Asimismo, Miguel Marzo, presidente de CEOE Aragón, ha explicado en el informe que “la industria necesita un sistema energético que le garantice seguridad de suministro, un precio competitivo y que sea renovable. Y más allá de las empresas, la energía es un elemento clave para la sociedad”.
Del mismo modo, Jorge Azcón, presidente del gobierno de Aragón, ha comentado que “es evidente que nos encontramos ante un nuevo modelo energético ligado a la electricidad. El debate será cuál va a ser la proyección que va a tener sobre el modelo económico”.
Además, ha matizado que “la innovación y la tecnología tienen un peso fundamental dentro del cambio de modelo económico y productivo. En este sentido, los centros de datos y las TIC, cuya huella de carbono se reduciría un 80% si toda la electricidad que utilizan procediera de renovables, han marcado un antes y un después en la sociedad”.
Por su parte, Mark Berners-Lee, profesor de la Universidad de Lancaster, ha dejado constancia en el estudio que “Aragón puede ofrecer continuidad en el suministro de energías renovables, lo que la convierte en un excelente lugar de implantación de empresas emergentes de uso intensivo de energía, como los centros de datos”.
“Mientras que el consumo de energía renovable en España se sitúa en el 45% de media, su producción en Aragón llega al 75%, de modo que el reto en la región no sería producir más energía, sino también consumirla”, ha añadido.
Los retos de la transición ecológica
Fernando Samper García, director de desarrollo eólico y solar de Forestalia, ha expresado que para lograr un modelo integrado de energía verde “se requiere una ampliación de las redes eléctricas y, en definitiva, una inversión sin limitaciones”.
Así, para Samper, el marco regulatorio “tiene una importancia clave para desarrollar con éxito la transición energética y que se cumplan las directivas europeas, para las que España va con retraso. Es necesario evitar que se pase de la incertidumbre económica a la incertidumbre regulatoria, estableciendo una línea de actuación en clave europea, nacional y regional”.
De esta forma, una de las conclusiones que ha señalado el estudio es que “la industria necesita de un sistema energético eficiente y asequible para garantizar su producción a un precio competitivo en un entorno globalizado”.