¿Qué retos tecnológicos y científicos tiene el sector naval y marítimo por delante?
Tenemos bastantes líneas que acometer en los próximos años. Lo más importante es el desarrollo de tecnologías más eficientes y sostenibles en términos de consumo de energía y emisiones, el objetivo de llegar a una huella medioambiental 0, tanto en los buques, como los procesos productivos y los diferentes procesos que se desarrollan en los astilleros.
También creo que tenemos que trabajar bastante en la utilización de materiales más livianos y resistentes. Tenemos que mejorar nuestros procesos aplicando las tecnologías de robotización, automatización y ver la viabilidad de la aplicación de la inteligencia artificial con el objetivo de optimizar y mejorar los procesos.
Por otra parte, es importante desterrar el uso de combustibles fósiles. Ya hemos empezado con el gas naturalizado, que no es la única solución y tenemos que trabajar en el desarrollo de combustibles alternativos, biocombustibles, hidrógeno verde y la captura del CO2.
Otro gran reto es el buque autónomo. Hay ciertos trayectos que tenemos que mejorar la productividad del tráfico marítimo.
Y el último reto es el estudio y protección del medio ambiente marítimo. Tenemos que cuidar el medio marino, tenemos que trabajarlo, yo creo que al final de lo que se trata es que la tecnología proporcione en todos estos ámbitos soluciones a la industria naval y marítima para cumplir con ese plan industrial del pacto verde y de esa industria 0.
¿Qué oportunidades se pueden generar en el sector naval en relación a la transformación digital?
La transformación digital es una oportunidad que el sector tiene que asumir. Es difícil plantear qué medidas podemos digitalizar. La digitalización es un reto que debemos asumir porque va a proporcionar ventajas en el ámbito de los procesos y en la formación. La digitalización es una herramienta que nos va a permitir ganar competitividad.
¿Qué oportunidades se abren con la construcción de infraestructuras para energías renovables marinas para el sector?
Abrimos bastantes nuevas líneas de energía para desarrollar. Ahora lo que estamos trabajando es en la energía undimotriz, la energía eólica que expulsan los buques y la electrificación de la matriz energética reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. También trabajamos en el potencial que tiene para España el exportar la tecnología que tenemos, porque tenemos un elenco de proyectos completamente exportables, por lo que hay que estimular la investigación y el desarrollo para ganar en competitividad.
En plena transición energética, ¿qué medidas se están aplicando en las empresas del sector?
El sector naval está hablando de lograr una propulsión más eficiente para los buques. Además, los astilleros están instalando placas fotovoltaicas para optimizar el uso de las energías para el consumo de los procesos productivos con energías limpias.
Asimismo, hay que conseguir sistemas de gestión energéticas avanzadas para optimizar el consumo a bordo de los buques. Por supuesto, es importante todo el tema de la eficiencia de los procesos productivos y la promoción de la economía circular. Estamos trabajando mucho en la sostenibilidad, de hecho, desde SOERMAR estamos haciendo bastantes proyectos de investigación en el tema de la captación de emisiones de CO2 de los buques. También estamos haciendo el desarrollo de pilas de combustible aplicables al sistema marino, la carga de la producción de energía eléctrica de los buques para poder tener capacitadores que acumulen esa energía. A día de hoy, las empresas están participando en el ámbito de proyectos europeos y también en los productos y los procesos productivos.
¿Cómo evalúa el desarrollo del PERTE Naval en relación a la participación de las pymes?
Me gustaría evaluarlo cuando lo hayan resuelto, que aún no lo han resuelto. SOERMAR ha preparado una propuesta de 20 millones de euros. Es un proyecto en el que participan 26 empresas, siete son grandes y el resto son pequeñas. Ha sido muy duro porque el PERTE está siendo muy duro para las empresas, pero también para los funcionarios que lo están gestionando. Hemos trabajo en colaboración con los clústeres regionales ACLUNAGA, ASIME, Balearic Marine Clúster, Clúster MarCA y Foro Marítimo Vasco que han canalizado el tener con SOERMAR videoconferencias con cada pyme donde hemos ido recogiendo sus necesidades y al final hemos seleccionado las dos propuestas que mejor encajaban en la propuesta del proyecto tractor con un hilo conductor.
Hay muchas empresas que se han quedado fuera. El PERTE no ha podido dar ni plazos, ni cobertura a toda la demanda de las pymes del sector naval. Espero que con el dinero que nos otorgue, haya una segunda convocatoria y nos permita escuchar las propuestas de mejora que tenemos para que estas convocatorias se puedan aprovechar de verdad por las pymes y por las empresas del sector naval. Yo espero que en breve se publique la resolución definitiva y nos permita hacer esos proyectos porque los proyectos que nosotros hemos presentado son 12 en total, 5 de digitalización, 4 de sostenibilidad y 3 son de diversificación y la verdad que son proyectos de I+D+i, y eso es muy importante.
El PERTE puede ser una oportunidad, pero tiene que acercarse más a la realidad industrial y sobre todo particular de las pymes y las características que tiene el sector que no las tiene. Está claro que es una lejanía en cuanto a que se adapte a lo que es la industria. Creo que es una oportunidad, pero creo que tenemos que retocarla o mejorarla o sentarnos todos los agentes, es decir tener un diálogo más cercano con la administración para que escuche la problemática y las particularidades del sector, pero no para quejarnos sino para que podamos trabajar con los procedimientos y recursos que la administración pública, tanto nacional como autonómica, pone a disposición del tejido industrial.
¿Recibe el sector naval el suficiente apoyo por parte de las distintas administraciones? ¿Cuáles son sus principales demandas?
Lo primero, hay que fomentar una mayor inversión en investigación y desarrollo de tecnologías y soluciones específicas para el sector naval. Eso nos va a permitir tener inputs que va a permitir ganar competitividad al sector. Además, necesitamos políticas y programas de financiación accesibles y adecuados para promover la modernización y la digitalización de nuestras fábricas que es donde producimos. También necesitamos marcos regulatorios claros y estables. La construcción de un buque no se hace en un año, se necesita 2 años y medio o tres por lo tanto necesitamos regulación estable y con seguridad jurídica.
También hace falta formación y capacitación de profesionales. Tenemos un grave problema a nivel europeo. En los próximos 10 años, el 40% de la plantilla, reconocido por la UCD, del sector de construcción y reparación naval se jubila. Y no tenemos capacidad de sustituirlos, ya no porque no existan ingenieros navales es que ni siquiera hay formación profesional. Se requiere una reforma para que se le vuelva a dar el valor profesional que tiene el soldador y el mecánico. Hay que dignificar las profesionalidades y las maestrías. Hay que apostar por una formación dual cercana a la industria. Hay un volumen de desfase entre la formación académica y las necesidades reales que demanda la industria. Hay que acortar esta distancia, hay que confluir. Y la única solución de esto es la formación dual. Asimismo, hace falta reducir la burocracia y la agilización de los procesos administrativos. Y, por último, aplicar políticas de sostenibilidad y medio ambiente.
