Un buen ejemplo de esta actitud proactiva hacia la sostenibilidad y el medioambiente es la pyme familiar Molweld, especializada en la fabricación de moldes multicavidad pequeños y medianos de alta precisión y complejidad.
Molweld ha instalado 104 paneles solares fotovoltaicos en las cubiertas de sus naves con los que generan alrededor de 66 kilovatios hora (kWh) al año, lo que cubre la mitad de sus necesidades energéticas y supondrá un ahorro de 150.000 euros en electricidad y una reducción de emisiones de CO2 de casi 24 toneladas anuales.
“Siempre hemos estado concienciados con el consumo energético y el respeto al medioambiente. Intentamos ser lo más eficientes posible, ya sea mediante el uso de maquinaria de última generación con un menor gasto energético o buscando alternativas limpias para la producción de energía”, declaró la dirección de Molweld a preguntas de industry TALKS.
“Teníamos en mente instalar placas fotovoltaicas para reducir nuestra dependencia energética y abaratar el coste de la luz, ya que, por el tipo de instalaciones con las que contamos, tenemos un alto consumo. Todo esto contribuye a que seamos más competitivos”, añadió.
La firma se acogió a la convocatoria de ayudas en materia de ahorro y diversificación energética, uso racional de la energía y aprovechamiento de los recursos autóctonos y renovables del Gobierno de Aragón, cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) para el año 2021. Pensaban realizar el proyecto independientemente de esas ayudas, aunque la subvención autonómica afianzó la operación.
En cuanto a otras medidas de sostenibilidad, por el momento quieren mejorar sus procesos internos para la compra, verificación y gasto de material, intentando reducir lo máximo posible su huella de carbono, minimizando el consumo de material, haciendo que los procesos sean más eficientes e invirtiendo en herramientas más rápidas que reduzcan los tiempos de fabricación y, por tanto, el gasto energético.
La transformación de Molweld se enmarca en la celebración de su vigésimo aniversario. En estas dos décadas, ha producido casi 33 millones de piezas para los sectores de la automoción, menaje o electrodomésticos y más de 400 moldes de inyección. La ventaja de sus soluciones técnicas innovadoras reside en garantizar el elevado volumen de ciclos, hasta dos millones, que pueden soportar sin tener que ser reparadas, cumpliendo con las tolerancias y los acabados requeridos. En otras palabras: calidad.
Fundada en 2001 por Juan Carlos Gracia y Susana Virgos, Molweld, que forma parte del Clúster de Automoción de Aragón (CAAR), ocupa unas instalaciones de 2.000 metros cuadrados en el polígono Valdeconsejo del municipio de Cuarte de Huerva, una localidad de la provincia de Zaragoza que limita con la capital. La firma facturó 2,3 millones de euros en 2020 y cuenta con una plantilla de 18 personas, siete más que hace dos años.
Comenzó como fabricante de moldes pequeños centrada en la reparación, el mantenimiento y la realización de ligeras modificaciones, si bien desde el principio invirtió en maquinaria para poder llevar a cabo trabajos de mayor complejidad y a medida para cada cliente, hasta tener la necesidad de incorporar también máquinas de inyección para ofrecer un servicio integral que incluye el diseño del molde, su fabricación y la inyección de la pieza, es decir, proyectos ‘llave en mano’ desarrollados en sus instalaciones de principio a fin.
Molweld no subcontrata ninguna fase de la producción del molde, por lo que controla todo el proceso de fabricación, lo que le garantiza una enorme autonomía a la hora de operar con sus clientes.
Dentro de esa inversión por la maquinaria, destaca un centro de mecanizado paletizado que reduce el tiempo entre cambio de placas, permitiendo trabajar las 24 horas, y un robot Erowa que lo conecta con las máquinas de erosión para poder almacenar y utilizar todos los electrodos que se fabrican directamente en máquina sin perder tiempo en cambiarlos manualmente.
Todos sus centros de mecanizado tienen incorporado dentro de la propia máquina un software especializado de medición tridimensional, capaz de medir todos los puntos antes y después de cada mecanizado, lo que garantiza unas medidas exactas y elimina el factor de error humano. También se ha reforzado con la compra de un torno mecanizado y un software de estudio reológico, es decir, que atiende a la deformación y el flujo de la materia.
Otras dos empresas aragonesas que priorizan y visibilizan la sostenibilidad y el avance hacia la transición energética son Arpa Equipos Móviles de Campaña y Grupo Zoilo Ríos. La primera de ellas tiene como CEO a Clara Arpa, una reconocida empresaria que intervino en febrero de 2021 en el primer ciclo, el inaugural, de los iTALKS hace ahora precisamente un año, para hablar a la audiencia de desarrollo sostenible y cambio climático, dos conceptos muy en boga y con fuertes implicaciones industriales.
Arpa Equipos Móviles de Campaña lleva medio siglo trabajando como proveedor en las áreas de defensa, civil, salud, emergencias, wash (saneamiento y potabilización de agua) y comunicaciones. Entre sus clientes se encuentran organizaciones tan destacadas como la ONU, el Cuerpo de Marines de Estados Unidos, el Ejército de Brasil o el propio Ministerio de Defensa de España.
