguemos los subreflectores a SKAO, y este los valide y acepte.
Más allá de SKA, está claro que este proyecto nos va a permitir adquirir unas capacidades y una experiencia en diseño y producción de grandes reflectores y subreflectores que pondremos en valor otros proyectos donde se requieran antenas de gran tamaño y gran precisión ya sean científicos, espaciales o de comunicaciones.
¿Cuál es la situación actual del sector aeroespacial en España y cómo ha evolucionado en los últimos años?
Creo que España siempre ha sido un actor relevante en el sector aeroespacial, desde los inicios de este sector con el ingeniero e inventor Juan de la Cierva hasta nuestros días.
En los últimos años se está experimentando un crecimiento sostenido del sector en nuestro país. Pero es importante que para que este crecimiento se mantenga, se implementen las políticas adecuadas y se apoye a este sector, que como se dice siempre es de alto valor añadido y tiene un impacto cada vez mayor en el PIB de nuestro país.
Como país participamos en los principales programas tanto de la ESA como de la EDA y somos país miembro en programas europeos ambiciosos como FCAS o Eurodrone. Además, contamos con centros de producción y toda una cadena de suministro detrás y empresas nacionales como Indra, Sener o GMV que junto con Airbus son capaces de traccionar grandes proyectos.
Sin embargo, en un mundo globalizado y cambiante como el actual, es fundamental que en España y en Europa seamos más rápidos (como lo son EEUU o China) para no perder las oportunidades.
¿Qué oportunidades de crecimiento ve para las empresas españolas en el ámbito aeroespacial?
El sector espacio, en el que nosotros estamos trabajando de forma activa gracias a proyectos con la ESA y con empresas del sector, creo que es una gran oportunidad y lo va a ser más en los próximos años. Hoy en día ya está claro que el espacio ya no es sólo una cuestión gubernamental. Además, ya no existen las grandes barreras de entrada que existían hace unos años, lo que permite que empresas de otros sectores puedan plantearse entrar en este sector.
En espacio creo que la evolución de la navegación con los sistemas LEO-PNT puede ser una oportunidad ya que Europa es uno de los sectores que más va a apoyar. También veo una oportunidad importante en la exploración y explotación de nuestro satélite natural, la luna, que además va a permitir desarrollar un montón de tecnologías (comunicaciones, robótica, minería…). También todo el tema agroalimentario por el impacto que puede suponer en todo un sector tan grande. Pero hay muchos más: turismo espacial, comunicaciones, captación de energía desde el espacio, exploración planetaria. Creo que no tengo espacio para poder entrar a hablar de todos ellos, aunque sin duda que cada uno de ellos en sí sólo son oportunidades increíbles que daría para hablar largo y tendido.
Otro sector en crecimiento y con muchas oportunidades, y donde España ya esta trabajando a todos los niveles (por cierto, EOSOL también), es el sector de los vehículos aéreos no tripulados (UAVs). Recientemente el INTA ha inaugurado las instalaciones del CEUS en Huelva que, junto al CIAR en Galicia, posicionan a nuestro país a la vanguardia en tecnologías de UAVs y que debe contribuir a dinamizar y hacer crecer exponencialmente este sector que ya es una realidad imparable y que habilita un montón de aplicaciones tanto civiles como militares.
¿Cómo está afectando la innovación tecnológica al sector aeroespacial en España?
Está claro que si nos comparamos con EEUU o China vamos a salir perdiendo, pero a nivel europeo creo que podemos estar orgullosos de nuestra posición como país y como industria en el sector aeroespacial. Gracias a la investigación básica y a los programas de desarrollo y capacitación tecnológica, España cuenta con toda una cadena productiva que es capaz de diseñar y producir drones, aviones, satélites y lanzadores; y está muy bien apoyada por la materia gris proporcionada por una red de universidades públicas y privadas que apoyan muy bien a la industria en sus necesidades de investigación y desarrollo tecnológico.
Lo que deberíamos hacer como país es trabajar todos juntos para poder ser cada vez más fuertes y relevantes en un sector tan importante y que genera muchos puestos de trabajo de alto valor añadido a todos los niveles (ingenieros, investigadores, técnicos u operarios).
