El Gobierno lanzará a principios de 2026 la Estrategia Nacional de Deep Tech

España ha decidido no ser un mero espectador en la revolución tecnológica global. En un movimiento medido para competir en la liga de los países más avanzados, el Gobierno está ultimando la primera Estrategia Nacional de Deep Tech (Tecnologías Profundas), una apuesta decidida por aquellas tecnologías disruptivas que, surgidas directamente de la investigación científica, están llamadas a cambiar el mundo.

El anuncio lo ha realizado este martes el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cidugosa, durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Executive Forum España, donde ha desgranado una hoja de ruta que aspira a convertir a España en un referente global en innovación. Cidugosa ha desvelado que el plan interministerial, liderado por su departamento, se presentará a principios de 2026 y que contará con un fondo de 353 millones de euros

Las Deep Tech –tecnologías como la computación cuántica, la edición genética, la inteligencia artificial avanzada o los nuevos materiales para fusión nuclear– se caracterizan por su estrecho vínculo con la ciencia básica, su largo plazo de maduración y su alta demanda de capital. «Son tecnologías que, por su propio diseño, cuando aparecen, están muy cerca del centro de investigación y alejadas del mercado», ha explicado el secretario de Estado.

Un ecosistema maduro para el salto cualitativo

La estrategia no surge en el vacío. El secretario de Estado ha baado su optimismo en lo que calificó como «el mejor momento de la historia reciente de España para la ciencia, la innovación y la tecnología». Ha subrayado que, por primera vez en décadas, se ha conseguido «alinear visión, inversión, prioridades y acción». Los datos que ha presentado parecen elocuentes. La inversión en I+D+i en 2024 alcanza los 24.000 millones de euros, una «cifra histórica» que supone un crecimiento del 7% respecto al año anterior y del 60% desde 2018. Además, España destinó el 40% de los fondos europeos del Plan de Recuperación a la I+D+i y la digitalización, siendo el segundo país de Europa en inversión absoluta en I+D+i con estos fondos.

Este esfuerzo se traduce en hechos concretos. Desde la recuperación de 23.000 científicos –más del doble de los que se narcharon durante la crisis de 2008– hasta el despliegue de infraestructuras únicas en Europa, como las instalaciones en Granada para probar materiales para reactores de fusión nuclear, o el supercomputador MareNostrum 5, entre los diez más potentes del mundo.

El secretario de Estado ha proporcionado datos contundentes sobre el despliegue financiero. «A finales de octubre, nuestro Ministerio había ejecutado ya el 86% de los fondos del plan que se nos adjudicaron, es decir, 4.463 millones de euros», ha dicho. Ha destacado especialmente la ejecución completa de fondos en proyectos estratégicos. «Hemos desarrollado e invertido todos los fondos disponibles para el Perte aeroespacial. Todos, el 100%. El Perte de Salud de Vanguardia ya ha movilizado el 98% de los fondos», ha enfatizado.

Respecto al esfuerzo inversor del sector privado, el secretario de Estado ha reconocido que «en España, en el año 2023, las empresas ejecutaron 12.600 millones en actividades de I+D. Está bien, pero no es suficiente». Este monto supone el 47% de la inversión total en I+D+i del país, «10 puntos por debajo del resto de Europa, donde las empresas hacen inversión privada en I+D+i en un total que alcanza un 60%». Para revertir esta situación, ha anuciado que el plan estratégico del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) para 2024-2027 plantea «incrementar la innovación empresarial y estabilizarla en torno a los 1.200 millones de euros», con el objetivo de que en 2027 se movilicen 1.315 millones hacia las empresas.

La colaboración público-privada, clave del modelo

La Estrategia de Deep Tech se articulará, ha explicado, a través de un sistema de gobernanza que involucrará a todos los ministerios para cubrir cada eslabón de la cadena de valor. «Tenemos un enorme capital de conocimiento científico para desarrollar tecnología profunda», ha afirmado el altyo cargoau, «pero si nos creemos que somos un estado emprendedor, que lo somos, nos tenemos que implicar a fondo».

La piedra angular del despliegue financiero es un fondo especializado gestionado por el CDTI a través de su programa Innvierte. El fondo se denomina InnvierteDeep-Tech Tech Transfer. Dotado con 353 millones de euros –300 millones del CDTI y 53 millones del Banco Europeo de Inversiones (BEI)–, este vehículo de capital riesgo ya ha seleccionado sus primeras ideas. «Ayer se presentó la primera de ellas», ha avanzado el secretario de Estado, señalando la celeridad con la que se está poniendo en marcha el instrumento.

Lecciones aprendidas y retos de futuro

La Estrategia Española de Deep Tech también busca abordar la histórica desconexión entre la producción científica y su transferencia al mercado. «Somos el país que produce ciencia a nivel 9 del ranking mundial e innovación en el 28. Es una diferencia tan grande que a veces no lo podemos soportar», ha admitido. Para cerrar esta brecha, ha anunciado la inminente presentación del «primer plan complementario de transferencia», una iniciativa de co-gobernanza con las comunidades autónomas que priorizará, entre otros, el sector de la salud.

El secretario de Estado ha concluido su intervención con un llamamiento a la colaboración. «La innovación es un deporte de equipo», ha manifestado, «por eso he venido hoy a invitarlos a formar parte de este equipo». Su visión es la de un país que no se conforma con adaptarse al futuro, sino que lo crea. «Tenemos capital científico, tecnológico y humano. Tenemos todo lo necesario».

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