Zoilo Ríos, por su parte, es un grupo empresarial muy conocido en la región, de origen familiar, proveedor de servicios energéticos, que emplea a más de 150 personas y gestiona 19 estaciones de servicio en Aragón. La diversificación en negocios y actividades complementarias les ha permitido un crecimiento sostenible integral y mantener el negocio desde 1927.
Ambas estructuras acaban de unirse ahora para poner en marcha una nueva entidad, llamada SHiE, la primera compañía aragonesa que ofrece servicios de hidrógeno verde. SHie comercializará módulos de generación y dispensación de esta energía renovable y prestará servicios de distribución en estaciones de servicio o a consumidores logísticos con flotas de carretillas, camiones y autobuses. También creará la primera hidrogenera española privada de uso público y utilizará una flota puntera de automóviles de pila de combustible de hidrógeno.
En concreto SHiE desarrollará proyectos a medida de las necesidades del cliente en cualquiera de las fases del hidrógeno:
Producción. Generación de hidrógeno 100% verde a partir de energías renovables, lo que permite aprovechar los excedentes de producción fotovoltaica o eólica de las instalaciones y optimizar el mix energético.
Compresión. Módulos de compresión desde 60 hasta 900 bares acoplados a la producción de hidrógeno para minimizar el volumen necesario de almacenamiento y optimizar el gasto energético de la instalación.
Almacenamiento. Sistemas de almacenamiento en diferentes formatos y capacidades, que suponen el complemento perfecto a los recursos renovables, inagotables, pero no siempre disponibles. El hidrógeno obtenido a partir de ellos con un proceso de electrólisis puede almacenarse durante mucho tiempo para generar posteriormente electricidad a demanda mediante pilas de combustible, actuando así como un vector energético que acaba con el principal escollo que hasta ahora presentaban las energías renovables, lo difícil que resulta almacenarlas.
Transporte. Equipos de transporte para la distribución del hidrógeno en estaciones de suministro, empresas o a domicilio.
Dispensación. Sistemas de dispensación para vehículos de pila de combustible de hidrógeno en instalaciones de uso propio o de terceros.
Tras analizar el gran potencial del hidrógeno verde para sustituir a las fuentes de energía basadas en combustibles fósiles, Arpa y Grupo Zoilo Ríos han sumado su dilatada experiencia en la instalación de soluciones móviles que servirán para generar y almacenar el gas, en el caso de la primera, y en el suministro de energías limpias para la movilidad sostenible en su red de estaciones de servicio, en el de la segunda.
Como fruto tangible de esta unión se llevará a cabo la primera producción privada de hidrógeno en Aragón -inicialmente ubicada en las instalaciones de Arpa en el municipio de La Muela, próximo a Zaragoza- y se construirá la primera hidrogenera española abierta al público en la estación de servicio El Cisne 1 del Grupo Zoilo Ríos situada en la Autovía A-2, sentido Madrid.
SHiE dispondrá, asimismo, de la primera flota de automóviles de pila de combustible de hidrógeno de Aragón. Concretamente se tratará de dos Toyota Mirai, entregados en el concesionario Toyota Artal de Zaragoza. El Toyota Mirai es un vehículo eléctrico de pila de combustible —Fuel Cell Electric Vehicle (FCEV)— 100% ecológico, que no produce ninguna emisión contaminante y que emplea el hidrógeno como combustible para generar electricidad. Ofrece unas prestaciones y autonomía similares a las de cualquier automóvil de combustión tradicional, con un tiempo de repostaje de entre 3 y 5 minutos, lo que corrobora la idoneidad de esta tecnología.
El marco legal de las ayudas a las renovables
La última normativa aragonesa relativa a subvenciones para la instalación de recursos energéticos renovables es la Orden ICD/566/2021, de 19 de mayo.
La Orden fue publicada en el Boletín Oficial de Aragón el 1 de junio del año pasado. El plazo para solicitar las ayudas terminó en octubre de 2021, y la cuantía total prevista para esa convocatoria era de 3,9 millones de euros. Es previsible que antes de que acabe el primer semestre de este año se publicará una convocatoria anual similar destinada al periodo de 2022.
El apartado segundo de esa Orden ICD/566/2021 consideraba subvencionables la ejecución de proyectos e instalaciones en materia de ahorro y diversificación energética, uso racional de la energía y aprovechamiento de los recursos autóctonos y renovables que supongan la explotación de los recursos energéticos relativos a solar fotovoltaica mediante la instalación de paneles solares fotovoltaicos y, en su caso, solar térmica mediante la instalación de paneles solares híbridos. Instalaciones de autoconsumo eléctrico conectadas a la red de distribución o aisladas, hasta una potencia máxima inferior a 100 kW de potencia eléctrica de paneles solares fotovoltaicos y, en su caso, una potencia máxima de 250 kW de potencia térmica de paneles solares híbridos (producción de electricidad y de agua caliente). Para su aprovechamiento en instalaciones agrícolas, ganaderas, industriales, acuicultura, del sector servicios o residencial, electrificación rural, vivienda, alumbrado, bombeo, regadío, producción de hidrógeno, aplicaciones para la movilidad sostenible, etcétera.
También eran subvencionables las actuaciones relativas a la ejecución de nuevos proyectos e instalaciones, así como la ampliación de potencia o sustitución de instalaciones existentes. Cuando se tratara de la sustitución de anteriores instalaciones de energía renovable, solo era subvencionable la parte de la inversión proporcional a la potencia aumentada de la instalación.