¿Cuál fue su motivación para fundar FABE Nuclear y cuáles son los objetivos que tienen?
FABE Nuclear nace a partir de mi experiencia en el sector metal español, trabajando en proyectos orientados a la fabricación de componentes nucleares para la industria nuclear francesa. Observé ciertas problemáticas en la cadena de suministro de Francia y, aunque en ese momento el renacimiento de la energía nuclear no estaba tan claro como lo está ahora, veía que esta energía desempeñaría un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. Su capacidad para generar electricidad sin emitir CO2 era clave, y siempre tuve la convicción de que, tarde o temprano, los datos respaldarían su relevancia. Esto requeriría un gran tejido industrial para desplegar la tecnología necesaria para descarbonizar casi por completo la producción eléctrica.
¿Qué papel desempeña esta energía en la lucha contra el cambio climático?
La energía nuclear es la más segura del mundo, incluso considerando los accidentes más graves ocurridos en su historia. Además, genera un volumen muy pequeño de residuos de alta actividad, que son gestionados con estrictos protocolos de seguridad. Esta fiabilidad y seguridad son fundamentales para su apuesta como una fuente de energía limpia y segura que puede complementar a las renovables en la transición energética.
¿Qué innovaciones tecnológicas se están impulsando desde FABE Nuclear?
En FABE Nuclear trabajamos intensamente en el tratamiento de datos. Una de nuestras principales innovaciones es una herramienta de inteligencia artificial personalizada que hemos desarrollado desde el año pasado. Esta tecnología analiza solicitudes de oferta complejas con documentación técnica, planos, especificaciones y correos, seleccionando automáticamente a los proveedores más adecuados dentro de nuestra base de datos de empresas españolas.
A nivel global, los dos grandes ejes de desarrollo tecnológico en el sector nuclear son la fusión nuclear, que avanza rápidamente con el potencial de generar menos residuos de alta actividad, y los pequeños reactores modulares (SMR), con capacidades entre 15 y 300 megavatios. Los SMR ofrecen ventajas en seguridad intrínseca y en la descentralización de la generación energética, permitiendo acercar la producción a los puntos de consumo.
¿Cómo afronta FABE Nuclear los desafíos regulatorios?
Nos centramos principalmente en la normativa francesa, que guía la mayoría de nuestras operaciones. Aunque existen diferencias regulatorias entre países, los principios fundamentales del sector nuclear son establecidos por la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA). Esto asegura un estándar común para operar con energía nuclear civil a nivel global.
La industria nuclear compite con otras fuentes de energía, como las renovables. ¿Cómo puede mantenerse competitiva en este contexto?
La energía nuclear no compite con las renovables, sino con el gas y el carbón. Las renovables son intermitentes, y la nuclear actúa como su complemento ideal. Las fuentes pilotables, aquellas que generan electricidad de forma constante, incluyen al carbón, el gas y la nuclear. Entre estas, la nuclear es la única que emite mínimas cantidades de CO2, lo que la convierte en la base energética perfecta para cubrir la intermitencia de las renovables.
¿Hacia dónde cree que evolucionará la industria nuclear en España en los próximos 10 años?
En España, el panorama actual está marcado por un plan de cierre de las centrales nucleares convencionales. Sin embargo, se observa un cambio en la opinión pública, que a su vez comienza a influir en el ámbito político. Por ejemplo, en Cantabria y a nivel nacional se han aprobado propuestas no vinculantes para no cerrar las centrales nucleares.
A pesar de ello, no está claro si se logrará revertir el plan de cierre, pero soy optimista. Para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2 y alcanzar las metas de 2030 y 2050, será necesario mantener las centrales nucleares existentes. Desde FABE Nuclear, nuestra labor es preservar las competencias, mantener el personal capacitado y las herramientas disponibles, así como expandir nuestro radio de acción a nivel internacional. De este modo, estaremos preparados para responder a las necesidades técnicas y humanas cuando sea necesario revertir ese plan y prolongar la vida útil de las centrales nucleares existentes.