En cuanto a la industria, el informe señala que el dron es útil para aplicar para “la revisión e inspección de equipos o instalaciones de difícil acceso, como son los situados en alturas elevadas o en espacios confinados. Por ejemplo, aerogeneradores, redes eléctricas, instalaciones fotovoltaicas, infraestructuras civiles, etc”. También para “la detección de pérdidas energéticas, cuando se usan en combinación con cámaras termográficas y detección de fugas.” Otro de los casos mencionados se basa en “la toma de muestras ambientales en el interior de depósitos o espacios cerrados que, en general, constituyen espacios confinados y en los que puede haber presencia de atmósferas explosivas”. Asimismo, también es útil para “la supervisión y control de la aplicación de procedimientos de trabajos seguros y de actividades de coordinación”.
El uso del dron en las actividades industriales supondría, según el informe, una mejora preventiva en “la reducción de la exposición de riesgos de accidente por caídas a distinto nivel, entre otros”. También para “la obtención de información para una mejor planificación de las actividades, para la reducción de la exposición de los trabajadores a sustancias tóxicas o peligrosas y para la anticipación a posibles situaciones de riesgo al tener una mayor visión de la actividad”.
Los drones son equipos de trabajo cuyo uso está cada vez más extendido en el ámbito laboral, de hecho, según el informe, para 2035 se prevén 400.000 drones para uso profesional y en 2050, 415.000. Con todo, dicho documento también advierte de nuevos riesgos que pueden aparecer asociados al dron como “los cortes por las hélices, los atrapamientos con partes móviles o el contacto con sustancias químicas de las baterías; y/o asociados a la operación de vuelo, tales como los trastornos musculoesqueléticos, las caídas o atropellos”.
Por ello, el informe señala que “estos riesgos deben ser gestionados adecuadamente en línea con el resto de las condiciones de trabajo de la organización”.
Por otro lado, además de dar cumplimiento a las obligaciones normativas en materia de seguridad y salud en el trabajo, “para que el uso de los drones pueda considerarse seguro, no se puede olvidar que las operaciones con estos equipos están afectadas por la normativa de seguridad aérea para garantizar, también, la seguridad del resto de aeronaves con las que comparte el espacio aéreo y de las personas ajenas a la operación, así como de los edificios y bienes”, añade.