Es la tercera Estrategia negociada en nuestro país y han participado también los sindicatos CCOO y UGT; la CEOE y CEPYME, por parte de los empresarios; además de representantes de las Comunidades Autónomas.
A juicio de CCOO, es una estrategia ambiciosa que aborda las diferentes realidades y el impacto del trabajo en la salud de las personas trabajadoras. Ordenada en seis objetivos estratégicos, 38 líneas de actuación y 170 acciones, plantea actuar sobre los riesgos tradicionales que siguen provocando daños importantes a la salud de la población trabajadora, pero también para problemas detectados, pero no abordados de forma adecuada como el cáncer laboral o la perspectiva de género, y nuevos riesgos no suficientemente dimensionados y ligados a la transición digital, ecológica y demográfica.
Los sectores de actividad con una mayor siniestralidad tienen una atención preferente, pero sin olvidar la prevención de accidentes por patologías no traumáticas que han ocupado el 43% en el año 2022.
La prevención del cáncer de origen laboral tiene un espacio muy relevante en la estrategia, prestando especial atención al amianto, al polvo respirable de sílice cristalina y al polvo de madera como agentes causantes de enfermedad. Es especialmente importante la incorporación de una Agenda Nacional para la Prevención del Cáncer de origen profesional.
Se aborda de forma decidida la gestión de los riesgos derivados de las nuevas formas de organización del trabajo, la evolución demográfica y el cambio climático, poniendo el énfasis en la necesidad de gestionar el incremento de la exposición a los riesgos ergonómicos y, sobre todo, psicosociales, incluyendo acciones dirigidas al teletrabajo, la gestión de la edad, los trabajos de reparto o distribución de productos o mercancía a través de plataformas digitales, sobre la desconexión digital, así como sobre las condiciones de trabajo en las actividades más afectadas por los cambios medioambientales, como por ejemplo la exposición a temperaturas extremas.
La salud mental de la población trabajadora cuenta con una línea de acción especial, siendo de especial interés el estudio de la influencia de los factores psicosociales en el riesgo para la salud mental.