El sector aéreo fue uno de los que más claramente defendió la urgencia de acelerar la innovación. Marta Dalmases, responsable de Innovación Abierta de Iberia, destacó el papel de All4Zero para conectar fabricantes, energéticas y operadores: “Lo que nos llamó la atención es que en un mismo hub podíamos tener a fabricantes como Airbus, productores de fuel y otros sectores”.
Dalmases recordó que el combustible sostenible es la “palanca clave” del sector: “El SAF reduce hasta un 60% las emisiones respecto al ciclo de vida y puede usarse en los aviones actuales. Es fundamental aprovechar las infraestructuras ya existentes”. También reivindicó la oportunidad industrial para España: “Ahora mismo no hay suficiente SAF en el mundo. Con 30 o 40 plantas en el país podríamos cubrir la demanda nacional”.
Una de las claves del hub es que las pruebas de concepto se realizan entre varias corporaciones simultáneamente, lo que permite compartir riesgos, complementar conocimientos y acelerar el aprendizaje. “Rompe barreras tradicionales entre sectores muy diferentes y genera sinergias reales”, explicó Sanz.
La directora recalcó que el foco del hub es industrial, un rasgo que lo diferencia de otras iniciativas de innovación: “Todos los miembros ponemos funciones e infraestructuras al servicio del hub para hacer pruebas de concepto en retos reales compartidos”.
En la segunda mesa redonda, los sectores de acero, cemento, hidrógeno y economía circular mostraron cómo All4Zero está permitiendo validar tecnologías que, de otra manera, no podrían haberse testado a escala real.
Irene Solís, investigadora senior de energías verdes y CO2 de ArcelorMittal, detalló las pruebas que están desarrollando: “Nuestro objetivo es producir acero, y estas tecnologías deben ser lo menos invasivas posible”, explicó. El grupo participa en tres líneas: optimización del agua mediante nueva ósmosis de bajo consumo; mineralización acelerada con captura asociada de CO2; y cámaras hiperespectrales para caracterizar materiales y mejorar rendimientos.
“Validamos tecnologías que quizá individualmente no hubiésemos probado y reducimos costes e incertidumbres”, definió Solís.
Desde el sector cementero, Javier Alández, director de Economía Circular de Holcim, destacó que el gran reto es acelerar: “El tiempo corre. En 2030 debemos reducir un 30% más las emisiones y en 2050 llevarlas a cero”.
Sobre la prueba de mineralización del CO2, detalló: “Si logramos embeber CO2 en residuos o escorias y luego introducirlo en hormigón reciclable, lo convertimos en un super material”.
Pedro Luis Compais, del Centro Tecnológico Circe, explicó la tecnología basada en visión e inteligencia artificial para clasificar residuos: “Tomamos imágenes de la basura y, de manera instantánea, identificamos sus propiedades para mejorar su combustión o valorización. Los primeros resultados son prometedores”.
Según el investigador, este tipo de entornos colaborativos corrige un problema histórico:
“Tener proyectos comunes es la mejor forma de trabajar. La industria conoce sus necesidades y nosotros aportamos la tecnología; juntos aprendemos y avanzamos”.
Juan Manuel López-Gallego, de Power to Hydrogen, subrayó la oportunidad que supone el hub para tecnologías emergentes: “Para nosotros es singular poder interactuar con empresas tan importantes y con apoyo real, con dinero y compromiso detrás, no solo postureo”.
Su compañía trabaja con Repsol para validar una electrólisis híbrida más eficiente y económica:
“Queremos resolver las dificultades actuales de producir hidrógeno renovable de manera viable y aplicable a la industria”.
El encuentro también dejó espacio para una reflexión sobre la percepción pública. Eduardo Fernández (Urbaser) fue contundente: “Si vosotros, los periodistas, no sois capaces de transmitir a la ciudadanía lo que supone todo esto, estaremos cojos”.
Recordó que la economía circular comienza en los hogares: “Actuamos con la seguridad de que nos va a llegar lo peor, y aun así debemos valorizarlo. El comportamiento ciudadano es determinante”.
Paula Sanz cerró el encuentro con una visión ambiciosa: “Llevamos solo dos años, pero hemos avanzado muchísimo. Ahora presentamos diez nuevas tecnologías y seguiremos definiendo pruebas de concepto. Queremos una comunidad más grande, más diversa y más potente”.
Aunque cada ponente eligió una única palabra para definir el hub, todas apuntaban a la misma idea: impacto real, colaboración, oportunidad y ecosistema.
Un reflejo claro de que All4Zero empieza a consolidarse como uno de los polos industriales más relevantes para la transición energética en España.

